El ajuste sobre el bolsillo de los trabajadores no es el único factor común entre Macri y Cornejo. Ahora coinciden en atacar y agredir temerariamente a dirigentes sindicales. En esa línea de conducta se conjugan la lamentable reacción del presidente ante las amenazas que recibió el secretario general de SUTEBA Roberto Baradel y el desmesurado empeño del gobernador mendocino por continuar a la vanguardia del proyecto de saqueo, guapeando a Adrián Mateluna.

Fotos: Coco Yañez

Con el cinismo que caracteriza a esta etapa de gobierno, Macri aludió al conflicto con los trabajadores de la educación durante su discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Lo hizo saliendo del libreto que le escribieron, e irresponsablemente improvisó, ante el reclamo de un diputado opositor: “no creo que Baradel necesite que nadie lo cuide”.

El secretario del gremio de los trabajadores de la educación bonaerenses, minutos después del discurso presidencial, recibía una nueva amenaza: “¿Sabes dónde están tus hijos en este momento? Nosotros sí, desde tu hijita más chica, a los 3 mayores, incluso tu nieto también, los tenemos vigilados. No sé si te quedo claro ya que nadie te va a cuidar, hacé las denuncias que quieras. ¿Te pensás que alguien te va a escuchar? Podemos hacer lo que queramos con tu familia que no va a pasar nada, nadie te va a creer, nadie te va a defender, vas a servir de ejemplo para todos los que son como vos y nadie nos va a hacer responsable. Controlamos la justicia, los medios, la opinión pública, vos no sos nada. Da marcha atrás con el paro o antes del lunes uno de tus hijos aparece muerto. Pensá bien si querés recordar esta etapa de tu vida como la vez que cambiaste la vida de un hijo por una paritaria, aún estás a tiempo”.

La escena transcurre en medio del conflicto educativo generado por el incumplimiento del gobierno nacional del artículo 10 de la ley 26.075, que obliga al Estado a realizar la convocatoria a la paritaria nacional docente, algo que ya descartó de plano el propio jefe de gabinete, Marcos Peña, pues “su motivo ya está resuelto”.

Cornejo no se queda atrás

La Fiesta de la Cosecha que se realiza en el aeropuerto de Mendoza fue la ocasión utilizada por el gobernador para no quedar opacado por Macri en su cruzada violenta contra los trabajadores, señalando que el secretario general del SUTE, Adrián Mateluna, “se hace el guapo con el gobierno”.

El mandamás mendocino desestima con su bravata pública el incuestionable proceso democrático que el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación practica desde hace años para la toma de decisiones. En este caso, el techo de recomposición salarial -que el ejecutivo provincial situó en el 13,5%- fue rechazado de manera contundente por los y las trabajadoras de la educación. Como retratara EL OTRO, 1143 mandatos de escuelas rechazaron la propuesta oficial, sólo 108 la aceptaron, al tiempo que 17 de las 18 seccionales departamentales del gremio se expresaron en contra de la oferta insuficiente.

Las declaraciones del gobernador fueron respondidas por Adrián Mateluna a través de una carta en la que expresó que “no se puede achicar una negociación colectiva en donde miles de familias están expectantes de tener un aumento salarial o de recuperar al menos, la sensación de que pueden llegar a fin de mes, a una expresión del lunfardo, digna de un provocador”.

En otro tramo de la misiva, el titular del SUTE agregó que “hoy me toca reclamar por necesidades colectivas que Ud. no atiende y con su forma de actuar, a mi humilde parecer, intenta llevar la agenda de esos reclamos a una riña de barrio entre dos adolescentes que se desafían mutuamente, en lugar de entender que el ámbito paritario tiene la obligación de llevar respuestas suficientes a los trabajadores que siguen las reuniones expectantes, en la mayoría de los casos con mucha esperanza”.

Por último, Mateluna le advirtió al gobernador que “mentir a los Trabajadores de la Educación no es cosa de guapos. Tampoco ningunear las representaciones sindicales democráticamente elegidas. Ud. Sr. Gobernador viene ninguneando, maltratando y castigando a todo lo que tenga olor a trabajador de la educación, desde que asumió”.

La catalogación de “guapo” hecha por el gobernador sobre el secretario general del SUTE no resiste análisis, si tenemos en cuenta que desde un primer momento la gestión del proradicalismo se ganó y consolidó su mote de “gobierno de violentos”. Ejemplo de esta característica se vio incluso en la misma paritaria docente, instancia dialoguista si las hay, en la que un carro de asalto de la infantería policial era ubicado en las adyacencias del encuentro como elemento aleccionador.

En términos de cultura política, pluralismo y valores democráticos, existe una distancia colosal entre el gobierno de las vallas y del biri biri republicano y un gremio como el SUTE, en donde se da la posibilidad de que cualquier delegado durante un plenario pueda criticar de la manera más dura -y cara a cara- a sus autoridades. Ni Cornejo ni ninguno de sus funcionarios se sometería a una situación análoga.

Por otro lado, el primer mandatario mendocino, al enfocarse en la presunta intencionalidad política de uno solo de los actores de esta disputa, en este caso Mateluna, subestima por completo la férrea construcción que otros gremios vinculados con la educación vienen desarrollando, sumando cada vez más apoyos. Es el caso de la conformación del Frente Educativo Provincial integrado recientemente por UDA (Unión de Docentes Argentinos), SADOP (Sindicato Argentino de Docentes Privados) y el propio SUTE, con el aval de las centrales obreras CGT y CTA.

Los docentes privados nucleados en SADOP, de hecho, han anunciado un inédito y ambicioso plan de lucha, que incluye su adhesión al paro nacional del 6 y 7 de marzo, la participación en las movilizaciones del 7 (CGT) y 8 de marzo (marcha de las mujeres), así como el anuncio de trabajo a reglamento y la realización de asambleas semanales durante todo el mes en curso.

Si los líderes nacional y provincial de la Alianza PRO-UCR quieren solucionar el fondo del conflicto educativo, pues tendrán que empezar a apuntar para otro lado.