Los cambios en los hábitos de consumo por la pandemia no son el único motivo del crecimiento de los despachos al mercado interno y el rebote de las exportaciones. Desde el INV enumeran varias razones que explican el buen momento por el cual atraviesa la industria del vino.
Por Redacción EL OTRO
La transformación de la vida cotidiana producto de la pandemia trajo grandes cambios. La relación con lo que nos rodea se transformó, nos alejamos de algunos y nos acercamos a otros y en el medio se dieron nuevos vínculos y reencuentros. En ese contexto el vino tuvo su mejor cosecha.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) señalan un crecimiento sostenido de las partidas al mercado interno entre enero y octubre de 2020. En total, en estos 10 meses el alza es des 7,7%, lo que equivale a 56 millones de litros más que en todo 2019.
La tendencia, señalada desde temprano por el organismo, tiene explicaciones que trascienden los efectos de la nueva normalidad aparejada por la pandemia. EL OTRO dialogó con a Luis Sentinelli, coordinador del área de Estadísticas del INV, para comprender qué hay detrás de los datos del 2020.
“Creemos que el crecimiento tiene que ver con un cambio del momento de consumo. La gente empezó a consumir más en casa y con el cierre del mercado horeca (hoteles, restoranes y cafeterías) se dio una oportunidad que antes no se había tenido: comprar en canales de proximidad vinos que eran inaccesibles. Entonces, el consumidor se encontró una bebida de buena relación precio- calidad, saludable, noble y que va muy bien con el almuerzo y la cena”, explica Sentinelli quien, además de dominar los números, tiene un vasto conocimiento de las pautas de comportamiento del consumidor.
En el acercamiento del producto a los consumidores tuvieron que ver las bodegas y los puntos de venta que emergieron durante los meses de aislamiento. “La gente encontró en almacenes, vinerías, a través de e-commerce, marcas que le ofrecían un producto de buena calidad a un precio más bajo que el que antes quizás veía en la carta de un restorán”, refuerza el entrevistado.
Las cifras surgen inevitablemente en la charla. En el éxito de las ventas en el mercado local, el primer premio se lo llevó el denominado botellón (1100 o 1500 cm3), con un incremento en las ventas del 43%. “La botella de megatamaño fue la locomotora del crecimiento”, aseguran desde el INV.
Con la recuperación de las ventas aparecieron nuevas tendencias, como el crecimiento del consumo de vinos varietales por encima de los vinos sin sin esa. Los despachos de los primeros aumentaron un 16 % y de los últimos un 5%. Se debe remarcar que los sin mención varietal lideran ampliamente las ventas, representan el 70% del total.
El buen año para la industria del vino se explica también desde las exportaciones, las que por el momento constituyen un 25 % de las ventas de la producción. “El cambio del momento de consumo que se dio en Argentina también ocurrió en otros lugares del mundo, con la gran ventaja de que Argentina estaba muy competitiva en precio, gracias al dólar y algunas medidas económicas que favorecieron la exportación, lo que hizo que Argentina batiera récord de exportación”, explica Sentinelli.
El presidente de INV, Martín Hinojosa, contó, con motivo de la celebración del Día Nacional del Vino, que en 2020 se sumaron 83 empresas exportadoras y que se incorporaron nuevos destinos. “En el acumulado de enero a octubre, los envíos al mercado externo crecieron en total 35,7%”, precisó el funcionario en un mensaje a través de la prensa, en el que además destacó que “el Gobierno Nacional está trabajando en base a un desarrollo sustentable de toda la cadena vitivinícola en conjunto con todo el sector público y privado”.
En la charla que mantuvo con EL OTRO, Sentinelli puso énfasis en las medidas que tomó el organismo apenas comenzó la pandemia para evitar que la industria se paralizara. “Se armó un comité de crisis para seguir operando a pesar de la no presencialidad, para seguir aprobando análisis, facilitar las operaciones de ventas en el mercado interno y en el externo. En conjunto con la industria actuamos con rapidez y pudimos lograrlo”, explicó.
En esa línea, el titular del organismo ha manifestado que trabaja en diversos ejes, entre los que destaca crear nuevos momentos de consumo, fomentados a través de nuevos envases y sistemas de comercialización, sin descuidar la tarea fiscalizadora del Instituto.
Sobre esto, Sentinelli agregó que “la vitivinicultura tienen que pensar más en la premiunización del consumo y empezar a hacer nuevos productos para recuperar consumidores jóvenes, con nuevas propuestas. En ese sentido, como planteó Hinojosa, quizás llegar a vinos desalcoholizados, con menor graduación alcohólica que permitan hacer productos distintos, que se adapten al mundo en el que vivimos”.
El INV en conjunto con las cámaras de la industria están analizando nuevas tecnologías para la desalcoholización del vino, sin pérdida de estructura y destilación a bajas temperaturas.
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