Mendoza está en el grupo de riesgo de la crisis económica 2020. El relato del superávit cornejista se hace trizas.

Fotos: Cristian Martínez

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El retroceso de la economía a causa de la pandemia pone de manifiesto la sanidad de las rentas de todas y cada una de las jurisdicciones. El nivel de retraimiento del Estado, y la capacidad de los gobiernos para afrontar un escenario que requiere dinamismo y volumen de tutelaje público, definirán el futuro.

En ese sentido Mendoza se encuentra en el grupo de riesgo de las economías del país y da por hecho apelar a instrumentos de salvataje antes de lo previsto. El ministro de Hacienda, Lisandro Nieri, viene anunciando que con la caída estrepitosa de la recaudación y sin endeudamiento, única herramienta con la que contaba Suarez para impulsar la actividad, la emisión de una cuasimoneda está a la vuelta de la esquina.

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Lisandro Nieri, ministro de Hacienda.

El jefe de la cartera de Hacienda tiene experiencia en el tema, en 2002, cuando el gobierno del radical Roberto Iglesias apeló al Petrom, y al recorte de salarios estatales para cubrir los gastos del erario público, Nieri estuvo al frente de la operación de la cuasimoneda. Ocupaba el cargo de asesor del Ministerio de Hacienda, por entonces bajo la responsabilidad de Enrique Vaquié, actual ministro de Economía.

El parte médico de las finanzas locales señala un panorama crítico, no hay instrumentos para sostener los gastos corrientes, ni posibilidades de afrontar la nueva etapa que demandará capacidad para garantizar servicios esenciales, como el de la salud pública.

Diario Los Andes | 22/01/2002

En ese sentido, la peor crisis la sufre el relato cornejista que versaba que el orden de las cuentas públicas de la provincia había permitido pasar del déficit al superávit. Los número de 2019 describen la debacle de una realidad que solo pudo sostenerse a fuerza de endeudamiento y pauta multimillonaria.

La Fundación Mediterránea dio a conocer en marzo que  la actividad local tuvo una caída del 2,6% durante el último año. Las principales actividades retrocedieron notablemente y dañaron la recaudación. Nadie quedó exento de la debacle: minería (-6,1%), agroindustria (-5,1%), construcción (-4,7%) electricidad, gas y agua (-1,9%), y hubo derrumbes estridentes como el del comercio (-7,5%) con relación a 2018.

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Enrique Vaquié, ministro de Economía

El nivel del retroceso de la actividad local se puso por encima de la media del país, que tuvo un descenso del 2,2, según un informe del Indec publicado recientemente. A nivel nacional incidieron negativamente la baja actividad de la industria manufacturera (-1 punto porcentual), el comercio (-1 p.p.) y la intermediación financiera (-0,5 p.p.). En contraposición, fue positivo el saldo de agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+1,3 p.p.).

En conclusión, Mendoza ingresa muy disminuida al ciclo de crisis que desató la pandemia. El gobernador Rodolfo Suarez, que ya no quiere ser el más premiado de la morgue, se anotó primero en la fila de los que menos tienen y junto a Rosario y Chubut plantea la vuelta a los bonos como única salida en este contexto.

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Rodolfo Suarez, gobernador de Mendoza.

Desde Casa Rosada redoblan los esfuerzos para evitar que Mendoza y las demás  provincias quebradas apelen en el corto plazo a la emisión de papeles. En la última semana se confirmó la distribución de $120 mil millones para paliar la emergencia, de los cuales $60 millones se repartirán como Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el resto a través de créditos blandos.

Más allá de las estrategias de Nación para afrontar la crisis de manera homogénea, la aplicación de instrumentos para salir de la recesión será indispensable. En ese momento habrá que ver si el radicalismo mendocino tomó apuntes de la crisis de 2002 para no caer en los mismos errores, aunque los protagonistas del equipo económico se repitan.

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Suarez y Alfredo Cornejo, exgobernador.

Revuelan los fantasmas del pos estallido, con una cuasimoneda débil y de escasa aceptación, con la que se podía comprar alimentos en algunos supermercados y pagar impuestos provinciales pero que, recuerden los memoriosos, era rechazada por entidades financieras, tarjetas de créditos y empresas nacionales de  servicios. Lo que llevó al peso mendocino a una devaluación en las calles y a profundizar la pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores.

La circularidad de la historia radical, más allá de la pandemia.

 

 

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