Disconformidad del gobernador a pesar del triunfo en las PASO. La sorpresa del kirchnerismo y el desafío del peronismo por sostener el resultado. Se viene octubre con un menú más variado que en elecciones pasadas. Ramón, ¿voto bronca o antipolítico? El FIT se queda sin nafta. 

Faltó fuerza para llenar medio vaso

Foto: Seba Heras

Pocas horas duró el rictus triunfalista que el gobernador posó durante el domingo, tras conocerse la tendencia del escrutinio provisorio. Ayer lunes nomás, el malhumor y prepotencia habituales de Cornejo tomaron nuevamente posesión de su conducta, y arremetió: “es una cosa insólita que acá el que gana tenga que dar más explicaciones que el que pierde”, al tiempo que consideró que las elecciones evidenciaron “un gran deterioro en el peronismo”.

El resultado no satisfizo sus expectativas, desde ningún punto de vista. Se esperaba bastante más holgura desde el momento en que el godoycruceño decidió jugar todas sus fichas y “plebiscitar” su gestión, cargándose al hombro la campaña electoral -fiel a su estilo personalista- con la fuerza de los millones de la pauta publicitaria y la inauguración de cuanta obra pudiera incorporar a la agenda proselitista.

Cornejo y su candidata Najul. Foto de archivo: Coco Yañez

Aunque los cálculos en las filas oficialistas no se acercaban al delirio del intendente capitalino Suárez –quien el mismo domingo vaticinó un triunfo por 20 puntos-, se esperaba una ventaja más amplia que la que finalmente se conoció. Una diferencia que presumía, además de un plebiscito favorable a la gestión, un peronismo debilitado que no ofreciera resistencia al súbito operativo de reelección que se activaría de forma inmediata.

Ninguno de esos escenarios se cristalizó. Si se suscribiera la convocatoria del gobernador -y los medios hegemónicos- a ser aclamado por el electorado, debería conjeturarse que el resultado fue desfavorable, pues casi el 60% de los mendocinos votó en contra de la propuesta que les vendió en primera persona. Por otro lado, perdió muchos votos, tanto si se compara la elección del domingo con la PASO 2015, y muchos más si se lo hace con la general en donde resultó gobernador con algo más del 46% de los votos.

A la derecha: Rodolfo Suárez Foto: Seba Heras

Además, el peronismo hizo una muy buena elección si se tiene en cuenta la profunda crisis que atravesaba desde el derrotero 2015. De hecho, mejoró su performance en relación a la elección intermedia 2013, en definitiva, los cargos a renovar en el proceso electoral actual.

El golpe de realidad que expresó la ciudadanía el domingo, sepultó en forma definitiva el anhelo del gobernador de abrir la discusión de la reforma constitucional y posibilitar su reelección. El calendario institucional abruma y desde ayer el escenario político es mucho más adverso que lo previsto. El mismo Cornejo pareció dar por cerrado el tema: la reelección “no está en mi cabeza”, espetó ayer.

Todos unidos triunfaremos

Omar Félix Foto: Cristian Martínez

El resultado del domingo ratificó cierta tendencia en la distribución de preferencias distritales. En el primero y el tercero –con más componente de núcleo urbano- triunfó Cambiemos, mientras que en el segundo y el cuarto –con más peso rural- preponderó el poderío territorial de los intendentes del justicialismo.

Más allá de ese primer y grosero corte de análisis, existen matices interesantes al evaluar el desempeño del peronismo y aliados en el frente Somos Mendoza, que obtuvo algo más del 33% de los sufragios en la suma global de las tres listas competidoras.

Juani Jofré Foto: Cristian Martínez

El primer dato que se destaca es la gran elección realizada por la lista Unidad Ciudadana que, bajo el halo de Cristina Fernández, encabezó Juani Jofré. En pocos días y con escasos recursos, estuvo cerca de dar el batacazo sobre la liga ortodoxa de los intendentes y se quedó con el triunfo en el primer y tercer distritos, alcanzando grandes diferencias en departamentos del Gran Mendoza con importante volumen electoral en Guaymallén, Las Heras, Godoy Cruz, Luján y Capital.

