En 35 años de democracia en Mendoza es la primera vez que un periodista gráfico es apresado por cubrir una manifestación pública. Pablo Llanos fue brutalmente detenido el lunes pasado cuando tomaba fotografías de la represión policial en Plaza Chile. A lo guapo, Roberto Munives, la máxima autoridad policial de la provincia, golpeó con piñas y patadas a jóvenes que protestaban, pero nada hizo para garantizar el derecho a informar del cronista del portal Primitivo Sub-Real y otros periodistas que fueron violentados y gaseados. Previo a ordenarse ayer su liberación sin imputación alguna, las fuerzas de seguridad le sustrajeron a Llanos la tarjeta de memoria de su cámara, eliminando así todo registro fotográfico de su cobertura. EL OTRO entrevistó a Pablo a horas de recuperar la libertad que nunca debió perder.

Por Negro Nasif

Distintas imágenes muestran cómo Roberto Munives, director general de la Policía de Mendoza, tira de los pelos, pega piñas y patadas y arrastra de las ropas a jóvenes manifestantes en el violento operativo de inseguridad que él mismo lideró en Plaza Chile, durante la manifestación de solidaridad con el pueblo trasandino.

No parece ser el máximo profesional de las fuerzas de seguridad de la provincia, sino más bien un guapo descontrolado que revolea y recibe golpes en una puesta en escena, prolijamente registrada por personal de civil del Ministerio de Seguridad, en la que Munives se muestra como el valiente guardián de los mendocinos -pescando en una pecera urbana- muy lejos de un especializado despliegue táctico contra el crimen organizado que, por ejemplo, le mojó la oreja asaltando recientemente a punta de pistola el restorán de la familia de su jefe, el gobernador.

A escasos minutos de la innecesaria refriega, Munives ganó las cámaras y micrófonos de los medios oficialistas y, con la agitación de una literaria batalla campal, le puso palabras a su show en vivo. “Toda la sociedad me exige a mí defender el patrimonio y la integridad física de los mendocinos con el personal policial”, proclamó en tono salvacionista y el coro mediático, lubricado con la multimillonaria pauta oficial, bajó línea.

Sin embargo, a pocos metros del sobreactuado justiciero el patrimonio y la integridad física de decenas de mendocinos estaba siendo puesto en riesgo, no por criminales sino por los propios agentes estatales que debían protegerlos. Salvo la voz policial replicada por los medios hegemónicos, no existen testimonios ni más prueba que un vidrio roto y algunas piedras que justifiquen tamaña represión de una protesta con un saldo de 25 personas violentadas y detenidas al voleo, entre ellas el periodista Pablo Llanos.

Foto: Gentileza Pablo Llanos

Más allá de la gravedad institucional, la utilización electoralista del gobierno de la mano dura para galvanizar el voto de derecha, y la interna ya abierta por la sucesión en la conducción de la policía, la agresión impune a la prensa es una preocupante novedad que no registra antecedentes desde la última dictadura cívico-militar. El silencio del gobierno frente a los graves hechos habla por sí mismo.

Las características de la detención de Llanos, en un contexto donde otros trabajadores y trabajadoras de prensa sufrieron golpes y descargas de gas pimienta, sumado a la falta de repudio enérgico por parte de las autoridades institucionales y del ámbito periodístico tradicional, es un nefasto precedente para la democracia.

Foto de archivo: Coco Yañez Roberto Munives

En diálogo con EL OTRO, Pablo relató las horas que atravesó desde el lunes en Plaza Chile hasta su liberación dispuesta ayer, y develó el objetivo principal que persiguieron las fuerzas de seguridad al capturarlo: censurar a la prensa independiente eliminando todo registro gráfico de la represión.

Lo que sigue son los principales textuales de la narración que compartió con este diario el cronista de Primitivo Sub-Real:

Mi cobertura comenzó cerca de las 19 hs en el Consulado de Chile, sobre la calle Belgrano. La gente que se acercó primero estaba toda en la vereda, luego empezó a llegar más gente hasta que en un momento ocuparon  la calle, que se cortó sin ningún problema, con los agentes de Tránsito de acuerdo.

La cuestión se empezó a complicar cuando la gente empezó a ocupar más espacio y terminaron afectando el Metrotranvía, cortando la circulación por momentos. Esto duró un tiempo corto hasta que resolvieron marchar hasta Plaza Chile, que es lo que en definitiva pasó.

En Plaza Chile un grupo cortó la calle hasta que apareció un camión de bomberos, uno de los funcionarios consultó con los manifestantes qué iban a hacer, y ahí nomás comenzó el ataque con chorros de agua. Munives, al lado del camión de bomberos, dio la orden que ataquen y automáticamente agarraron a un chico. El jefe de la policía comenzó también a actuar de una manera brutal.

