En menos de un año, Rodolfo Suarez recibió la segunda derrota política en las calles. La pueblada por el agua pura terminó con la Ley cianuro a principios de su mandato y, en la última semana, los masivos caravanazos contra la Ley Thomas lo obligaron a postergar una reforma educativa basada en un típico ajuste neoliberal. Envalentonados, los sindicatos de la educación pública y privada convocaron -para este jueves- a otra serie de caravanas por regiones, con la exigencia de reapertura de paritarias para descongelar el salario.

Texto: Negro Nasif | Fotos: Cristian Martínez

Una vez más quedó en evidencia la importancia de la movilización popular para frenar las políticas que van en contra de los bienes esenciales de las y los mendocinos. Al mismo tiempo quedaron expuestas las carencias de construcción política del gobierno, la baja incidencia de los medios hegemónicos de comunicación para imponer discursos antipopulares, y la inexperiencia de José Thomas, un borrador de gerente general de Escuelas, incapaz de organizar un Zoom para escuchar que ¡no, es no!

“¿Se puede tropezar dos veces con la misma piedra?”, nos preguntábamos en este diario, interpelando al gobernador, al comienzo del conflicto. Evidentemente sí. Suarez, ante el escollo que se autoimpuso, repitió la fórmula de desmemoria, ignorancia, tozudez, subestimación e incapacidad de autocrítica.

Yo no fui

Para el mandatario, la contundente derrota de su reforma de la ley 7722 fue culpa de organizaciones sociales y ambientalistas “violentas”, sujetos “infiltrados”, “detractores” irracionales, y una población que “no entendió”. Ahora, con los caravanazos todavía sonando, Suarez atribuyó a la interna sindical el naufragio temporal de su ley educativa.

“No se va a poder debatir la ley en serio mientras el SUTE tenga la interna que tiene. Hay que tomarse todo el tiempo que sea necesario porque es un tema clave y no podemos prescindir de la voz del gremio en la definición”, manifestó el gobernador en una entrevista exclusiva con Los Andes, publicada el domingo pasado solo para suscriptores de ese diario.

Suarez confesó sus escasos dotes de conductor estratégico, al revelar -recién ahora- que en el contexto de la pandemia y la crisis económica, “se hace difícil el debate”. Aunque insistió en que resultaron gravitantes las confrontaciones al interior del sindicato docente, entre la izquierda (Sebastián Henríquez) y el peronismo (Gustavo Correa), quienes disputarán elecciones de renovación de conducción el año que viene.

No es el momento

El gobernador ratificó en su cargo a José Thomas y pateó la discusión de la reforma para el año que viene.  Pese a que el titular de la DGE había sentenciado que “lo único que no estamos dispuestos a negociar es que no es el momento”.

El mismo Thomas también había apurado a las y los trabajadores: “Tenemos los votos para hacer la Comisión (de Educación) nosotros, la Bicameral, aprobar (el proyecto de ley) en la Bicameral y sacarla pasado mañana”. “No teníamos ninguna obligación de que el gobernador llame a un Congreso Pedagógico”.

Más allá del amor propio y de la subestimación del adversario, el director general de Escuelas exhibió la facilidad con que el gobierno provincial avanza en la rosca legislativa en contraste con la falta de capacidad de negociación con los sindicatos y la ausencia de un alfil de fuste que lleve a cabo esa tarea esencial.

Esta vez, a diferencia de la Ley cianuro, la oposición del Frente de Todos no se comió la curva y permaneció en una posición más prudente, sin distraer al enemigo mientras se equivocaba y evitando la exposición en un rol que podría haber sido tildado como desestabilizador.

Ahora es cuándo

Por el lado de los gremios de la educación pública y privada, la demostración de fuerza desde las bases los envalentona a continuar por la misma senda de la movilización callejera, concentrados ahora en la exigencia de la reapertura de paritarias, en una provincia donde aún no se pagan los aguinaldos y el salario estatal se encuentra congelado y sin previsión de aumento en el presupuesto oficial.

El Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) y el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) dispusieron estado de asamblea durante toda la semana, caravanazos por región este jueves, y volanteada y juntada de firmas en las plazas departamentales el próximo viernes.

“Esta ley del gobierno había que rechazarla porque no era el momento, ni la forma, ni el contenido. Pero frenar la ley no significa solucionar los problemas del sistema educativo.  La resolución unánime de las escuelas se ratificó en las asambleas y luego en los plenarios. La situación de las escuelas y los y las trabajadoras es apremiante, y la desigualdad se ha profundizado, mientras el Ejecutivo hace meses que no ha dado respuestas”, señaló el secretario general del SUTE, Sebastián Henríquez, en una conferencia de prensa que brindó el lunes pasado.