Como Yrigoyen, Rodolfo Suarez encontró quién le escriba su diario. El Consejo Empresario Mendocino presentó un análisis que pondera las decisiones políticas que fracturaron la economía de la Provincia. El manual de la ortodoxia al servicio de un plan que no funcionó. ¿Quiénes ganan con el achicamiento del Estado?

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Coco Yañez

Foto: Coco Yañez

El último informe del CEM (Consejo Empresario Mendocino) está basado en la evolución de las finanzas provinciales durante la última década, y hace hincapié optimista en los pilares del ajuste aplicado a partir de 2016. La evaluación del sector refleja el choque de sus intereses con las necesidades de la mayoría, y demuestra que las recetas de la economía ortodoxa se venden sin garantías.

Según el análisis de los empresarios, la virtud de los gobiernos de la alianza pro-radical se centra en el ordenamiento de las finanzas públicas, con el cual se ha logrado, por ejemplo, cerrar el 2021 con un superávit operativo del 4,6% y un ahorro del 11,4% de los recursos corrientes. En ese marco, se cuentan otros resultados como la baja de las erogaciones corrientes, del 92% al 84%, y una reducción del gasto en personal, del 60% en 2015 al 50% en el último año.

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La publicación del CEM, denominada Finanzas Provinciales (leélo completo aquí), salió a luz en la primera semana de junio, simultáneamente con el anuncio del plan de lucha de los gremios estatales por la reapertura de las paritarias, a pocos días de la difusión de un informe nacional que señala a Mendoza como la provincia con menor recuperación del empleo privado, y en medio de las noticias sobre la crisis del sistema de salud que ha dejado como saldo 5000 intervenciones quirúrgicas postergadas.

La contracara de este saneamiento de la economía, que comenzó en la gestión del exgobernador Alfredo Cornejo, se refleja entre otros aspectos en el deterioro de los sistemas de Educación y Salud que acusan falta de inversión en infraestructura y en recursos básicos. La evidencia más clara está en el retroceso en los salarios públicos que se extiende a todos los sectores del Estado.

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Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en los últimos cuatro años los salarios del sector público cayeron en 33 meses (69%). En los números que presenta el CEM, el ajuste salarial mendocino se expresa con claridad en el retroceso del “gasto en personal”, el cual en 2021 representó el 50% del gasto corriente. “Es la menor incidencia en la década, luego del máximo de 60% en 2015. Alcanzaba el 59% en el año 2012 (y el 47% en 2007) llegó al 65% en 2015” señalan los empresarios.

La reducción de este “gasto” se logró, según el CEM, por el recorte en las partidas para salarios, pero también por el achicamiento de la planta de personal. Una de las consecuencias de la elogiada reducción de empleo público fue la disminución de la cantidad de horas cátedras en escuelas públicas. En 2015, con 1.863.800 habitantes, el Estado invertía en 28.294 horas cátedras, en tanto en 2021, con 2.010.400 habitantes se redujo la carga de horas a 27.808.

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El reverso del ajuste también se manifiesta en la pérdida de los recursos propios. Según los números del CEM, las partidas provinciales -respecto a las nacionales- aumentaron su participación en el total de recursos corrientes, desde el 49% en 2012 hasta 51% en 2019, pero luego cayeron en 2020 y 2021 al 43%. “Esta merma era esperable pues, sumado a la menor presión impositiva provincial, la provincia contó con menos instrumentos que la Nación para hacer frente a la caída de recursos propios durante la pandemia”.

En ese sentido, los datos duros echan por tierra el sueño independentista. Las cifras demuestran que entre 2012 y 2019 los recursos nacionales crecieron a un ritmo algo menor que los recursos provinciales. Sin embargo, desde 2020 la tendencia se revirtió y, en los dos últimos ejercicios cerrados los recursos nacionales vienen aumentando muy por encima de los provinciales. Punta a punta, la COPA (coparticipación) Federal y Regímenes Especiales fue la partida que más creció”.

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El ajuste aparece también en la caída de la obra pública y como consecuencia en el deterioro del empleo privado. En los últimos diez años según el CEM, el gasto de los recursos corrientes en obra pública pasó de representar el 9,9% en 2011, a caer a 2,6% en 2016. En 2021 equivale al 1,3%, siendo el más bajo de la década.

El Observatorio Económico Regional Urbano (UNCuyo) viene señalando con distintos informes la parálisis que atraviesa la economía mendocina desde 2016.  Según Nicolás Aroma, integrante del observatorio, en la Provincia el desempleo aumentó un 137 % entre 2016 y 2019 y en el segundo semestre de 2020 alcanzó la mayor tasa del país con un pico de 15,3%. El economista además detalló, en su cuenta de Twitter, que en 2018 y 2019 cerraron 1200 empresas en Mendoza.

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Como se puede ver, la crisis mendocina es compleja y profunda. No obstante, el informe del CEM se completa reclamando que se ahonde la tendencia de la tijera, que “el esfuerzo de austeridad fiscal se mantenga y se profundice a fin de liberar recursos que puedan ser dirigidos a la creación de empleo privado registrado”.

La práctica contradice la teoría de los empresarios, según el Sistema Integrado Previsional Argentino en los últimos 10 años en Mendoza se perdieron 10.000 puestos de trabajo, y le da la razón al economista Alfredo Zaiat que sostiene que “el ajuste es una política deliberada de reducir la calidad de vida de la mayoría con el objetivo de beneficiar a núcleos privilegiados”.

 

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