La muralla que divide.

Por Juan Pablo Barrera

No somos de juntarnos a tomar un café pero ahí estamos sentados en plena San Martín en uno de esos “cafés” modernos que te ofrecen latte en vez de café con leche o huevos revueltos y palta en lugar de medialunas o raspadas. El encuentro se dio medio de casualidad, fue en la entrada de la galería Caracol mientras el Gringo discutía con el Negro del intento de magnicidio porque el Turco había mandado un “meme” banalizando lo grave del hecho. Yo los vi unos metros antes y al pasar por al lado le dije: -De Bonarrico no hicieron ni memes.  – Ahí me miró con sorpresa hasta que me reconoció. Nos abrazamos, el Negro invitó un café pero con la condición que no habláramos de política por un rato. (“Todo hecho es político”, incluso no hablar de política.- pienso.-) 

– Yo no vi nunca a nadie con una remera de Los Enanitos Verdes. Ahora les explota un fanatismo por el rock mendocino que nunca tuvieron, ni tuvimos, mirá que me hago cargo. Porque todos escuchamos a Los Enanos, era la música de fondo de nuestra adolescencia, pero como lo tenías acá a la vuelta de la esquina, no lo ponías en valor y así somos, todo lo de Buenos Aires “parece” que es mejor. – El tono del Gringo era entre enojado y resignado. Ahí empezó a toser y puteó a las pelusas de los árboles en esta época del año.

– Yo recuerdo que llevaba un grabador grandote al baño y cantaba a los gritos, los escuchaba. Una vez unas amigas del barrio oyeron como desentonaba fuertemente “La muralla verde”. Me gastaron mucho tiempo con eso y siempre me dio mucha vergüenza que “descubrieran” mi ritual en la ducha. – Estaba de golpe confesando hechos de cuando tenía unos 15 años.-   

– Viste que somos “raros” los mendocinos con lo de acá. – Agrega el Negro mientras golpea los sobrecitos de azúcar.

Me quedo pensando en ese radio grabador Grundig que reproducía perfectamente mis TDK que tenían las “playlist” del momento. Y la capacidad de esos casettes era que se podían borrar para grabar los nuevos temas, y sí, siempre había alguno de Los Enanos. Pero es verdad no había fanáticos que los seguían en masa a todos lados.

– No me da para ir al velorio, pero conozco algunos que van a ir, porque ahora sí la cercanía pone en valor.

– ¿Te acordás cómo lloraste vos en Bariloche con esa del amigo iluminado?- Me dice el Negro mientras se ríe y el Gringo suelta la carcajada-

Me sonrió mientras termino mi té.  -“Un amigo es una luz” se llama el tema.

Nos reímos fuerte.

Cuando el Negro está pagando, veo en el celular otro meme que mandó el Turco y prefiero no decirle nada al Gringo que ya parece estar más tranquilo.  Me sigue pareciendo una locura que se hayan indignado más por el feriado que por un atentado a la democracia, pero cumplo mi promesa y nos despedimos con un abrazo. Y en mi cabeza suena “Estoy parado sobre la muralla…”.