Vanina Barone, titular de la Dirección General de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, difundió una serie de imágenes agraviantes contra mujeres que participaron de reuniones oficiales con el presidente Alberto Fernández. La funcionaria mendocina, quien además es titular de la Secretaría de la Mujer de la Unión Cívica Radical, reprodujo estereotipos machistas para cosificar y descalificar a mujeres, vinculándolas a supuestos “escándalos sexuales” en la Residencia Oficial de Olivos.  

Por Redacción EL OTRO

Vanina Barone y el subsecretario de Justicia Marcelo D’Agostino. Foto de archivo: Gobierno de Mendoza

La licenciada en Piscología Carla Vanina Barone es la responsable del organismo que reemplazó a la DINAF. Se trata de una dirección dependiente del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes que tiene por objetivos “promover la integralidad de las políticas públicas y la promoción de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes” y la “protección integral de niñas, niños y adolescente ante la amenaza o violación de derechos”.

Además, la militante radical es la titular de la Secretaría de la Mujer de la UCR Mendoza, que conducen Tadeo García y María José Sanz.

La violencia simbólica no es chiste

No obstante su importante responsabilidad en materias tan relevantes para la plena vigencia y ejercicio de los derechos humanos, la igualdad de derechos sin discriminación de géneros ni diversidades, y la prevención de toda forma de violencia machista, la licenciada Barone dedica parte de su tiempo y recursos oficiales para difundir memes que, bajo la presunta impunidad del chiste, violentan a las mujeres y los mismos principios y valores que la dirigenta política y funcionaria del Estado debe proteger.

Esta semana, Barone compartió en redes sociales numerosos memes abonando fake news basadas en las declaraciones del diputado nacional de Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, quien calumnió por razones de género a Florencia Peña, Úrsula Vargués y Sofía Pachi –colaboradora de Fabiola Yáñez- sugiriendo la existencia de “escándalos sexuales” en Olivos.

Justamente, en las imágenes posteadas en los estados de WhatsApp desde el teléfono oficial de la funcionaria mendocina de Desarrollo Social se pueden ver ediciones que apuntan a reforzar los preconceptos machistas y agraviantes que promueve el diputado Iglesias, entre otros, sumado a expresiones explícitas como “Putitas Ya” y “Motel Olivos” y, curiosamente, la foto de uno los penes de madera que se utilizará para avanzar en la indispensable Educación Sexual Integral de niñxs y adolescentes, que debería promover Barone en lugar de banalizar y mezclar con discursos de odio.

Con nosotras no, Barone

Funcionarios de Desarrollo Social: Vanina Barone, Felipe Laucieri y Alejandro Verón. Foto de archivo: Gobierno de Mendoza

“¿Por qué conmigo? Si estuvieron tantos hombres importantes pidiendo lo mismo. Tantos productores importantes, tantos hombres importantes ¿Tengo que salir a aclarar que no soy el gato del presidente? ¿Yo tengo hoy que salir a aclarar en mi programa que no soy la petera del presidente? Fui a una reunión a las 11.30 con permiso, con protocolos”, dijo la actriz y conductora de televisión Florencia Peña este lunes en su programa de Telefé, apuntando directamente al doble estándar de la sociedad patriarcal de acuerdo con el cual se presume que los hombres se reúnen a trabajar, en tanto que las mujeres harían visitas “sexuales”.

A propósito de este tipo de ataques misóginos, la prestigiosa socióloga, historiadora y feminista, Dora Barrancos, amplió el análisis sobre las falsas concepciones que sostienen las derechas argentinas: “¿Son en verdad liberales quienes arrasan los derechos individuales y suponen que todas las mujeres están esencialmente caracterizadas por la actividad sexual, vinculadas por su condición al ejercicio prostibulario, al mismo tiempo que desprecian miserablemente a quienes son oficiantes del sexo? Porque no escapa que hay un doble lazo en la indecencia de la especie echada a rodar: tratar de putas a las mujeres visitantes de la residencia presidencial, y por otra parte condenar sin más a las prostitutas”.

Dora Barrancos Foto: Coco Yañez

Sin exagerar ni restar responsabilidades a funcionarios/as públicos en la construcción y comunicación del discurso hegemónico, desde sus puestos en el gobierno del Estado, y en los espacios de difusión masiva como hoy son las redes sociales, es imprescindible repudiar mensajes de odio y misoginia que, si no encuentran un coto democrático y republicano, se expanden provocando daños sociales que, en numerosas ocasiones, resultan irreparables.

“Una cosa es disentir y confrontar opiniones, con argumentos. Otra, atacar con agresiones verbales, con comentarios mal intencionados, con basura. Uno tira la piedra, rompe el vidrio y por ese agujero, otros y otras, aprovechan para descargar su enojo o su odio, sobre el blanco de turno. El anonimato favorece esa artillería pesada. Así se arma una bola de nieve putrefacta. El ejército de trolls hace su trabajo sucio”, sostiene con lucidez Mariana Carbajal, escritora y periodista de Página/12 y una de las fundadoras del movimiento #NiUnaMenos.

Foto de archivo: Silvana Díaz Coppoletta

Valeria Barone fue una de las que, desde el agujero del vidrio abierto por el diputado Iglesias, descargó su odio visceral contra mujeres identificadas con ideologías políticas opuestas a la suya. Una de las tantas y tantos, pero no cualquiera: una licenciada en Psicología, funcionaria del Gobierno de Mendoza y titular de la Secretaría de la Mujer de la Unión Cívica Radical.

 

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