En un comunicado titulado “El suplicio”, el abogado de la referente de la Tupac Amaru en Mendoza, Nélida Rojas, señaló que su defendida y su hija fueron maltratadas durante un traslado. Para Alfredo Guevara la fiscal interviniente Gabriela Chaves “sigue adelante con el retorno del suplicio en esta nueva caza de brujas desatada en tierras mendocinas”.

Nélida Rojas Foto: Cristian Martínez

El comunicado completo del Dr. Guevara:

El suplicio

No habrá un espectáculo hoy. Recién presenté un escrito pidiendo la suspensión del traslado de Nélida Rojas, líder de la agrupación barrial Túpac Amaru de Mendoza, previsto para la audiencia de hoy.

Su hija Leonela me contó anoche que Nélida no estaba bien de ánimo y escuché su relato del traslado que ambas, junto con su hermana Carla, padecieron desde la cárcel de El Borbollón a la de Agua de las Avispas, el que podría calificarse como tortura o trato inhumano, cruel y degradante.

El sufrimiento incluyó golpes en distintos lugares del cuerpo, dolores en las muñecas y sensación de ahogo. Carla sufrió una descompensación por esta situación. Nélida Rojas fue esposada con las manos entre sus piernas, lo que la obligaba a una mala posición, lo que incrementó su sufrimiento.

La fiscal Chaves detuvo a Rojas el viernes pasado. La imputó como “jefa de una asociación ilícita”, entre otros numerosos delitos. Foto: Coco Yañez
 

Nélida Rojas ha sido operada por discopatía de columna lumbosacra, presentando cuadros de lumbalgia a repetición con trastornos de la marcha, tal como se acreditó con certificado. Asimismo se ha considerado que padece el 76% de incapacidad por parte del ANSES, que además ha procedido a jubilarla por incapacidad.

Tal como lo señalan los “Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas”, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “los traslados de las personas privadas de libertad deberán ser autorizados y supervisados por autoridades competentes, quienes respetarán, en toda circunstancia, la dignidad y los derechos fundamentales”, y que “los traslados no se deberán practicar con la intención de castigar, reprimir o discriminar a las personas privadas de libertad, a sus familiares o representantes; ni se podrán realizar en condiciones que les ocasionen sufrimientos físicos o mentales, en forma humillante o que propicien la exhibición pública.”

He pedido la intervención del Procurador de Personas Privadas de Libertad para que investigue el caso.

Mientras tanto, la Fiscal interviniente sigue adelante con el retorno del suplicio en esta nueva caza de brujas desatada en tierras mendocinas, donde el sufrimiento de la carne de los condenados por la inquisición mediática es exhibido como un mensaje de terror a los movimientos sociales y un espectáculo para el regocijo de las bellas almas de una multitud frenética que gusta del olor a sangre.