Tiberium presenta su disco “Fiesta para pocos” en el Teatro Imperial de Maipú. Su frontman, Pablo Martí, conversó con EL OTRO sobre el nuevo trabajo discográfico, el rock, la cultura mendocina y el compromiso con las ideas estéticas y sociales.

Fotos: Seba Heras | Texto: Luciano Viard          

“Tiberium se comunica conmigo” explica Martí, con el sol en la cara y una sonrisa que viene del disfrute de presentar su trabajo en sociedad luego de muchísimo esfuerzo y aprendizaje.

Según el cantautor, Tiberium no tiene composición física pero ha estado con él toda la vida. Veinte años atrás la comunicación se hizo más fluida y parió un disco.

Este 17 de octubre, en el Teatro Imperial de Maipú, a partir de las 20.30, luego de cinco años de mucho trabajo, Tiberium dirá en el escenario.

¿De qué trata Fiesta para pocos?

El disco tiene una crítica social más manifiesta que otras cosas que había hecho antes, que eran más introspectivas. Lo laburamos durante cinco años como locos, con mucha paciencia, pero creo que quedó con un sonido al que nunca pensé que iba a llegar.

En todo ese tiempo de procesos pude ver cómo iba mejorando. Empezamos en mi casa y un poco en la del productor, Fer Prado. Después fuimos a Nautilus del Laureano Nazar y terminamos haciendo el mastering en lo del Mati Jodar que es el mejor que tenemos en Mendoza, prácticamente.

El proceso fue largo pero sentí cómo iba creciendo el disco.

En la parte visual también empecé en cero y en un asado conté que iba a comenzar a laburarlo y el Pela Manfredi me levantaba la manito. Yo pensé no lo voy a clavar a este, hasta que un día le dije Pela, dale y a él se le ocurrió abrir la cancha, y empezó a invitar a fotógrafos y dibujantes re copados.

De a poco, se fue haciendo medio como una comunidad el laburo que había empezado solo.

Es un disco con génesis de crisis social en el que colectivizaste tu trabajo y tu arte.

Sí. El disco anterior lo saqué en el 2000 cuando el país también estaba prendido fuego y este lo laburé en los últimos años, también con una situación muy difícil. Pareciera que esas crisis me ponen a laburar.

Sentía que las condiciones no estaban dadas para publicar nada mientras estaba el Mamerto pero después se fue y vino la pandemia. Pero bueno, la espera valió la pena.

 

Mientras tanto grabamos el primer video que se llama Cenizas, lo subimos a YouTube y lo están viendo muchas personas.

El nombre del disco responde por un lado al neoliberalismo que estaba gobernando haciendo una fiestita para unos poquitos en detrimento de todos los laburantes. Por otra parte, en esa situación también nos empezamos a juntar con el Pela, el Seba Heras y algunos más, con los que hacíamos una fiesta de pocos pero con una visión crítica de lo que estaba pasando. Así que tiene ese doble significado.

El arte y el rock supieron ser contestatarios, ¿hoy es más correcto políticamente?

Sí, puede ser. Hay muchas figuras que tienen buenos productores que los meten bien en las plataformas y tienen un montón de reproducciones porque tienen todo muy armado. A veces ni sacaron un disco pero tienen millones de reproducciones porque en sus segmentos están bien y los productores son muy buenos para hacer negocios.

¿Cómo definiste la fecha?

Elegí la fecha hace meses, tenía un lugar pero no me trataron bien hasta que encontré este teatro para poder hacer el toque.

Es una apuesta y sé que no es fácil en Mendoza porque el sesenta por cientos es antiperonista y el público del rock tampoco es muy amplio ahora. Las personas que me reconocen el laburo lo hacen a conciencia porque digo lo que pienso y no me hago el boludo. Eso me interesa.

¿Cómo se revierte la situación cultural y política de la provincia?

Es muy difícil porque para mí el problema de base está en los medios de comunicación que no les dan bola a los artistas, y a los gobiernos les conviene que ningún artista se convierta en referente para que no tengan influencia.

Entonces traen a un flaco de afuera, toca y chau. No opina nadie.

Para salir de eso, quizá haya que volver a la ley de medios que dieron de baja por decreto, que contemplaba alguna cosita como el porcentaje de la difusión de música local. Prendés la radio y el cincuenta por ciento es de acá. Así empezás. Pero no está muy fácil y todo ha hecho que las bandas más exitosas de Mendoza sean las que hacen covers.

Tenemos tremendos músicos a los que mucha gente solo los va a ver si hacen música de otros artistas más reconocidos internacionalmente. Y es una pena, porque si vos hacés algo tuyo de alguna manera dejás un legado también.