Entrevista con Orlando Siliotti, artista visual y creador de “La Erótika”, la muestra de arte que cumplió una década de transgresión en Mendoza.

Foto: Coco Yañez

La Erótika ya cumplió diez años. Para quiénes no la conocen todavía o no la han visitado debido a un prejuicio con su nombre, ¿de qué se trata la muestra?

El arte erótico es la visión de diferentes artistas, con diferentes modos expresivos, con diferentes lenguajes que tienen del erotismo, ese ente que parece ajeno al ser humano, y sobre todo, al “ser humano mendocino”. Da la sensación de que los mendocinos venimos de un repollo y la Erótika se inicia a partir de eso: estamos acá, vivimos el erotismo, lo disfrutamos y vamos a festejarlo con una muestra anual que moleste un poquito.

Foto: Seba Heras

Este año cambió el formato respecto del tiempo y forma de presentación. Además de eso, ¿qué trae de nuevo?

Recuerdo que de las diez ediciones, cinco se hicieron en mi estudio y cinco en la Nave Cultural: parece que el ciclo es de cinco años. Era tiempo de un cambio y de expandirnos en otras direcciones. Aparentemente, es un achicamiento, pero se trata de un agrandamiento. Este formato, el hecho de estar un mes, nos permite que más gente, que no podía estar presente porque viajaba, no alcanzaba a ir u otros motivos, ahora pueda disfrutar de arte erótico durante un mes, los fines de semana. También se nos ha dado la posibilidad, casi con seguridad, de repetir la muestra en el verano, en otras provincias del sur: una mini Erótika.

Con respecto al contenido, siempre se van profundizando algunos temas. Este año era inevitable, y más que necesario para mí, que se tocara el tema de violencia de género, y eso va a estar presente y qué mejor que en este ámbito. También habrá charlas de educación sexual, de las más diversas; hay homenajes -eso sí es nuevo-  al maestro Alfredo Ceverino, y a León Ferrari, cuya presencia en Mendoza es en sí mismo un hecho relevante.

Foto: Seba Heras

 

Foto: Seba Heras

 

¿Cuál es la reacción de la gente que entra con cierto prejuicio, al salir?

El erotismo debe ser una de las cosas más personales que existe, es muy difícil crear pautas o dejar estipulado qué es lo erótico. Ha habido gente que ha salido horrorizada, espantada por lo que ha visto, y gente a la que parece demasiado ligth, demasiado liviano. Hoy lo hablaba con una vecina y me decía que ella había ido hace un par de años a la muestra y que había estado también en el festival de Barcelona… Bueno, la Erótika no tiene nada que ver con eso. Ese tipo de festivales que se promocionan como eróticos  (creo que hay uno en Córdoba también) son bancados por la industria del porno y ellos promocionan eso. Esto es arte, como existe el arte sacro, el arte geométrico… Esto es arte que busca la expresión del erotismo. Por suerte tengo el apoyo de excelentes artistas como Estela Labiano, el maestro Ceverino, Susana Beatriz Delgado, Claudia Alessandrello, gente que realmente tiene una trayectoria y que encara el tema del erotismo.

Con respecto al prejuicio, creo que el que los tiene directamente ni se acerca. Prejuicio suena a miedo, a miedo de ver su propia identidad sexual, su propia sexualidad. Un año, Claudia Alesandrelo y Mariana López, propusieron que quien quisiera dibujara su propio órgano sexual: un horror (risas). Gente de 50 o 60 años que no es que no supieran dibujar: ¡no se han mirado! Ahí el prejuicio pasa por verse.

Negro Nasif |

 

Foto: Seba Heras

 

¿Qué es el erotismo para vos, Orlando? ¿Por qué hacés una muestra, con las más variadas manifestaciones artísticas, cuyo referente es esta temática?

El erotismo es y ha sido el eje de mi vida, y que muchos de nuestros actos cotidianos están cargados de erotismo. Cuando te dedicás al arte, sobre todo a las visuales, se manifiesta en tocar el barro, en percibir a alguien, en recorrer su forma, hasta de un jarrón, si querés. En el caso de los artistas, sobre todo, encontramos una identificación con nuestro trabajo casi permanente. Para mí el artista que no transmite un dosis de erotismo, aunque haga un cacharro, pinte una pava o la modele en barro… eso se tiene o no se tiene, lo transmitís o no lo transmitís. Y a veces te llevás sorpresas, no tiene nada que ver su aspecto, su carácter, su forma de ser, su apariencia: me he llevado sorpresas maravillosas con gente que ni me lo esperaba y me trajeron unas obras que son increíbles.

¿Y por qué hacer la muestra? Creo que es lo que me queda de hacer la revolución. En algún momento me planteé hacer la revolución y como no me salió, dije “vamos a hacer algo que tenga que ver”. (Risas)

Creo que es interesante plantearse en una provincia tan conservadora como Mendoza, algo que moleste un poco. Empezó como un juego con Alejandro Crimi, hace muchos años, once ya, y después creció de tal manera que en un momento sentí que se me escapaba, que ya no me pertenecía, que es un espacio que tiene que estar todos los años, la haga quien la hiciere. Nadie la va a hacer mejor que yo, de eso estoy seguro (risas) pero es algo que ya me superó y está buenísimo que sea así. Por suerte, este año me he asociado con gente que se ocupa de lo administrativo así yo me dedico solamente a lo artístico y se agradece, porque también lo disfruto mucho más.

Foto: Seba Heras

¿Cuál te parece que es la importancia de lo erótico en la vida cotidiana?

Todo. Qué tristeza sería la vida si la despojáramos del todo el erotismo que trae, y no me refiero a lo sexual puntualmente, me refiero a cocinar, a caminar, a charlar, a moverse… imaginemos todo eso que nos pasa a diario sin una pequeña carga de erotismo ¡Qué aburriento! ¡Qué cosa tan desabrida! Casi como Ricardo Mur en la mañana… un espanto. (Carcajada)

 


 

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