Parecemos acostumbrarnos a los muertos que por decenas se informan diariamente en las pantallas de televisión. Mendoza tiene 905 fallecimientos por coronavirus, 436% más que hace dos meses. En ese mismo período la mortalidad por Covid-19 ascendió de 73,9 a 448,14 personas fallecidas por millón de habitantes. Detrás de las cifras hay vidas silenciadas, nombres que no se pronuncian, historias que no se cuentan y una suerte de macabra justificación en las edades y enfermedades preexistentes de las víctimas. Contra los argumentos que minimizan la pandemia, las estadísticas oficiales ya demuestran que esta enfermedad será una de las principales causas de muerte en nuestra provincia. No era ni es una simple gripe estacional.

Por Negro Nasif | Fotos: Coco Yañez

De acuerdo con estadísticas oficiales, la tasa de positividad de coronavirus comenzó una etapa de descenso en Mendoza, es decir, un lento proceso de disminución de la cantidad de casos positivos de Covid-19, en relación con el total de testeos efectuados.

A este dato alentador se añade la baja en el porcentaje de ocupación de camas en Unidades de Terapia Intensiva. El último informe semanal del Ministerio de Salud, difundido el viernes pasado, consigna 70,89% de ocupación en UTI provinciales, en tanto que ese indicador llega a 79,15% en las terapias del Gran Mendoza.

Aumento de la tasa de mortalidad por coronavirus, desde 3 de setiembre al 5 de noviembre | Fuente: Ministerio de Salud de Mendoza.

Sin embargo, la evolución de las cifras de mortalidad por coronavirus configura un cuadro de situación que, lejos de despertar optimismo, resulta sumamente preocupante. En solo dos meses la tasa de mortalidad por esta enfermedad aumentó en Mendoza desde 73,9 a 448,14 personas fallecidas por millón de habitantes.

Tal como muestra el siguiente gráfico, 905 mendocinas y mendocinos fallecieron a causa de Covid-19, lo que representa un crecimiento de 436% en 60 días (de 169 a 905 muertes), más del doble de lo registrado en todo el país para el mismo período: 205% (de 10.994 a 33.560 fallecimientos).

Gráfico EL OTRO | Fuente: Ministerio de Salud

Paulatinamente los números fríos se van naturalizando en los medios de comunicación, al tiempo que la sociedad vive un acostumbramiento ante las decenas de muertes que se informan día tras día. Fallecidos y fallecidas que no se ven, que son negados o invisibilizados en la síntesis de la cifra. No tienen nombres, ni apellidos, ni historias, ni imágenes. De hecho, el propio Ministerio de Salud de Mendoza dejó de publicar hace tiempo los géneros, edades y lugares de decesos de las y los muertos por la pandemia.

Es razonable que, con el fin de no expandir el temor, se adopte esta postura. Aunque paralelamente se da un proceso de negación o relativización de un número extraordinario de fallecimientos que representarían, por ejemplo, 22 accidentes de colectivos de larga distancia en los que murieran todos sus pasajeros. Imaginemos por un instante esa fotografía permanente en las portadas de los diarios, los testimonios de dolor en las crónicas radiales o los cuerpos sin vida en los noticieros sensacionalistas de la noche.

Se podrá decir que el ejemplo es una morbosa exageración, que todos los años muere más gente por otras tantas enfermedades o, como señala una fake news viralizada en las redes sociales en las últimas semanas, el coronavirus no sería más grave que una simple gripe.

Para tomar verdadera dimensión del impacto de la pandemia en la vida de nuestra población, EL OTRO analizó las estadísticas epidemiológicas de Mendoza, particularmente los informes anuales de defunciones elaborados por el Ministerio de Salud.

El promedio anual de fallecimientos en los últimos cinco años rondó las 14.200 personas. En 2019, por ejemplo, murieron 14.336 mendocinas y mendocinos. Como viene sucediendo en el último tiempo, el “infarto agudo de miocardio” es el principal diagnóstico consignado en las partidas de defunción, seguido por “neumonía, organismo no especificado”, “insuficiencia cardíaca” y “trastorno mental orgánico o sintomático, no especificado”.

Si nos detenemos en el cuadro anterior, donde se encuentran las primeras diez causas de defunciones en Mendoza, y lo contrastamos con el gráfico de fallecimientos por coronavirus, salta a la vista que, lejos de ser el Covid-19 una patología menor (con 905 fallecimientos al 8 de noviembre), es altamente probable que represente una de las principales causas de muertes de este 2020, que solo podrá menguarse con la esperada vacunación masiva. Lo que demuestra, al mismo tiempo, la necesidad de mantener las medidas sanitarias de prevención para evitar la circulación del virus, sobre todo, en la población en riesgo.

“La Covid-19 se ha colocado en un pispás en el podio de las enfermedades con mayor mortalidad y eso ha hecho que el mundo se percate de golpe del impacto tan brutal que tienen las infecciones”, señala el investigador Icrea Quique Bassat. En un artículo publicado recientemente por el diario español La Vanguardia, el profesional del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) precisó que “hasta ahora, no se prestaba atención a las enfermedades infecciosas, como tuberculosis, malaria o VIH, que son la principal causa de muerte en países en vías de desarrollo, porque apenas afectan a los países ricos”. Y remarcó: “Si algo ha hecho esta pandemia es igualarnos a todos, independientemente del dinero”.

“Aunque es complicado asignarle una posición, la Covid-19 seguramente ya se sitúa entre esas principales causas de muerte del 2020, con una media de cerca de 300.000 nuevos casos y unas 6.000 muertes diarias. Cada día en el mundo mueren 2.800 personas por diabetes, 3.600 en accidente de tráfico y 7.000 por infecciones respiratorias”, aseguró La Vanguardia.

Con estos datos, que exceden la visión provinciana, se resta todo sustento a aquellas posturas que insisten optimistas en minimizar las consecuencias de la pandemia, o se resignan en propiciar la liberación de toda restricción para “que muera el que tenga que morir”.

En los últimos días circula en Facebook, Twitter e Instagram un posteo que señala que “la Organización Mundial de la Salud finalmente ha confirmado lo que nosotros (y muchos expertos y estudios) hemos estado diciendo durante meses: el coronavirus no es más mortal ni peligroso que la gripe estacional”.

La fake news, que adquirió popularidad al calor de las posiciones negacionistas del coronavirus y de grupos antivacunas, fue desmentida por la propia OMS. A partir de las estadísticas mundiales, expertos del organismo afirmaron que está demostrado que el Covid-19 es más letal que la gripe.

Aunque no lo veamos, el coronavirus está. Y mata.

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