En este apartado, es ineludible señalar cierto nivel de madurez logrado por el kirchnerismo mendocino. Más flexible en la construcción y más autónomo al derrame nacional, con una juventud que, sin perder frescura y entusiasmo, consolida su vocación de poder. La apuesta a las mujeres, los jóvenes y la dirigencia social y sindical comprometida, fue un acierto que garantiza perdurabilidad. Serán varios los cargos que ocuparán luego de las generales, tanto en la Legislatura como en los distintos concejos deliberantes. Una situación inédita hasta aquí, que advierte la debilidad de los aparatos partidarios cuando no son acompañados por el timón de los poderes ejecutivos.

Patricia Fadel, una “histórica” derrotada en el PJ. Foto: Coco Yañez

En sentido contrario, las facturas del electorado recayeron sobre el lastre acumulado en desgastados liderazgos: Ciurca, Miranda, Fadel, Bauzá y etcéteras, se camuflaron en la bandera de Jorge Tanús y padecieron una derrota difícil de remontar.

Los intendentes aportaron su ascendencia electoral, aunque los más fortalecidos fueron Félix, Aveiro y Righi, que, propietarios de las victorias más contundentes en sus respectivos departamentos, se colocan en la primera línea de competencia hacia el 2019.

Si la elección general de octubre se asemeja a la del domingo, el peronismo conseguirá equiparar a Cornejo en la Legislatura y obtendrá una banca más en la Cámara de Diputados de la Nación.

Foto: Coco Yañez

Para ello será fundamental un rápido reordenamiento del espacio, acorde a los resultados de ayer, que se traduzca en unidad de criterio y acción. En ese sentido, retumban las primeras impresiones de Omar Félix al manifestar que si estuviera en el lugar del gobernador, estaría preocupado. Saldada la disputa interna, el sanrafaelino expresó que apuesta a la unidad: “espero que, a partir de aquí, realmente, todos se sumen a una campaña en donde no tengamos adversarios dentro del justicialismo; los únicos enemigos serán los problemas que tiene Mendoza”.

Foto: Coco Yañez

Similar fue el razonamiento de Juani Jofré, quien aseveró que el peronismo entendió que la rivalidad se da con el neoliberalismo y “que el peronismo viene comprendiendo eso: que lo que hay enfrente es peor y que nuestras diferencias pueden ser articuladas para ir por buen camino”. La dificultad radicará en trasladar esta conclusión a sus votantes en octubre, muchos de ellos seguramente espantados o disgustados con el peronismo más tradicional. De la eficacia en el mensaje dependerá que no queden en el anecdotario las posibilidades de que el kirchnerismo pueda sumar hasta unos seis escaños en la Legislatura provincial. Cornejo ya olfateó esta dificultad y aseguró que “no todos los que votaron a los competidores de Félix lo van a votar a él”. El 7% y pico de votantes del cambio que se inclinaron por Armagnague, ¿votará en octubre a los candidatos de Cornejo?

¿De quién son las frazadas?

Ramón en uno de los frazadazos del 2016. Foto de archivo: Coco Yañez

Otro dato saliente de la jornada del domingo, surgió del notable desempeño de José Luis Ramón “el protector”, quien junto a su espacio de defensa de los consumidores copó el sello electoral del Partido Intransigente.

Protagonistas en numerosos espacios televisivos y radiales, sobre todo en estos últimos años de tarifazos por doquier, Ramón y compañía comenzaron a tejer su pase a la política, sumando también dirigentes con pasado en otros espacios partidarios. No les fue para nada mal y el 7,5 % obtenido los entusiasma a convertirse en la tercera fuerza política de la provincia y desbancar al FIT.

Noelia Barbeito Foto: Coco Yañez

Sin dudas el papel de Ramón durante el “frazadazo” por el aumento de la tarifa de gas en 2016, lo catapultó como referente de sectores medios disgustados y reanuda un clásico mendocino que alguna vez ocupó el ex fiscal Aldo Giordano.

El mensaje del espacio intransigente se involucra en una dimensión que probablemente le haya ocasionado muchas pérdidas al Frente de Izquierda, al concentrar su caudal electoral de manera similar, mayormente en sectores urbanos con cierto nivel de formación.

Pero los problemas de la autodenominada izquierda trascienden a Ramón. Su agenda de los jóvenes, los trabajadores y las mujeres con la que sostenía hasta aquí su inserción institucional, parece haber encontrado otros intérpretes. El escenario de las PASO jaquea las expectativas del FIT, que deberá reestructurar rápidamente su siempre vivaz capacidad de marketing para atenuar su caída de la escena del poder.