Durante el mediodía de este lunes se llevó a cabo un acto conmemorativo, a seis años de la desaparición de Gisela Gutiérrez (25), donde participaron familiares y diversas organizaciones feministas. La joven madre de tres niñes, quien estaba embarazada producto de una violación que ella misma denunció, fue vista por última vez en el barrio La Favorita, el 19 de julio de 2015. Luego de varios años de tener en vilo a la familia de Gisela, la Justicia detuvo a Héctor Díaz Tejera y lo imputó por homicidio, obviando así los agravantes por razones de género. Es por eso que familiares de Gutiérrez y el colectivo Ni Una Menos Mendoza exigieron que el delito sea calificado como femicidio. Además, denunciaron la ineficacia del Estado para cesar con la violencia machista, luego de conocerse el femicidio de Griselda Guerra, la mujer asesinada este domingo, quien había denunciado en reiteradas oportunidades a su expareja. “¿Dónde está Abigail Carniel?” fue otro de los gritos que se hizo oír, en su nombre y en el de todas las mujeres desaparecidas en democracia.

Por Milagritos Contreras | Fotos: Coco Yañez

Resulta difícil no reaccionar ante el incansable pedido de justicia por parte de familiares y amigues. En cada paso de esta nota es inevitable no suspirar y lamentarse ante la (in)Justicia mendocina. Una Justicia provincial que es parte de un gobierno, como el de Rodolfo Suarez, que solo pone parches al momento de erradicar, prevenir y sancionar la violencia machista. Cuando lo verdaderamente necesario para contrarrestar estos hechos es la implementación de políticas públicas con perspectiva de género, con ese enfoque integral y transversal que podría generar grandes cambios en nuestra sociedad.

Luego de cumplirse seis años de la desaparición de Gisela Gutiérrez, indigna no solamente la lentitud de la Justicia sino también su carácter patriarcal, ya que no se la puede denominar de otra manera cuando sobre el principal acusado y único detenido hasta el momento pesa la imputación de homicidio. Cuando, de acuerdo a lo investigado por el Poder Judicial, Gisela se habría resistido a ser abusada sexualmente y, más tarde, Díaz Tejera habría terminado con su vida.

Les tres hijes de Gisela y el resto de su familia aún esperan saber sobre su paradero. Su madre Ramona, de rostro cansado pero con una voz que aún exclama justicia por su hija, dialogó con EL OTRO y manifestó su congoja y esperanza de hallarla: “Hace seis años que dicen que la buscan, y yo me pregunto ‘¿cuándo van a hacer bien las cosas y van a encontrar a mi hija?’. Eso es lo que le pido a la Justicia, que la busquen y la encuentren. Se cumplieron seis años de su desaparición. Sus hijos, sus hermanas, su padre y yo no podemos más. Si realmente la mataron a mi hija y tenemos que vivir el duelo que sea, que entonces la Justicia se mueva, que no pase por encima a sus hijos y tampoco a sus padres”.

Mariela Elena Alcaya, hermana de Gisela y otra de las mujeres que aún luchan para que el caso no quede impune, brindó a este diario detalles de la investigación: “La causa está cargo del fiscal Carlos Torres. En noviembre del año pasado nos citó a mi madre y a mí para comunicarnos que, efectivamente, había comprobado que mi hermana estaba muerta y que tenían un detenido en la causa. A éste lo habrían aprehendido a través de una declaración de una testigo o un testigo de identidad reservada, que declara que ‘tal día en la noche, el ahora detenido, habría intentado violar a Gisela, ella se habría resistido, y él le habría dado un tiro en la cabeza que acabó con su vida’. El fiscal Carlos Torres califica a la causa como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Mi reclamo hacia el Gobierno provincial, hacia la Justicia, es el cambio de calificación. Le exigimos a la Justicia que califique la causa como femicidio, porque a Gisela la matan por no dejarse abusar. Sin embargo, ante este pedido que presentó el doctor Fernando Peñaloza, el fiscal no hizo lugar al cambio de calificación”.

“Hoy –agrega María Elena- estamos conmemorando los seis años de que Gisela no está, de que hicieron algunos movimientos el año pasado pero nuevamente se volvió a paralizar todo. Hay un detenido que puede salir en libertad, porque no hay pruebas suficientes, y es probable que estemos frente a la verdad. Por eso exigimos que se realice el cambio de calificación en la causa”.

