La Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo creó una cátedra libre para rendir tributo post mortem al profesor Enrique Díaz Araujo, uno de los principales teóricos de la ultraderecha mendocina que promovió el terrorismo de Estado. Además de negar los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la Argentina, el exjuez sostuvo hasta los últimos días de su vida posturas abiertamente homofóbicas, misóginas y de aval de la violencia institucional.

Por Negro Nasif

En una entrevista realizada el año pasado por el canal de YouTube Giro a la Derecha, el docente mendocino desplegó todo su odio hacia los sectores más vulnerables y llegó a proponer un gobierno cívico militar de tradición monárquica para nuestro país.

Díaz Araujo consideró que la mayoría de los habitantes del conurbano bonaerense no trabajan, no producen nada, viven de planes o, directamente, del robo; y no dudó en identificarlos con “putas y ladrones”.

En su perspectiva de voto calificado, el exprofesor de la Universidad Nacional de Cuyo subestimó las decisiones electores de los barrios populares e intentó denigrar al presidente Alberto Fernández, acusándolo de “abortista”, al tiempo que atacó a la pareja y al hijo del mandatario, por no respetar mandatos católicos.

Si “el negro D’Elía hace lío le dan la subsecretaría tal y los tipos se quedan tranquilos. Cada uno que entró (a la Casa Rosada) con una protesta salió con una secretaría”, simplificó el militante del último genocidio argentino, quien soltó su desprecio de clase: “El hombre del común aspira a menos, aspira a un puestito”.

El intelectual homenajeado por la universidad pública no ahorró macartismo elemental al definir a los militantes de izquierda como personas “que en general se conforman con ponerse una boina con la estrella roja, como el Che Guevara” o “con un puestito en el Conicet”. “Se arregla con poco al izquierdista neto”, reforzó y pronosticó una nueva hegemonía de derechas en América y Europa.

“Va a suceder un sistema como hubo en su tiempo, del ejército y la población, un movimiento cívico militar, porque eso es lo propio de Hispanoamérica”, aventuró Díaz Araujo en su delirio antirrepublicano, previo a considerar a la democracia como “una máscara” que deberá sustituirse por una monarquía.

 

Filosofía y Letras homenajea a negacionista y progenocidio