Hoy la tierra volvió a temblar. Miles de mujeres, lesbianas y trans paramos para visibilizar las desigualdades y violencias que nos atraviesan. En Mendoza, más de 15 mil personas marchamos bajo la consigna “No al ajuste, sí al aborto legal”. 

Texto: Natalia Encinas
Fotos: Cristian Martínez

En el marco del Día de la Mujer Trabajadora el Paro Internacional de Mujeres (PIM) es la herramienta de lucha de la que nos hemos apropiado miles de nosotras, en más 48 países, para denunciar las desigualdades que se inscriben sobre nuestros cuerpos. Nos organizamos, nosotras, las que realizamos trabajos precarizados e invisibilizados; nosotras, que somos manada feminista. Paramos y marchamos para visibilizar que seguimos siendo atravesadas por múltiples formas de violencia, y más si somos pobres, migrantes, racializadas, lesbianas. Para señalar que el heteropatriarcado, anudado al racismo y al capitalismo, nos siguen oprimiendo y explotando.

En Mendoza, como en cada ciudad, la organización de este segundo PIM ha sido a través de la Asamblea de Mujeres, Lesbianas y Trans, en este caso convocada por la mesa #NiUnaMenos Mendoza. De estas asambleas hemos participado cientos de mujeres –organizadas y autoconvocadas- en debates amplios en los que discutimos las principales consignas y demandas que hoy llevamos, plasmadas en un contundente documento que fue leído al finalizar la marcha frente a Casa de Gobierno.

Nosotras paramos/movemos el mundo

Hoy, muchas de nostras paramos. Muchas lo hicimos en nuestros trabajos fuera de casa. Algunas –posiblemente las menos- pudimos hacerlo de modo activo, sin asistencia a los lugares de trabajo. Otras paramos unas horas, mediante la modalidad de asambleas. Miles también paramos en nuestras casas, dejando de hacer de las tantas tareas de cuidado que sostenemos a diario sin remuneración alguna –el 76% del trabajo doméstico no remunerado es realizado por mujeres-.

Otras, muchísimas, no pudimos parar. Esto, porque los trabajos precarizados e informales que llevamos a cabo no nos lo permiten, porque no podemos delegar las tareas de cuidado y reproducción sostenemos, porque si no trabajamos no podemos subsistir.

Algunas conversamos del paro con quien tuvimos cerca, pegamos algún cartel alusivo, nos dedicamos a pensar e incluso a discutir sobre el sentido de hacer un paro de mujeres, sobre los derechos que no son nuestros, sobre las violencias que nos atraviesan, sobre las herramientas de lucha. Lo cierto es que, de maneras diversas -tanto como nosotras mismas- hicimos de nuevo, con el paro feminista, moverse al mundo.

Las consignas en Mendoza: “No al ajuste, sí al aborto legal”

“No al ajuste” porque las políticas que llevan adelante el actual gobierno nacional y provincial nos tienen a las mujeres entre las más perjudicadas. Denunciamos con ello la violencia del sistema, acentuada en tiempos de medidas neoliberales, que se cierne sobre nuestros cuerpos.

Levantamos esta consigna porque cuando hay ajuste somos las primeras en ser despedidas o precarizadas. Porque la brecha salarial entre varones y mujeres es del 27% en trabajos formales y asciende al 35% en empleos informales. Porque las mujeres somos las más afectadas por la desocupación: la tasa para nosotras es del 10,2% mientras que para los varones es del 8,5 (y entre las más jóvenes, en varias provincias supera el 20%). Además, porque en el trabajo remunerado más de un tercio de nosotras tiene trabajos no registrados.

Por eso, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, además de visibilizar el trabajo doméstico no remunerado e invisibilizado que realizamos a diario, exigimos condiciones laborales dignas, denunciamos la feminización de la pobreza, el aumento de la informalidad laboral y los miles de despidos de compañeras trabajadoras.

“Sí al aborto legal” porque esta es una demanda central del movimiento feminista y porque en nuestro país es aún una deuda pendiente de la democracia con todas nosotras. En un contexto en que se discute nuevamente sobre el Proyecto por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito visibilizamos cifras que nos atraviesan: los abortos inseguros son la primera causa individual de muerte de mujeres gestantes desde 1980 en la Argentina, desde la recuperación de la democracia murieron 3030 mujeres por abortos inseguros.

La interrupción voluntaria del embarazo es un tema de salud pública y de derechos humanos de las mujeres, por eso exigimos que se apruebe el proyecto por el Derecho al aborto legal. Paramos porque queremos que las decisiones sobre nuestros cuerpos salgan de la clandestinidad, porque no queremos ni una mujer muerta más por un aborto inseguro y porque queremos que todas podamos decidir en libertad y que no se nos vaya, en ello, la vida.

Hoy, el tiempo y la calle fueron otra vez nuestros. Fueron marea violeta y verde. Fueron feminismo y un grito colectivo, encuerpado y sostenido con otras. Hoy paramos y movimos el mundo. Queremos cambiarlo todo. La revolución será feminista.

 


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