Vera Rexach disertó en el Congreso de Práctica Docente que se desarrolló en el auditorio Ángel Bustelo la semana pasada. La especialista en inclusión de tecnologías para la educación dialogó con EL OTRO acerca de su labor y la importancia de la formación de docentes en tiempos de “entorno digital”.

Fotos: Luciano Viard

Vera Rexach es especialista en TIC y educación de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) Argentina, @verarex en Twitter y se define como “curiosa, aprendiz, irreverente, tecnofílica, educadora y mamá”, además de declararse enamorada (“In love”). No es una millennial ni una centennial pero se ha especializado en comprender cómo hacer que la tecnología potencie la educación.

En el marco del Congreso de Práctica Docente que organizó el Instituto Superior de Formación Docente “Tomás Godoy Cruz” (ex Normal), la bonaerense, licenciada en Educación y especializada en España, se definió, ante las mil personas del auditorio que la escucharon atentamente, como “maestra”. Título que obtuvo a mediados de los años 80. Desde aquel momento no ha parado de trabajar y estudiar, según confirman algunas entendidas en la materia.

¿Cómo te acercaste a la tecnología en educación?

Me acerqué a las tecnologías digitales cuando estaba estudiando Magisterio por recomendación de mi mamá que también era maestra. Me interesé por una publicación que se llamaba “desafío a la mente” donde Horacio Reggini hablaba de incorporar las computadoras con un sentido humanista a la educación.

Mi acercamiento fue con desconfianza porque sentía que no tenían nada que ver las tecnologías con la educación y aquí me ven, 33 años después, dedicándome a incorporarlas para enriquecer las prácticas educativas.

¿Qué sentido tiene incorporar tecnología en la educación y cómo debiera encararse según tu visión?

Pienso que el sentido de incorporar tecnologías digitales en nuestras prácticas de enseñanza se relaciona con el modo en que vivimos, hoy en día, en esta cultura que cada vez es más y más digital.

Veo la incorporación de tecnología como un momento de enriquecimiento de aquellos saberes, habilidades y competencias en las que los maestros se forman. Es decir que, integrar tecnologías en las prácticas en las que docentes y pedagogos somos expertos, enriquece, nos acerca a la cultura en la que viven nuestros chicos, chicas y jóvenes.

¿Qué viniste a transmitir a Mendoza?

Me invitaron a hablar acerca del sujeto de las prácticas de formación docente y yo elegí, más bien, hablar del sujeto de la enseñanza. De ese chico, de esa chica, de ese adolescente que está en nuestras aulas y vive una vida en un nuevo contexto al que los adultos, los docentes, tenemos que aproximarnos y compartir para entender mejor cómo le enseñamos a ese nuevo sujeto que yo caractericé, de alguna manera, como “el sujeto conectado”.

En ese sentido, en la mirada de cómo creo que aprende ese sujeto conectado que tenemos en nuestras aulas, traté de acercar mi mensaje a maestras, maestros y futuros educadores que participaban en el congreso, diciéndoles que este nuevo niño, esta nueva nena, este nuevo adolescente, vive de una manera diferente. Tenemos que tratar de interpretar, conocer, canalizar y ser partícipes ciudadanos de este mundo digital para poder enseñar y, también, para aprender mejor.

¿Qué te dejó tu paso por Mendoza?

Disfruté mucho la participación en el congreso. Es muy motivador y entusiasmante ver un salón tan lleno de gente deseosa de escuchar, de compartir, de aprender. Lo pasé muy bien y creo que dejé algunas ideas y, sobre todo, varias preguntas para seguir reflexionando.

Creo que esa es la tarea que tengo por delante: ir preguntándome con otros y también ir encontrando respuestas de cómo educamos en este nuevo contexto, al que caractericé como “el tercer entorno”.

¿Por qué es importante esta formación de las y los docentes en el Nivel Superior?

La formación de Nivel Superior y, en particular, la formación de los docentes es un elemento clave en el momento de cambio de paradigma. Porque, si bien, como alumnos no participamos de esta cultura digital emergente, como adultos y como docentes sí vivimos en esta era, en este siglo. Formarse para poder enseñar con herramientas y recursos de la vida digital es importante para insertarnos como educadores actualizados.

La innovación que se espera no vendrá desde afuera, sino desde adentro de las cabezas y los corazones de los que enseñamos.

 

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