En Guaymallén, un grupo de ocho mujeres integra la construcción del playón deportivo Estrella Roja y equipamiento comunitario, perteneciente al barrio popular Luz de Vida en Rodeo de la Cruz. Si bien se trata de una construcción mixta, ya que comparten el trabajo con seis varones, la actividad que realizan resalta el fortalecimiento del género femenino para romper con estereotipos y lograr nuevas oportunidades en cuanto equidad. En diálogo con EL OTRO, Natalia Navarro, una de las participantes de este proyecto, explica lo importante que es para su grupo de trabajo avanzar hacia la inclusión social y la integración socio-urbana con el objetivo de brindar una mejor calidad de vida a les niñes de la zona.

Por Milagritos Contreras
Foto: Cristian Martínez

Fuertes y decididas son las seis mujeres que rompen con las reglas de lo ya establecido y se animan a forma parte de la construcción del playón deportivo Estrella Roja y equipamiento comunitario, ubicado en Rodeo de la Cruz.

Natalia Navarro, una de las protagonistas de este trabajo colectivo, detalla a EL OTRO lo fundamental que es concretar dicha obra: “Empezamos con este proyecto el 9 de marzo. Los motivos fueron varios, ya que vivimos en un barrio popular y para nosotres se trata de marcar la diferencia, visibilizar la igualdad como sociedad. Primero y principal trabajar por la integración socio-urbana, pensando en les niñes para lograr una mejor calidad de vida, ya que hace más de diez años venimos trabajando y acompañando las áreas de deportes, cultura y, en el último tiempo, la educación de les chiques”.

 

 

La obra es un playón deportivo y equipamiento comunitario. La ONG Generando Puentes fue quien presentó el proyecto a la Secretaria de Integración Socio Urbana (SISU), para poder articularlo en Proyectos de Obras Tempranas (POT), explica Natalia. “Se trata de iniciativas que se realizan en lugares donde ya existía alguna construcción antigua para, posteriormente, hacer uso del mismo. Este playón y espacio comunitario se está construyendo donde estaban los antiguos galpones del ferrocarril. La platea nos sirvió como parte de la edificación para poder cumplir con los requisitos del POT. La obra tiene fecha de finalización en 8 meses”, describe Navarro.

En este proyecto comunitario laboran, de lunes a viernes, ocho mujeres y seis varones. “Trabajamos ocho horas diarias. Las edades de las mujeres que participamos rondan entre 20 y 41 años. Somos todas mamás; dos estamos estudiando, una de las chicas está terminando la secundaria con 36 años de edad, y yo me encuentro cursando el tercer año de la Tecnicatura en Gestión de Políticas Públicas, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cuyo”, contó Natalia.

“El polideportivo –asegura Navarro- se está construyendo de ladrillos. Todo lo que es la parte de espacio de múltiple uso contará con baños, cocina, depósito, vestuarios, oficina. Tener este espacio físico nos ayudará a poder seguir acompañando y conteniendo para finalmente poder alcanzar nuestros objetivos la igualdad, inclusión e integración”.

No sumisa ni obediente. Mujer fuerte insurgente”

Natalia tiene 35 años, es mamá de cinco chiques, y afirma que se proyecta con este aprendizaje, en un futuro no muy lejano, a construir su propia casa: “Es la primera vez que realizó este tipo de trabajo, pero no creo que sea el último, ya que tenemos varios proyectos en mente para avanzar en nuestro barrio. Esta experiencia me sirve para aprender todos los días algo nuevo”.

 

 

“Siento que se trata de ganas de luchar por lo que a una le gusta. Y que todas sepamos que tenemos la capacidad tanto mental como física para poder hacer cualquier tipo de trabajo, y romper con ese cuestionamiento social y machista que a muchas nos limita”, concluyó Navarro.

Resaltar el valor de la lucha de las mujeres y diversidades, en una sociedad donde cotidianamente no se reconocen las tareas de cuidado y trabajos no remunerados que llevamos a cabo, es crucial para no desistir y recordarle al sistema capitalista y patriarcal que aquí estamos, que no nos corremos, que venimos muy decididas a no callar más y a seguir conquistando más derechos.

 

“No me he amilanado, vamos a dar la batalla”