Por Omar Sánchez
¿Vale menos la vida de alguien que necesita trasplante de médula ósea que la de una persona que sólo necesita sangre?
El gobierno de Mendoza y el Centro Regional de Hemoterapia realizan desde fines del año pasado la campaña «Doná sangre, hacés bien», destinada a aumentar el número de voluntarios. Además de cartelería callejera y propaganda televisiva, se llevan a cabo colectas en municipios, universidades y otras organizaciones.
Todos coinciden en lo importante de contar con más personas solidarias. Sin embargo, quienes necesitan trasplante de médula ósea son ignorados por esta campaña, cuando deberían abordar ambas problemáticas simultáneamente.
Los pacientes oncohematológicos (por ejemplo, leucemia) comienzan su tratamiento con quimioterapia. Si ésta fracasa, su última posibilidad es un trasplante de médula ósea. Si donar médula ósea es donar sangre ¿Por qué no explicarle al voluntario que en el mismo acto puede inscribirse como donante de médula ósea y salvar una vida?
Este no es un problema de Mendoza ni de Argentina. Faltan donantes de médula ósea en el mundo. Todavía hay pacientes que no encuentran su alma gemela, compatible genéticamente y mueren ¿Y por qué no nos inscribimos masivamente? Porque la gente en general desconoce que donar médula ósea es donar sangre, que no es doloroso ni riesgoso y que se puede salvar una vida.
Dicen que la corrupción mata. A veces, la ignorancia también.
