El gobierno nacional pretende, a través de la ley de reforma tributaria, una avanzada sobre las ganancias de cooperativas de servicios financieros que, de concretarse, implicaría un atraso histórico y el debilitamiento de todo el sistema. EL OTRO dialogó con Miguel Ángel Santandreu, gerente zonal del banco Credicoop, sobre el contexto y los alcances de esta medida.

Fotos: Coco Yañez

Miguel Ángel Santandreu.

La coalición de diputados oficialistas buscará esta semana que se apruebe el proyecto de reforma tributaria propuesto por el gobierno de Cambiemos. Varios analistas señalan que la iniciativa, que reúne cambios en el IVA, las contribuciones patronales y la renta financiera, en principio premiará al sector privado y casi no tendrá impacto positivo en los trabajadores. En tanto desde los sectores más críticos aseguran que la “reforma” implicará una reducción de impuestos a los que más tienen que será reemplazada por endeudamiento externo.

Lo cierto es que, a medida que se va conociendo la letra chica de la iniciativa reformista, aparecen aspectos que preocupan a los sectores más débiles, como las modificaciones sobre la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas. En el articulado se plantea la eliminación de la exención del pago de ganancias a las cooperativas y mutuales que prestan servicios financieros, equiparándolas con las multinacionales con fines de lucro.

EL OTRO dialogó sobre este tema con Miguel Ángel Santandreu, gerente zonal de Cuyo del banco Credicoop. El encuentro se dio apenas comenzaba la jornada laboral del lunes, en una de las filiales que la entidad tiene en Godoy Cruz. El directivo pospuso por unos minutos la primera reunión de la semana: la reforma tributaria de Cambiemos es un tema central por estos días.

¿Qué repercusión ha tendido el proyecto de reforma tributaria que propone el gobierno, en el banco?

El movimiento cooperativo y mutualista de todo el país está en estado de alerta. Estamos hablando con autoridades nacionales, legisladores, buscando apoyo parlamentario para que se eliminen los artículos 23 y 24 de la reforma impositiva que plantea que las cooperativas y mutuales empiecen a ser sujeto del impuesto a las ganancias. La Ley de Cooperativas, como la Ley de Mutuales, establecen que, por su esencia de ser entidades sin fines de lucro, en estas organizaciones no hay una utilidad, una rentabilidad, como en las empresas. Es una cuestión económica, pero hay un trasfondo ideológico.

De aprobarse esta ley, ¿tendría un impacto directo en los clientes del banco que, por lo que sabemos, son empresarios pequeños y medianos?

Somos el único banco cooperativo de Argentina. A diferencia de un banco privado nuestra rentabilidad se capitaliza anualmente, no va a manos de ningún dueño local ni internacional. Esta es una cooperativa auténtica, hay una asamblea, una mesa directiva, en las 265 filiales que el Banco tiene en el país funciona una mesa de asociados ad honorem.

Suponemos que va a impactar en cierta medida en los costos diferenciales, mayores costos sobre los usuarios. Como usted ha planteado, la cartera del banco es netamente de pymes, no tenemos grandes entidades como clientes, actualmente entre el 10 al 12% de las pymes del país operan con Credicoop, es un universo muy importante.

No es la primera vez que tenemos que enfrentar estas dificultades, nosotros vamos a cumplir 40 años como banco pero tenemos más historia como caja de crédito. Tenemos una larga trayectoria de ir resolviendo complejidades, con la gran ventaja hoy de ser un gran banco, que es lo que pudimos lograr a largo de estas cuatro décadas, un banco bien posicionado, bien consolidado; esto nos permite sortear con mayor fortaleza las dificultades que se presentan en el horizonte de las pymes.

¿Qué estrategia tiene el banco para abordar estos periodos de crisis? ¿Recuerda cómo se pudo sortear la crisis del año 2002?

La crisis del 2002 fue la peor de todas, pegó en el corazón del sistema financiero pero también fue una crisis generalizada. Nosotros tuvimos tres grandes pilares, la masa societaria, los dirigentes, comisiones de asociados que completan más de 3500 personas en todo el país, y los empleados y funcionarios del banco que defendemos la cultura cooperativa. Esas tres patas nos permitieron salir muy fortalecidos del sistema financiero.

Cuando parecía que no quedaba nada, nosotros no nos sentíamos culpables de la crisis porque veníamos advirtiendo cuáles iban a ser las consecuencias de las políticas neoliberales de los 90. Salimos a la calle a hablar con la comunidad, con las entidades intermedias, con los socios y planteamos nuestra posición: el país tenía que seguir para adelante e iba a necesitar del sistema financiero. En nuestro banco implementamos el programa “Credicoop y la comunidad”, que fue muy exitoso, la gente empezó a visualizarnos y a pensar cada vez más en que podíamos ser una fuente de salida. Y bueno… luego la economía se empezó a recuperar.

Desde distintos sectores se plantea que las políticas de este gobierno son un regreso a la economía neoliberal de los años 90. ¿Coincide con esta visión?

Hay muchos matices similares a la política económica de la década del 90, creemos que uno muy central es la apertura de las importaciones que afecta mucho al sector pyme, hay sectores muy afectados por estas políticas y eso destruye trabajo nacional, produce desocupación, atenta contra el aparato del mercado interno, genera un déficit en la balanza comercial que se sostiene con endeudamiento, que va a ser preocupante en caso de mantenerse, y el presupuesto del año 2018 así lo demuestra. Siempre que haya déficit va a haber endeudamiento, esto se emparenta mucho con lo que pasó en la década del 90.

¿Cómo influyen estos cambios en los empresarios pymes que necesitan financiamiento?

Hay mucha más cautela a la hora de tomar crédito por los niveles de las tasas de interés. En este sentido también hay un parecido a la década del 90, hay un alto interés de las tasas positivas, con las Lebacs (Letras del Banco Central) al 29%, lo que hace que el crédito se haga muy poco pagable para la mayoría de las pymes.

De todas maneras, hay que ver que todo el sector llegó a diciembre de 2015 con una situación buena, holgada, y esto nos ha dado un hándicap, un margen. Tampoco es que haya un quiebre en la economía, pero hay que hacer una evaluación teniendo en cuenta la muy buena situación acumulada en los últimos 14 años.

Otro de los problemas es que las empresas grandes, con la apertura de las importaciones, dejan a su personal cesante, compran productos de afuera y siguen trabajando como comerciantes, no quiebran pero el que queda en el camino es el trabajador. Nosotros no vemos viable un país así, sin ciudadanos incluidos en la sociedad, aún con la empresa activa, porque la empresa puede sobrevivir, si es mediana tiene resto y sigue trabajando y vende hasta inclusive más barato, pero sin puestos de trabajo. Esto se ve mucho en el rubro de electrodomésticos, de calzado y textil.

La pretendida modificación en la regulación impositiva de las cooperativas y mutuales financieras ha provocado un sismo en todo el sector que avizora réplicas que podrían dañar los cimientos de todo el sistema cooperativo. El propio Carlos Heller, presidente del Credicoop, en los últimos días definió el proyecto del gobierno nacional como “una avanzada hacia el resto del sistema cooperativo”. “Si se acepta el criterio de que el excedente cooperativo es sujeto del impuesto a las ganancias, ¿por qué el año que viene no pagarán las agropecuarias o las de servicios públicos? Esta es una avanzada fiscalista que desconoce cuestiones de la tradición jurídica argentina”, resumió con profunda preocupación el histórico dirigente.