Sadop advierte que un decreto de Cornejo hirió de muerte a 24 institutos privados de educación superior, los cuales sufrirán quitas de aportes estatales. EL OTRO entrevistó a Daniel Di Bártolo, miembro de la conducción nacional del sindicato de docentes privados, quien analizó el contexto actual de “privatización” y “mercantilización” de la educación argentina. 

Fotos: Seba Heras

La semana pasada, el Sindicato Argentino de Docente Privados (Sadop) convocó a una conferencia de prensa para explicar los alcances del decreto provincial 432/18. De acuerdo con el gremio, esta norma firmada por el gobernador Alfredo Cornejo afectará “a 24 instituciones que dejarán de percibir los aportes ya sea en su totalidad, en el caso de los ‘no prioritarios’, o en el caso de los ‘prioritarios’ la reducción del 100, 40, 30 o 20%, lo que implicará un cierre encubierto de los terciarios”, “dejando a muchos estudiantes sin completar sus estudios y a numerosos docentes en la calle”.

La rueda de periodistas contó con la exposición del profesor Daniel Di Bártolo, miembro de la conducción nacional de Sadop. En un distendido diálogo con EL OTRO, el secretario de educación del gremio docente caracterizó el momento actual de la educación superior en el país: “Hay una tendencia privatizadora y mercantilizadora en la política educativa”.

Usted visita Mendoza en un clima complejo por la avanzada del gobierno local sobre la Educación Superior. ¿Cuál es el contexto nacional en el que se desarrollan estos embates?

Existe en este momento en la Argentina una voluntad política, del gobierno nacional en confluencia con la gran mayoría de las provincias, de producir un proceso de transformación de la formación docente. Entonces, se ha instalado un debate, yo diría paradójico con alto nivel de falsedad, que pretende plantear si la formación docente debe estar alojada en los institutos superiores o en las universidades.

En el marco de esta política, se están dando distintos lineamientos. Por ejemplo, en la provincia de Jujuy, en diciembre del año pasado cerraron la matriculación para institutos superiores para el 2018. De hecho, no se matriculó y esos institutos superiores, en el caso de los privados, quedaron directamente en proceso de cierre o reconvirtiendo sus propuestas en otras carreras.

La Ciudad de Buenos Aires es uno de los ejemplos emblemáticos de esta política, pero con una característica particular. No solamente se están cerrando los institutos de formación docente sino que además está en tratamiento, en la Legislatura de la Ciudad, un proyecto de creación de una universidad pedagógica para la formación docente llamada UniCABA. Por más que el proyecto dice que esta universidad absorberá a los institutos, se cambia sustantivamente la modalidad y, como se unifica solo a los estatales, los de enseñanza privada quedan soslayados y sin ningún tipo de reconocimiento.

Desde el gobierno de Mendoza justifican que los cambios en los institutos privados apuntan a mejorar la formación docente. ¿Cuál es su evaluación?

Para Sadop siempre es importante trabajar en una mejora de la formación de los docentes, porque entendemos que el docente es un trabajador que tiene, obviamente, una dimensión profesional. Lo que pasa es que, en este contexto, no podemos aceptar que las supuestas mejoras de la formación arranquen con la pérdida de puestos de trabajo de los compañeros de la educación superior.

Pero además hay un problema de tipo estratégico: ¿quién controlará la formación docente en Argentina? Este proceso de transformación que los gobiernos han iniciado, ponen en jaque no solamente el control sino también la orientación de la formación docente. Y esto es clave para la sociedad porque, en definitiva, los egresados de los institutos o de las universidades que formen docentes son los que educan a los niños y jóvenes del presente y del mañana.

Nosotros venimos a Mendoza, además de apoyar la lucha de nuestros compañeros, a llamar a la conciencia sobre este tema. Nos preocupa mucho el futuro, en tanto y en cuanto no está claro quién va a ser la cabeza, el control y direccionamiento estratégico de la formación docente en la Argentina.

Hay sectores que plantean que el Estado debe asumir la totalidad de los resortes de la educación, lo que supondría el cierre de los institutos privados ¿Ese es el proyecto de Cambiemos?

Bajo ningún punto de vista. El gobierno busca la mercantilización de la educación. Claramente, lo que uno está observando en este momento en el escenario nacional es que la tendencia se orienta a que progresivamente las ofertas queden en manos de las multinacionales que están apostando al negocio de la educación en distintos países de América Latina.

El avance sobre los institutos de formación docente no es atribuible, en este caso, a un planteo de principalidad del Estado en materia educativa. Muy por el contrario, hay una tendencia privatizadora y mercantilizadora en la política educativa.

¿Por dónde pasa el negocio de la educación privada hoy?

La educación pública de gestión privada tiene una larga tradición en la Argentina. Casi con el mismo surgimiento del estado-nación surgieron las escuelas privadas. Mucho antes, en los siglos XV y XVI los mismos españoles realizaron experiencias educativas, como el de las misiones jesuíticas, que son emblemáticas.

Esta tradición tuvo un amplio despliegue en el país durante siglos. Sin embargo, en el último tiempo, sobre todo en los 90 con las corrientes neoliberales, y en el contexto de la tendencia a la mercantilización de la educación, comenzaron a desarrollarse experiencias de escuelas privadas con fines de lucro. En estos casos el proyecto educativo no nacía con el objetivo institucional formativo, sino simplemente con el fin de hacer negocios.

Aquí en Mendoza, por ejemplo, comenzaron a convivir aquellas escuelas históricas con escuelas destinadas a la instalación del mercado, con poblaciones elitistas, con formación sectorial, con una oferta amplia en materias extracurriculares.

Desde Sadop pensamos que la gran crisis que tenemos en este momento en la educación privada gira en torno a esta tensión entre aquella tradición educativa y los actuales negocios. Este gobierno impulsa a las escuelas que se desarrollan con fines de lucro y, bajo la lógica del mercado, pretende convertir a la educación no en un derecho social sino en un bien transable.

 


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