Recientemente cinco trabajadoras de la Intersindical de Mujeres Mendoza denunciaron al secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado, Roberto Macho, y a su secretaria adjunta, Adriana Iranzo, por sufrir violencia de género dentro del gremio. En diálogo con EL OTRO, Noelia Naranjo, referenta de la Intersindical, relató el maltrato que han vivido y aún viven sus compañeras; que va desde la violencia psicológica, pasando por la violencia política hasta el  amedrentamiento y la obstaculización de su situación económica y laboral.

Por Milagritos Contreras

Noelia Naranjo. Foto: Luciano Viard

Se trata de una demanda penal radicada el pasado 12 de marzo en la Unidad Fiscal de Violencia de Género. Las denunciantes han integrado la comisión directiva de ATE, dos de ellas son fundadoras del Departamento de la Mujer del sindicato y otras dos fueron vocales en la CTA autónoma. “Es una denuncia por violencia de género; desde violencia psicológica, violencia económica, violencia laboral y violencia política, que incluye amenazas, maltratos, aislamientos. El modus operandi  que han utilizado para amedrentarlas y aislarlas, no son solo comentarios misóginos y homofóbicos, sino también palabras textuales como ‘la van a pasar mal, van a sufrir’. Las fueron aislando de muchas actividades vinculadas a sus cargos, ya que ellas eran miembros de las comisiones directivas”, aseveró Noelia Naranjo, referente de la Intersindical de Mujeres Mendoza.

En este contexto, Naranjo recalca que al dirigente de ATE, Roberto Macho, lo antecede una denuncia que cuenta con sentencia firme pero sin ninguna medida para apartarlo de su cargo. “Las respuestas que ha dado Macho hacia esta denuncia de nuestras compañeras son de puro descrédito; las tilda de ñoquis, las revictimiza”, aseveró la dirigenta y agregó: “Al momento, nuestras compañeras cuentan con rondines policiales que las custodian, porque dentro de las amenazas que han recibido, también se encuentran aquellas de tipo físicas o que pondrían en riesgo su integridad física”.

Roberto Macho Foto de archivo: Coco Yañez

 

Adriana Iranzo Foto de archivo: Cristian Martínez

Según relata Naranjo, el estado laboral de las mujeres afectadas es complejo, ya que si bien renunciaron a sus licencias gremiales por todas las amenazas y el clima de violencia que sufrían, desde ATE  todavía no les han notificado para que ellas se presenten en sus lugares de trabajo. “Dilatar el tiempo para notificarles el retorno a sus actividades laborales es ejercer violencia económica”

“Ellas son muy valientes al haber denunciado esto, incluso viviendo en un clima de gran incertidumbre, marcan un precedente histórico para no callarnos más. Creo que no importa el espacio político al que pertenezcamos, porque eso hizo el feminismo; hermanarnos. Es fundamental poner el foco en lo sindical desde el lado institucional, es decir cómo se proceden con los protocolos, cómo se trabaja ese tema, cómo se respeta y no se manosea a las víctimas, y también cómo se da algún tipo de respuesta.  Seguir haciendo la vista gorda, ser cómplice del violento, es una de las múltiples formas de ejercer también violencia sobre nosotras”, completó la referenta.

Foto: Luciano Viard

En los últimos meses, nuestra provincia ha sido noticia por denuncias de estas características a referentes gremiales. Como menciona Noelia Naranjo, la violencia de género se puede manifestar de muchas formas, pero de violencia política, como uno de esos tipos, poco se habla en nuestro país. Probablemente el escaso debate se da por naturalizar estas situaciones, por miedo a represalias dentro de un partido político, organización sindical o gremio, o porque simplemente hay quienes encubren al violento y se convierten en sus cómplices por intereses individuales.

Una herramienta federal para visibilizar la violencia política

Foto de archivo: Cristian Martínez

En el año 2019 se aprobó la modificación de la ley 26.485 la cual incorpora a la violencia política como otra de las manifestaciones de la violencia de género. El objetivo de esta modificación es tipificar la violencia política contra la mujer y castigar la conducta con intención de menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir el ejercicio político de la mujer, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y a participar en asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los hombres.

A partir de esta necesidad de visibilizar las conductas y/o situaciones de violencia que sufren las mujeres en ámbitos o espacios políticos, es que desde Buenos Aires, el Proyecto Generar y el Observatorio de Violencia Política Alerta, acaban de lanzar una encuesta federal para identificar casos de violencia política y contar con un registro de todo el país (completar aquí).

“Lo que nosotras identificamos es que, quizás, la violencia política es uno de los tipos menos hablados o explorados de violencia. Nuestros objetivos disgregados con esta encuesta y cuestionario son, por un lado, identificar y describir situaciones de violencia auto-percibidas, teniendo en cuenta estos tipos y modalidades, los ámbitos en los que suceden, con qué frecuencia ocurren y quién o quiénes ejercen esta violencia política. Por otro lado, ver cuál es el recorrido que hace la persona que lo sufre; es decir, ¿lo habla con alguien?, ¿hay alguna acción posterior sobre esa identificación? También buscamos indagar sobre el conocimiento que tienen las mujeres y personas LGTBIQ+ respecto a la legislación actual”, señaló Florencia Videla, integrante del Proyecto Generar.

Si bien hay un precedente en el país sobre este tipo de encuestas, porque en su momento el Equipo Latinoaméricano de Justicia y Género realizó un trabajo similar, solo se extendió a once provincias. “El primer corte de este proyecto será en el mes de julio y luego elaboraremos un informe en base a todos estos resultados y a las respuestas de la encuesta”, agregó Videla.

 

Desde Generar mencionan que, además identificar estas situaciones, uno de sus objetivos prioritarios es poder trabajar con los partidos políticos para que se concienticen efectivamente sobre la problemática, poder visibilizarla, y también buscar la manera de canalizar estos conflictos.

“Hubo muchos casos que comenzaron a visibilizarse a partir de este auge del movimiento feminista y de mujeres que hay en Argentina. Después del Ni Una Menos y con todo lo que pasó respecto al aborto, fue a partir de allí que se empezó a observar el abordaje de los medios sobre  violencia política. Sin embargo no está trabajado al mismo nivel que las otras violencias. Sí en cuanto a lo que es cupo o paridad, que también el hecho de que partidos o frentes electorales no cumplan con esas normativas hace a la violencia política, porque esto conlleva a cercenar la participación de las mujeres”, expresó Yamila Picasso, integrante del Proyecto Generar.

Situaciones en donde no permitan hablar a las mujeres en las reuniones o las saquen de la lista de oradores por el solo hecho de ser mujeres, hasta aquellas más extremas como abuso, ya sea hechas o generadas por compañeros de trabajo o hasta autoridades máximas, son manifestaciones claras de violencia política, resalta Picasso.

“Hacemos un llamado a todas y todes para que completen la encuesta. Se trata de una encuesta anónima. Es muy común sufrir violencia política en los ámbitos de militancia. Por ahí creemos que no atravesamos este tipo de hechos por lo naturalizados que los tenemos, pero en muchos espacios hay quienes sí los padecen”, finalizó Florencia Videla.

 

 

Si sos parte de un partido o una organización, sumate a contestar la encuesta federal de violencia política aquí.

 

 

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