Buscando a mi Gente es una iniciativa de dos  documentalistas venezolanas que tiene como propósito poner en relieve la genialidad humana. Nace de la necesidad de reconocer y celebrar las cualidades, el talento y el poder creativo de la gente, así como su incidencia positiva en el entorno. EL OTRO entrevistó a las dos viajeras que trajeron canciones en su paso por Mendoza.

Por Jo Thomatis / Fotos: Cristian Martínez

Yda (Cori) Malvestuto es psicóloga y trabajadora social, además de ser una excelente cantante y documentalista, Verónica Otero Armengol es comunicadora social y juntas son dos mujeres venezolanas que están “dibujando la silueta” de Suramérica. Viajan en una combi, bautizada Vela Blue, que consideran una viajera más de este recorrido.

Ya habían pasado por Argentina, pero por primera vez llegaron a Mendoza este noviembre trayendo un concierto con canciones de Cori, y EL OTRO aprovechó la ocasión para conocerlas en persona y contar la historia de su viaje.

“Salimos hace 2 años, las dos somos viajeras desde hace muchos años: hemos podido estar en África, Europa, Norteamérica; y somos familia porque nuestras familias están muy vinculadas y crecimos en el mismo barrio”, explicó Verónica, “Salimos de viaje el 6 de octubre de 2017 para recorrer Suramérica y pensamos, porque somos documentalistas ambas, que una manera muy completa de hacerlo era con la combi por lo que simboliza, por los espacios, por el poder parar, hablar, mirar, conversar, comer, sentir”.

Vela Blue es el nombre elegido para el vehículo que hace 2 años las lleva y trae por las rutas del continente. “La combi fue lo mejor que nos ha pasado. Hay un código que la gente establece natural que es muy favorable para nosotras, nos abrigan rápidamente gracias a Vela Blue. Es muy consentida, decimos que somos tres viajeras, porque ella tiene mucho carácter”.

Habían pensado que su viaje duraría un año y medio y no fue así, “nos equivocamos por inexpertas, no sabíamos viajar en un auto tanto tiempo. Ahora pensamos que sabemos un poquito más. La historia está en poder tener la astucia para mantenerte en el camino”.

Para sostener su viaje económicamente “Cori va cantando y es divino cómo se van dando los conciertos,  que ocurren en patios de casa o en el Centro Cultural Kirchner, saltamos de aquí a aquí, con todos los colores y todo lo disfrutamos muchos. También hacemos fotografías y videos, vamos teniendo otras maneras de poder mantener el camino. Nos gusta ir muy despacio y es un lujazo, es la mejor decisión que hemos tomado en la vida y cada vez que vamos en la combi pensamos que somos muy afortunadas. Mucha gente quiere ayudar, es una de las cosas lindas que pasan, sobre todo los argentinos, que son los reyes de las rutas”.

Verónica Otero Armengol

“Nuestro objetivo es dibujar la silueta de Sudamérica, con esa imagen salimos y lo hemos hechos bastante bien, pero vamos entrando también al continente, 10 países suramericanos están en nuestro proyecto” remarcó Cori, la cantante, “Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay , Bolivia, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y la vuelta a Venezuela. Llevamos 6 países y los recorridos han sido bastante amplios. En Argentina entramos el 1 de mayo de 2018”.

Cori considera que “el propósito del viaje no son los lugares físicos, el lugar es la gente. Los espacios pueden ser como sea: montañas nevadas, lagos, desiertos, zonas muy rurales, pero los lugares los determinan las personas. Nuestro proyecto se llama Buscando mi gente y el atractivo, el premio de este viaje, son nuestros encuentros con la gente”.

