En guerra con la guerra.

Por Juan Pablo Barrera | Foto: Seba Heras

Hace varios días me llegó un video de un ex combatiente de Malvinas que viajaba a Ushuaia por primera vez desde que estuvo ahí en 1982 antes de embarcarse a las islas. Se escucha que desde la cabina se anuncia su nombre y apellido y cuentan la historia de Alberto, todo el avión lo aplaude, el tipo al principio no entiende, parece molestarse y después se emociona, yo me emociono por su emoción, pienso en esa guerra absurda y como a tod@s los que tenemos más de 35 esa guerra nos atraviesa, casi los mismos a los cuales el gol de Maradona a los ingleses nos pareció “revancha”.

Desayuno mirando a la nada con el tele de fondo que “informa” sobre la guerra en Ucrania, me doy cuenta que hay guerras y “guerras”. Pienso en la tristeza que me generan, las muertes de inocentes por intereses egoístas que van mucho más allá de lo que dicen. No recuerdo las banderas de otros países llenando las redes o las bancas del congreso. Quizás en algún momento estuvo la de Palestina pero de algunos pocos legisladores, una Palestina que pierde territorio día a día pero eso no parece tan grave. O como casi no molestaron las “incursiones” yanquis a Siria, Afganistán, Irak. Ojo lo de Putin es una mierda, lo de los otros también.

Recuerdo otra vez al ex soldado de Malvinas en el avión, a los ex combatientes que hace unos años recibieron una pensión del Estado. También me viene a la memoria que una ex ministra quería entregarlas. Los actos en la escuela primaria, el himno a las Malvinas que de solo cantarlo o recordarlo me da frío. No sé si aún se sigue cantando.

Hace unos días dos adolescentes me preguntaron: ¿Quienes vivían en las Islas? Les sorprendió que hubieran habitantes, las imaginaban desiertas y “flashearon” (así dijeron) que para viajar había que pedir permiso y usar el pasaporte.

Las noticias hablan de tercera guerra mundial, de sanciones económicas a Rusia, a deportistas rusos en general y que en Córdoba un heladero ya no venderá crema rusa en solidaridad. Cuando era chico pedía bastante de ese gusto con dulce de leche.  La crema americana sigue intacta en las heladerías de los barrios y el “Ruso” Zielinski sigue siendo el técnico de Estudiantes (por ahora).  

Le doy el último sorbo a mi té de manzanilla, me sorprende que me sorprenda la hipocresía de casi todo el mundo. Vuelvo a pensar en los ex combatientes, los ingleses, los Kelper, la OTAN. Pienso en otras guerras, la de las mujeres que parece interminable, que luchan desde hace años contra un sistema tan cruel como el que somete a pueblos.

Apago la tele estando en guerra con las guerras, con ellos, conmigo.

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