Con solo un minuto de alocución, el senador nacional Alfredo Cornejo debutó en su nuevo rol de presidente del interbloque Juntos por el Cambio. Luego de un año sin pronunciar una sola palabra en el Congreso, en contraste con su permanente diatriba en los medios de comunicación porteños, el legislador mendocino se limitó a pedir la nulidad de la sesión, para luego retirarse del recinto. El oficialismo alcanzó el quórum y la Cámara de Senadores sancionó la modificación del piso del impuesto a los bienes personales, medida que beneficia directamente a medio millón de contribuyentes que dejarán de pagar ese tributo, en tanto que se incrementa 0,25% para quienes tengan 100 millones de pesos en bienes declarados, y 0,5% para los que superen los 300 millones.

Por Negro Nasif

A esta altura ya está más que claro que la incursión de Alfredo Cornejo en el escenario nacional tiene por único objetivo buscar posicionamiento para su eventual postulación como candidato a presidente, dentro de Juntos por el Cambio.

Su paso de dos años por la Cámara de Diputados y su actual debut en el Senado confirman la condición de ñoqui parlamentario, condición de la que el propio Cornejo se jactó durante la última campaña electoral. “Estoy harto del parloteo del Parlamento”, se quejó recientemente en un debate televisivo, en el que denostó la actividad esencial de un Poder Legislativo que se pretenda republicano.

Cámara Alta

En este caso, los dichos y los hechos concuerdan perfectamente, y se pueden comprobar con “datos más allá del relato”, como le gusta pregonar al exgobernador mendocino. Tal como informó EL OTRO en sendas investigaciones (ver abajo), el desempeño parlamentario de Cornejo ha sido deplorable y parece dispuesto a ratificarlo en esta nueva etapa que lo encuentra -ni más ni menos- que encabezando el interbloque de Juntos por el Cambio en el Senado, esa gran liga política donde no hay equipos chicos, que reúne a las más experimentadas dirigentas y dirigentes de la Argentina.

En ese rol se presentó este miércoles ante la presidenta del cuerpo, Cristina Fernández, y los 37 senadores y senadoras que dieron el quórum para el inicio de la sesión. Cornejo, en soledad opositora y con notablemente nerviosismo, participó del cónclave exhibiendo su breve y temblorosa oratoria para “rechazar la sesión porque -según él- no obtuvo quórum en los 30 minutos que corresponden”.

El empequeñecido debut del mendocino, quien no hizo más que ponerle la cara al fracaso de la estrategia parlamentaria de la oposición para paralizar el Senado, fue inmediatamente rechazado por el oficialismo. “No sé que hace el señor Cornejo en una sesión que no existe”, ironizó el jefe del bloque del Frente de Todos. José Mayans explicó que, si bien la sesión comenzó pasadas las 15.30, “se inició antes el conteo del tiempo y hubo alguna demora por el tema del registro de las huellas digitales para la identificación de los senadores”. Luego, el pleno de las y los senadores presentes ratificaron la sesión y continuaron con el tratamiento y la aprobación de la modificación del piso del impuesto a los bienes personales.

Quienes conocen de cerca las maniobras constantes de Cornejo en la Legislatura de Mendoza para violar los reglamentos, podrán coincidir -parafraseando a Cristina- que parece un burro hablando de orejas, y que no es lo mismo ser toro en Mendoza, con el rodeo propio de la suma del poder público y medios de comunicación bien disciplinados, que en una picadora de carne ajena que, al menos en el estreno, le quedó demasiado grande.

 

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