Yda (Cori) Malvestuto

Respecto a la vida que tenían antes de emprender esta travesía, Verónica explicó que “siempre tuvimos una vida muy artística, pero con ciertas formalidades, teníamos trabajo estable. Tenemos una historia muy linda: hicimos una posada con un restaurante en un lugar muy turístico de Venezuela, Choroni, y ahí estábamos trabajando en función de ahorrar para poder comprarnos la combi y poder hacer este viaje. Estaba todo matemáticamente planificado, pero la verdad es que no podíamos ahorrar mucho. Y a ese pueblo llegó un argentino en una camioneta maravillosa. Él tenía 18.000 km y un año viajando y yo me lo encontré y le pregunté cómo lo podía ayudar”.

“Me moría de la envidia de que él ya estaba con un año en ruta y nosotras haciendo desayunos y le dije ‘¿tú tienes mucho dinero?’ y me dijo ‘no, mirá… yo llego, busco una señora, le pido la cocina, hago una tortita de chocolate y la vendo’.  A mí casi me dio una transformación de cerebro. Salí corriendo en mi bicicleta a contarle eso a Cori y le dije ‘¿estás dispuesta?’ y me dijo que sí, entonces yo siempre digo que nuestra tortita de chocolate son los conciertos de Cori”, contó entre risas Verónica.

“La preproducción de este viaje nos tomó 4 años: comprar la combi, transformarla, acomodar cosas con nuestras familias. Nuestra vida formal sirvió de plataforma y trampolín para este viaje, cuando volvamos a Venezuela tenemos que hacer la posproducción de todo el material que estamos recopilando y luego saldremos en otro viaje”, detalló Cori. “El mundo es pequeño, nos hemos encontrado a una misma persona en tres lugares diferentes. Se va formando una red humana que es la que sostiene este viaje”.

Verónica relató los pormenores de la preparación contando que “durante la preproducción del viaje pensamos en sostenerlo desde afilando cuchillos hasta haciendo caricaturas sin saber dibujar. Pero luego nos decidimos por el canto, porque la voz de Cori es maravillosa, y nos propusimos hacer un disco. La orquesta sinfónica de nuestra región nos había pedido hacer un concierto con Cori y dijimos ‘aquí está todo armado ya’, entonces hicimos una selección de sus canciones. Hablamos con tres arreglistas distintos y se hicieron los arreglos para orquesta, en un mes y medio lo grabamos en una superproducción”.

“Nuestro repertorio es latinoamericano porque es compartir lo nuestro, es un código común, tenemos canciones brasileras, argentinas, que nos hablan de nosotros y que son un espejo”, resaltó Cori y contó que durante el viaje han pasado también por situaciones difíciles: “Cuando estábamos en Ushuaia, en enero, falleció una sobrina mía en Venezuela y fue muy fuerte, una muerte súbita mientras dormía. Yo creo que todas las emociones que hemos sentido en este viaje van a salir por muchos canales,  2 años son muchos trocitos de vida y cotidianidad con gente distinta”.

“Este viaje es para nosotras una constatación del amor, de la solidaridad y la confianza de la gente en nuestros países. Somos iguales en lo esencial”, señaló Verónica. “Es un viaje energético en el que tienes que cuidar mucho tus emociones porque no puedes echarte a descansar en tu casa, pero la gente nos cuida”.

En relación al clima político y social que se está viviendo en la región, Verónica explicó su punto de vista: “realmente es un momento muy simbólico, un momento contundente en Latinoamérica. A nivel político hay como una energía que realmente nos aturde, pensamos que están haciendo mala política desde el norte hasta el sur. La belleza de gente que nos vamos encontrando en el camino se encuentra muy perturbada por la mala política. Nos tendríamos que centrar mucho en el ser humano y si lo logramos entender, si la gente joven se da cuenta, vamos a poder vivir todos muy bien”.

Para cerrar el encuentro las viajeras contaron que lo que hacen “es un homenaje a la gente suramericana, todos nos parecemos mucho. Los argentinos con los venezolanos somos un calco: apasionados, muy cercanos a la música, entendemos la vida. En Argentina es en el país que nos sentimos más en casa”.