#EstamosEnLaCalle es el lema que identifica a EL OTRO desde que comenzamos con este sueño de comunicación horizontal y solidario. La gravedad de la emergencia sanitaria nos convoca a ser coherentes y responsables y, si bien las trabajadoras y trabajadores de la comunicación fuimos legalmente excluidos de la cuarentena obligatoria, hemos decidido que saldremos a las calles solo cuando resulte indispensable. Por eso hoy #EstamosEnCasa.

Desde Buenos Aires, el fotógrafo Ariel Iturbide comparte su mirada sobre la cuarentena que comienza a flexibilizarse.

La cuarentena y el terreno ideal para el hombre pensado y la imposición del poder

Hemos visto cómo se ha instalado la paranoia una vez más, justificada o no, igual alguien recoge sus frutos en nuestra sociedad civil y comercial.

Hemos visto como quienes gobiernan países de acá nomas, América latina por caso, han tomado medidas diametralmente opuestas en orden de la pandemia. Pero ¿de quién es la verdad? ¿Acaso existe tal cosa? ¿O hay tantas como circunstancias familiares habitan nuestro suelo?

Un amigo me hizo repensar cuestiones del sentido común y el arma violenta que este representa para dirimir voluntades en algunos casos, y marcar caminos de lo correcto en otros.

Atención, no se malinterprete mi escrito, solo intento pensar y no ser pensado.

El sentido común en horas de pandemia nos va arriando hacia lo inefable. Y es que desde los medios este es escoltado por declaraciones de la OMS y, en verdad, ha triunfado. Tenemos miedo y ya todos pensamos igual. Tenemos miedo y dejamos de pensar, ahora somos pensados y cada paso próximo debe tener el aval de la tele, o los noticieros. O al revés, nuestro juicio migra de declaraciones televisivas o de pasquines mercenarios, o periodistas que no ejercen periodismo alguno.

Entonces veo delantales colgados en carnicerías sin gentes, bancos sin viejos tomando sol o recordando amores muertos. Ahora veo patios sin juegos y canillas que ni gotean. Ahora veo mezclados carteles del “puto quedate en casa” al ladito de “son 30.000”. El uno, un grito de no nos jodan que sabemos la verdad, el otro la expresión de la cautividad instalada. Cautivos de lo instalado, cautivos del sentido común desparramado más rápido que la mismísima pandemia.

Tenemos un as bajo las mangas, es ese mismo sentido común, pero no impuesto sino desarrollado desde el sujeto. La existencia auténtica se decide desde uno, decía Heidegger. Lo sé porque lo he googleado, a nadie engaño.

El arma más poderosa del poder mediático es la que genera paranoia en los habitantes. Y esto no lo digo yo, aunque lo he incorporado. Esto también me hace un ser pensado.

 

 

 


 

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