Yo saqué fotos hasta que empezó la represión, después empecé a filmar acercándome lo más que podía. Filmé cómo la policía y Munives pegaban, también cuando detuvieron a un chico en la estación de servicios frente a la plaza, hasta que sentí que me gritaba mi compañera Samanta Lucero (reportera de Primitivo Sub-Real) y veo que la están agarrando dos mujeres policías, pero ella logra escaparse.

Foto: Correpi. Llanos, a la izquierda, tomando fotografías.

Como todo se puso muy bravo, con Samanta decidimos comenzar a bajar por la calle Necochea. Infantería seguía disparando gases lacrimógenos. Un policía empezó a correr detrás de Samanta para intentar agarrarla entre dos, se caen encima de ella, yo intento ayudarla y es cuando me terminan agarrando a mí. No hubo manera de hacerles entender a los policías que estábamos trabajando y que nos dejaran salir del lugar. Nos acusaban, nos señalaban con el dedo repitiendo: “Vos me sacaste fotos”.

Me subieron a un móvil con otras tres personas, me maltrataron, me insultaron, decían que éramos unos “traidores”. Fue muy feo todo el traslado. Nunca se presentaron, nunca nos dijeron por qué nos llevaban. Nos acusaron de ser los que organizamos la manifestación. El móvil se estacionó tres o cuatro veces en distintas comisarías. En cada parada uno de los policías me quería sacar el celular y el bolso con la cámara, bien prepotente, insistía con hacerme la requisa, pero cuando yo le pedía que se presentara y trajera los papeles para el procedimiento él se negaba a identificarse. Hasta que llegamos a una comisaría y, sin identificarse ni mostrarme ningún papel, me requisó ilegalmente, me maltrató, hasta que me sacó la tarjeta de memoria de mi cámara que yo había guardado en uno de mis bolsillos para que no me quitaran las fotos y los videos que había tomado.

Captura de video. Llanos, a la izquierda con su cámara, al comienzo de la represión.

Me llevaron hasta la Comisaría 33. “Ya van a ver cómo la van a pasar. No la van a contar más. Van a quedar adentro”, entró diciendo a los gritos el oficial que me llevaba. Ahí recién me hicieron la requisa oficial. Reclamé mi tarjeta de memoria y nunca apareció.

Estuve detenido con otras nueve personas en un calabozo y a eso de las dos de la mañana nos trasladaron esposados a la Fiscalía Nº 4, como si fuésemos los presos más buscados. Después nos llevaron, todo el tiempo esposados, al hospital Lencinas. Estuvimos con un médico que ni nos miraba, no nos revisó, y escribía en unos papeles que nosotros nunca firmamos. A las cinco y media nos llevaron de nuevo a la Comisaría y pudimos dormir un poco y muy mal hasta las nueve y media cuando nos despertaron para llevarnos de nuevo a la Fiscalía y otra vez de vuelta a la Comisaría.

Recién a eso de la una pudimos empezar a comunicarnos con familiares que pasaron a vernos. A partir de las tres de la tarde nos comenzaron a llamar de a uno para identificarnos. En ese momento me llamaron, yo pensé que era para pintarme los dedos, pero me dan mis pertenencias, me suben a una camioneta, me llevan a la Fiscalía y allí me comunican que me sacan los cargos.

A las cinco de la tarde recuperé mi libertad.

 


 

SiPreMza reclamó la libertad de Llanos

El procurador Gullé y Marisa Carrizo del Sindicato de Prensa. Foto: Gentileza.

Este martes, el Sindicato de Prensa de Mendoza se reunió con el titular del Ministerio Público para solicitar la liberación del reportero gráfico de Primitivo Sub-Real.

Comunicado de SiPreMza:

El Sindicato de Prensa de Mendoza mantuvo una audiencia ante el Procurador Alejandro Gullé en la que se reclamó por la libertad de Pablo Llanos, quien se desempeña en un portal independiente. Denunciamos la agresión física y verbal que sufrió también Samanta Lucero, compañera del mismo portal, violentada por dos policías que la arrojaron al suelo y se le tiraron encima, acusándola de haber estado tomando fotos. La detención de Llanos, en tanto, se produjo cuando intentó defender a Lucero.

Por otro lado, Facundo García, colaborador de medios nacionales y locales, fue increpado por un policía mientras filmaba con su celular. Cuando ya estaba por guardar su teléfono, el efectivo le arrojó directa y deliberadamente gas pimienta en sus ojos. En ese momento, la colega Agustina Fiadino fue alcanzada por los gases mientras cumplía su labor periodística.

Gullé se comprometió a la rápida liberación de Pablo Llanos. El SiPreMza solicitó que la Fiscalía actuara de oficio ante estos excesos policiales. Repudiamos, una vez más, lo sucedido y reclamamos el irrestricto respeto a la labor periodística y a derechos consagrados como el de la libertad de expresión y el derecho a la información.

 

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