El domingo pasado, Mendoza se vio conmocionada luego de conocerse un nuevo femicidio. Griselda Guerra, madre de cuatro hijes, fue encontrada sin vida en las inmediaciones del cerro La Gloria. El principal acusado y único imputado es su expareja, Luis Benavides. Tristemente, Griselda ya lo había denunciado por sufrir violencia de género, pero ni siquiera eso evitó este final.

“Hoy nos falta Griselda también, una amiga personal y compañera de nuestro espacio de trabajo, y es muy doloroso estar conmemorando los seis años de la desaparición de Gisela y haber tenido que unir esta lucha para exigir justicia por Griselda Guerra, que ayer (por el domingo) la encontraron muerta en una escuela del barrio La Favorita”, afirmó Alcaya.

La hermana de Gisela también recordó el apoyo que se le brinda a la mamá de Abigail Carniel, desde el primer momento en que se conoció la desaparición de la adolescente, y además envió palabras de aliento hacia las personas que viven circunstancias como éstas: “Mi mensaje hacia los familiares, las madres que atraviesan una situación similar a la nuestra, es que no bajen los brazos y que sigamos. Les digo que nos unamos en lucha, porque las pibas no desaparecen, a las pibas las matan, las violan, las desaparecen”.

Más de tres meses sin Abigail Carniel

Verónica Carniel, mamá de Abigail, también se hizo presente en esta conmemoración por Gisela Gutiérrez. Con la energía y la fuerza que la caracteriza, le manifestó a EL OTRO la indignación que siente al no encontrar todavía a su hija: “La Justicia lo único que me dice es que tienen que recabar más datos, dar con más testigos, pero nos pide datos a nosotros. Mi hija lleva más de tres meses desaparecida, supuestamente asesinada como ellos me informaron, pero no la buscan, no hay nada concreto que dé con su paradero”.

Claramente se trata de una violencia sistemática que a diario vivimos las mujeres. Bajo un sistema capitalista y patriarcal que no hace otra cosa que cosificarnos de manera permanente, además de todo el maltrato que ejerce sobre nosotras e, incluso, cobrándose muchas vidas.

El caso de Griselda Guerra es, justamente, un ejemplo claro de lo que el patriarcado hace sobre nosotras. Tampoco se sabe de Abigail y, al igual que en el caso de Gisela Gutiérrez, se detuvo a los presuntos culpables pero aún no se da con su paradero. Y así vamos, día a día, convirtiéndonos en un dato estadístico más para la Justicia, pero en un dolor profundo e interminable para nuestros seres queridos.

Verónica es totalmente consciente de estas injusticias, desigualdades y estigmatización que sufren, por parte del Poder Judicial y funcionarios del Ejecutivo, los familiares de víctimas que provienen de los sectores populares. De hecho, la madre de Abigail es una víctima más de todo esto. “Mi denuncia -sostiene- es hacia el jefe de los fiscales Alejandro Gullé, hacia el gobernador Rodolfo Suarez, a Roberto Munives, a Levrino, hacia todos los que están en el poder. Realmente no están haciendo nada por nosotras, nos están matando día a día. A mi hija supuestamente la asesinaron y no la buscan. Ya que me informaron que fue asesinada, quiero encontrarla para cerrar este capítulo y continuar con el otro, el pedido de justicia por ella. Pero no la buscan, no se mueven, están en un banco sentados y nada más. A nosotras no nos apoyan, nos siguen matando, nos tiran, dejan a hijos huérfanos, a madres sin hijos, destruyen a familias, arruinan vidas. Sin embargo los asesinos están libres o escapándose”.

“Quiero que aparezca mi hija para poder sepultarla y llevarle una flor a algún lugar. En el nombre de Dios que me aparezca viva, sería el milagro. Pero quiero que la busquen, que hagan lo que tengan que hacer. No estar sentados en una banca esperando que Dios la envíe a mi hija”, concluyó Verónica Carniel.

 

Abigail no está y la violencia impune continúa

“El relato de la historia fue escrito por hombres sobre hombres”