Una camioneta del INCAA, conducida por trabajadores de Cultura de la gestión Gareca, destrozada en San Luis en febrero de 2019. Equipos audiovisuales que nunca más proyectaron cine de Argentina en escuelas, barrios y pueblos mendocinos. Funcionarios provinciales que jamás dieron explicaciones sobre una política pública completamente destruida. Un programa del Estado nacional -a pleno en otras provincias- que hace rato no funciona en Mendoza. ¿Restos del vehículo que se vendieron por Facebook? Demasiadas coincidencias que alimentan las peores sospechas.

Investigación especial de EL OTRO
Texto: Negro Nasif

“La camioneta del Cine Móvil de Mendoza chocó en San Luis”, informó Vía País el 1 de febrero de 2019. El portal del Grupo Clarín, que citó como fuentes a los diarios La República de San Luis, Los Andes y MDZ, puso un manto de sospechas sobre las circunstancias en que se produjo el siniestro: “¿Qué trabajo realizaba el Cine Móvil fuera de la provincia? ¿Cuál es el seguro con el que cuenta la camioneta? ¿El acompañante, era contratado o de planta?”

El mismo día, Sitio Andino aportó la versión policial puntana del vuelco en el que afortunadamente sobrevivieron los ocupantes del vehículo, no obstante la destrucción de la camioneta que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) entregó al Gobierno de Mendoza en 2015, en el marco del Programa de Cinemóviles que benefició a todas las provincias argentinas.

Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

“El Cinemóvil de la Secretaría de Cultura chocó y volcó en San Luis cuando se dirigía a Cosquín, Córdoba, para proyectar una serie de películas mendocinas como parte de una serie de actividades culturales”, explicó el diario del Grupo Álvarez. “El siniestro ocurrió a las 5 en la Autopista Saladillo, a la altura de Río Quinto y como consecuencia del choque dos empleados de la Secretaría de Cultura sufrieron heridas”, agregó.

“Por causas que se intentan esclarecer, el conductor perdió el dominio del coche y tras chocar con un poste de alumbrado público, dio varios tumbos”, narra la crónica de Sitio Andino en la que se identifica a Eduardo Olivares como el conductor del vehículo y a Mario Spoggi como su acompañante.

Esta fue la última noticia acerca del cinemóvil mendocino. Desde entonces, a casi tres años de la tragedia, no se difundieron públicamente los resultados de la investigación judicial ni se aclaró lo que efectivamente pasó aquella madrugada. En medio del silencio mediático, el importantísimo programa cultural desapareció por completo de Mendoza.

Otra de Gareca

La destrucción del cinemóvil forma parte de la pésima gestión Gareca. Saga que incluyó el incendio de la cúpula del Espacio Contemporáneo de Arte y el derrumbe de la grúa vendimial, entro otros graves daños que, de milagro no costaron vidas humanas, pero sí un desmedro irresponsable de nuestro patrimonio cultural.

A comienzos de 2016, el flamante secretario de Cultura de Mendoza, Diego Gareca, mandó a plotear la camioneta que el INCAA le había entregado a su antecesora Marizul Ibáñez. Con muy pocos recursos, el hábil funcionario de Alfredo Cornejo “refundó” el proyecto nacional bautizándolo como Cine Móvil Leonardo Favio, en su habitual utilización progre de las figuras y simbologías populares para intentar lavar la cara de las políticas de ultraderecha de su jefe.

Gareca presentó en sus redes sociales el “nuevo” Cinemóvil morado, con la marca del rostro del inmenso cineasta mendocino, tapando los logos del INCAA que tenía el vehículo original, lo que después tuvo que enmendar con un calco que agregó a regañadientes. Referencia para nada menor cuando se trata de un programa federal que ya tiene más de 20 años de existencia.

Más allá de jueguitos políticos típicos de Gareca, lo cierto es que el Cinemóvil siguió transitando exitosamente por toda Mendoza, llegando a aquellas escuelas, bibliotecas populares, parajes, barrios y pueblos a los que el cine, y especialmente la cinematografía argentina, nunca llegan.

El propio secretario de Cultura acompañó en más de una oportunidad a esa camioneta, bajo el signo de Favio, que transportaba un proyector, la pantalla gigante y equipos de sonido que acercaban la magia del arte a diversas comunidades. Hasta que todo terminó a los tumbos en aquella madrugada de San Luis.

