Mirando al cielo

Por Juan Pablo Barrera | Foto: Seba Heras

 Hacía poco habíamos aprendido andar en bici. Nos pasábamos las tardes de primavera dando vueltas a la manzana. A veces íbamos hasta la placita, le decíamos así a un descampado grande entre dos casas, que quedaba a unas dos cuadras. Cuando estábamos cansados nos tirábamos en medio de la tierra y el poco pasto a mirar el cielo. Y así fue que “descubrimos” que todos los días pasaba un avión, el único que veíamos, el primero que vimos tan cerca como algo real. Y no un dibujo de tiza en el cielo. No era que no sabíamos lo que era un avión, pero lo que estábamos viendo era en “vivo”.

Teníamos 6 ó 7 años y la rutina de pararnos a ver pasar el avión. Si estábamos en las bicis dejábamos de pedalear cuando lo escuchábamos, si jugábamos en la acequia  con barquitos, los dejábamos, los partidos de fútbol se detenían unos segundos y corríamos al grito de “el avión”, como el enano de la Isla de la Fantasía. Era todo un evento, 5 chicos sorprendidos por la capacidad de volar de eso.

La “fascinación” habrá durado unos 20 días, parece poco pero no lo es. Tal vez fue perdiendo su fuerza cuando nuestros padres explicaban con una naturalidad aburrida el fenómeno aeronáutico, quizás el hecho de la repitencia y de que el Cristian dijo que los “más grandes” se reían de nosotros.

El otro día fui al aeropuerto, y de golpe me acorde de esta historia. Imaginé como me hubiera “explotado la cabeza” si en esos 20 días me hubiesen llevado a ver más aviones. Les cuento la historia a mis hijas mientras esperamos en la playa porque no se puede entrar al aeropuerto propiamente dicho. No les llama la atención aunque preguntan por la Isla de la Fantasía y les digo que googleen. Dicen que quieren volver a viajar, la más chica pregunta si en el avión traen vacunas.

Una de mis hijas me señala el cielo y ahí viene acercándose para aterrizar un avión. Me quedo mirando como esa primera vez tirado en medio de la tierra con la bici al costado. Me acuerdo de todos y pienso que, tal vez, alguno sea piloto de Austral.

 

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