El pasado viernes, en el microcentro de Mendoza, se desarrollaron al mismo tiempo dos reclamos muy distintos en un radio menor de 500 metros: uno convocado por los Hipotecados UVA Mendoza frente a la Legislatura, el otro organizado por defensores del macrismo en el Km 0 de Capital. Este diario estuvo presente en ambos sitios y deja asentados en esta nota los acontecimientos para que las conclusiones caigan por su propio peso.

Fotos: Cristian Martínez

Las familias mendocinas que adquirieron créditos hipotecarios UVA y se encuentran duramente golpeadas por la devaluación de la moneda y la inflación, ascienden a más de 200. Por la incertidumbre financiera que generó la brutal escalada del dólar en las últimas semanas, los Hipotecados UVA de Mendoza decidieron acercarse a las puertas de la Legislatura provincial -que se encuentra completamente cercada por refacciones- para hacerse escuchar.

Leticia Katzer, una de las hipotecadas, explicó en diálogo con EL OTRO cuál es la realidad que atraviesan: “nos hemos convocado hoy apurados por la situación en la que nos ha puesto este gobierno frente a esta devaluación tan brutal que, en lo que es UVA, impacta fuertemente. Ya veníamos con subas altísimas, pero con esta devaluación se va todo por las nubes. En el colectivo hay muchas familias a las cuales las cuotas ya las están afectando mucho más del 30%. En los dos años, desde que se activó este sistema, llevamos acumulado casi el doble. Hay un aumento del 45% anual y ahora con esta devaluación va a ser mucho más, hacemos un cálculo del 4 o 5% mensual. En octubre del año pasado, con la devaluación, fue el 17% y ahora estamos muy preocupados y asustados por esta nueva devaluación, que nos expone a una nueva suba altísima del UVA y por lo tanto de las cuotas y el capital adeudado”.

Katzer fue contundente respecto a las herramientas “de alivio” que anticipó el presidente Macri por redes sociales para los deudores UVA: “Las medidas que anunció ahora el gobierno realmente nos resultan una burla. No vamos a aceptar esas medidas cortoplacistas porque este congelamiento que se propone hasta el mes de diciembre no le pone un tope al aumento. Esto va a seguir aumentando, no sabemos cuánto vamos a pagar en enero y, además, excluye a toda la gente que ha sacado préstamos por construcción, porque la medida es solo para los que han comprado viviendas con valor mayor a 140.000 UVAs. Por supuesto que tenemos expectativas en una próxima gestión, la oposición ha acompañado mucho todos los proyectos que se presentaron y esperamos que si cambia la gestión se abra la comisión y se habilite la discusión de la ley en el Congreso”.

Las caras de preocupación, incertidumbre y tristeza de jóvenes padres y madres con sus hijas e hijos pequeños fueron las protagonistas del reclamo por los créditos UVA, pero a solo dos cuadras de distancia se desató otro tipo de protesta, “un grito por la República”, así le llamaron los “autoconvocados” macristas que lo organizaron. Se trató de un encuentro de fanáticos del líder de la alianza PRO-UCR, Mauricio Macri, quienes se reunieron bajo el lema “kirchnerismo nunca más”.

En este segundo reclamo simultáneo al de las familias endeudas, EL OTRO observó la presencia de muchas personas mayores de 60 años, con rostros de enojo y preocupación. El vocero del grupo, un varón que se había atado una bandera de Argentina como una capa en la espalda, arengaba a la muchedumbre con consignas como: “No queremos que los jueces sean amigos de la presidente, queremos que los poderes legislativos sean libres. Por eso, por la república, por la Argentina, por la libertad, en octubre, argentinos, no podemos volver a atrás”, palabras a las que respondió el público presente con fervorosos y repetidos cánticos de “¡sí se puede!”.

 

Mientras las familias desesperadas exigieron respuestas al Estado con miedo y bronca por la debacle económica que está atravesando todo el país, los seguidores de Macri, crispados por el resultado contundente de las elecciones democráticas que vivimos hace pocos días, paradójicamente reclamaron por “la democracia”, por “no ser como Venezuela”. Estos últimos, tan amantes de la Patria que hasta llevaron un mástil con una bandera “de la República”, sin embargo no se interesaron por sus compatriotas cercanos, ni siquiera nombraron a las familias que a pocas cuadras de distancia velaban por su futuro, en este país hundido en una crisis social y económica provocada justamente por el líder de un Juntos por el Cambio en franca desgracia.

Dos reclamos muy distintos entre sí. Tal vez dos veredas separadas por una zanja profunda. En las urnas, en nuestros representantes, en septiembre y en octubre, aún resta por ver si los electores inclinarán el fiel de la balanza a favor de los más castigados por el fracaso del actual modelo económico, o si pesará más el plato de los berrinches de quienes carecen de consciencia de clase e ignoran los problemas reales que está atravesando nuestro país.

Sí, se puede.

 

 

 

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