En Mendoza no se consigue

Foto de archivo: INCAA

Un Cinemóvil del INCAA estuvo presente el 30 de octubre último en la Noche de Los Museos en la Casa de las Madres Línea Fundadora de la Ciudad de Buenos Aires. Ayer mismo otra de las camionetas se hizo presente en la Escuela 4845, ubicada en el barrio el Huaico de Salta. El domingo pasado se proyectó Eva a través del cinemóvil de Jujuy. También la semana pasada las y los sanjuaninos de la Comunidad Huarpe Salvador Talquenca de El Encón se reunieron para compartir películas del programa federal de cinemóviles.

En Mendoza, en cambio, a partir de febrero de 2019 las comunidades más postergadas no tienen derecho a ver cine nacional y, al mismo tiempo, las y los hacedores audiovisuales argentinos se encuentran privados de compartir sus obras con quienes, a través del pago de impuestos, las financian.

El choque de San Luis borró por completo al Cinemóvil mendocino y los funcionarios del gobierno provincial, entre ellos Gareca, nunca restituyeron esa elemental inversión para reemplazar lo destruido. Solo bastaba un vehículo, nada más, destinado al arte, en contraste con las decenas de patrullas que sí fueron incorporadas para los destacamentos policiales del Gran Mendoza en los últimos años. Cuestión de prioridades, por supuesto.

Demasiadas casualidades

En la búsqueda de respuestas a la pregunta que da título a esta nota, la investigación de EL OTRO se fue topando con una serie de sospechosas coincidencias que oscurecen aún más la falta de claridad sobre el destino del Cinemóvil perdido.

El último dato sobre la Volkswagen Amarok 2015, dominio LUP 991, es que fue secuestrada por la Policía de San Luis y trasladada el mismo día del siniestro a la Comisaría 16 de La Toma. De ahí en más no hay ningún rastro oficial que haya sido publicado.

Si bien en el Registro de la Propiedad Automotor la camioneta figura radicada en la calle Tacuari al 163 de la Ciudad de Buenos Aires, no hay información alguna sobre el lugar físico donde se encuentra. Hasta ahora, todo parece indicar que no está circulando en la provincia, pues no figura en el padrón automotor de la Administración Tributaria Mendoza ni en los registros de la policía local.

Descartando varias probabilidades sin sustento, y en razón de testimonios y documentos consultados por este diario, toma fuerza la hipótesis del desgüace del vehículo. Supuesto que podrían confirmar los ocupantes de la camioneta en aquella noche fatídica de febrero de 2019. Especialmente uno de ellos.

Mario Spoggi Foto de archivo: Facebook Cultura Mendoza

Casualmente, el acompañante Mario Spoggi, quien dejó la Secretaría de Cultura de Mendoza y hoy trabaja en la Municipalidad de San Martín, en marzo de 2020 puso en venta en su perfil de Facebook dos cubiertas usadas 245/70/16. Casualmente, el rodado justo que tenía la camioneta Amarok que volcó en San Luis. De marcas Fate y Bridgestone que, vaya casualidad, pudimos confirmar que son de los mismos modelos que tenía el vehículo desaparecido. Y, en el colmo de las coincidencias, los dibujos de las gomas cotejados en numerosas imágenes son exactamente los mismos que pueden verificarse en las fotografías de los móviles entregados por el INCAA a Mendoza y al resto de las jurisdicciones.

Captura de pantalla: Facebook Mario Spoggi

EL OTRO intentó sin suerte comunicarse con Spoggi para esclarecer esta concatenación de casualidades y, en el medio de nuestras indagaciones, por puro destino, vinculamos fotografías de esta persona que coinciden exactamente con la cara de un ciudadano del departamento de San Martín que, durante las últimas elecciones legislativas, fue denunciado penalmente por presuntos delitos en el marco de la jornada electoral.

¿Cómo es posible? En la denuncia recibida por el Ministerio Público Fiscal el pasado 14 de noviembre se señala que el presidente del Concejo Deliberante de San Martín, Daniel Llaver, repartió alimentos con la supuesta intención de incidir en los resultados electorales. El escrito refiere que el concejal estaba acompañado por “otro señor de bigotes canoso que tenían bolsas negras todo tapadas en una camioneta gris”. ¡Coincidencia! Ese señor, según demuestran las fotografías aportadas a la causa, es Mario Poggi, el sobreviviente del Cinemóvil que se tragó la tierra.

Llaver y Spoggi. Foto: Gentileza

Serían demasiadas coincidencias que el militante radical, exempleado de Cultura, acompañante ileso del confuso vuelco de San Luis, y actual puntero de Llaver, sea justamente quien haya vendido a través de un perfil personal de redes sociales las cubiertas del cinemóvil desaparecido.

Demasiadas casualidades que merecerían una explicación.

 

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