El miedo cambia de bando, la impunidad se resquebraja y la esperanza de justicia se torna posible. Otra mujer decidió denunciar que Alejandro Jofré la sometió a abusos sexuales, seguidos de hostigamientos e intimidaciones en el ámbito del trabajo. La aberrante novedad se conoció sorpresivamente este miércoles, cuando una trabajadora compareció ante el juez Correa Llano, en el juicio oral que se le sigue al exsubsecretario de Trabajo, y en su declaración testimonial confirmó bajo juramento el carácter reiterado y sistemático de la violencia misógina, ejercida por el exfuncionario de la gestión Cornejo. Jofré suma así la cuarta denuncia penal en su contra y no se descarta que otras mujeres tomen la difícil decisión de romper el silenciamiento. 

Por Negro Nasif

Alfredo Cornejo y Alejandro Jofré Foto de archivo: Gobierno de Mendoza

“Yo quiero contar mi situación no solo por mí, sino también por todas las mujeres, que en esta sociedad absolutamente machista, sufren lo mismo. Hay que llamar a la reflexión a las mujeres, a las madres de mujeres: ¿qué sociedad queremos para nuestras hijas? Además, quiero pedirle a todos los compañeros de la Subsecretaría (de Trabajo), que saben qué es lo que pasa y no abren la boca, y a todas las compañeras que han sufrido abusos de cualquier tipo, que se presenten en la Justicia para que esto no quede en la nada. Sabemos que hay muchos casos más”.

Estas palabras forman parte de la entrevista realizada por EL OTRO, en diciembre de 2017, a una de las víctimas de abusos sexuales del caso Jofré. Ya por entonces se reiteraban versiones que daban cuenta de más de una decena de mujeres que habrían padecido distintos abusos en el ámbito administrativo del Estado, por parte de la autoridad máxima de la Subsecretaría de Trabajo. Mujeres silenciadas por las lógicas perversas del terror y los sentimientos de vergüenza y culpa, que conllevan este tipo de agresiones machistas en una cultura patriarcal hegemónica, agravada por las condiciones de vulnerabilidad y asimetría de poder características de las relaciones de dependencia laboral. 

Una, dos, tres, cuatro…

Foto: Coco Yañez

No fue una que “dijo que le había tocado el culo”, como intentó banalizar recientemente con su discurso de odio machista, el sacado exgobernador Cornejo. Fueron tres las mujeres que se animaron hace más de cinco años a denunciar penalmente a Alejandro Jofré por reiterados abusos sexuales, iniciando así una causa judicial que esta semana -en su última etapa- abrió la posibilidad para que otra víctima diera el difícil paso de romper el miedo y el silenciamiento.

“Informamos que en el día de la fecha, durante la tercera jornada del juicio oral por el delito de abuso sexual que se sigue contra Alejandro Jofré, se produjo un nuevo hecho que deberá ser investigado, agravando aún más la situación procesal del exsubsecretario de Trabajo del gobierno de Alfredo Cornejo”, informaron este miércoles Julieta Nacif y Alfredo Guevara Escayola, representantes legales de las denunciantes. 

Foto: Coco Yañez

“Una cuarta trabajadora -sigue el comunicado difundido ayer- prestó declaración testimonial y, a pesar de la oposición de la defensa de Jofré, no sólo ratificó la credibilidad de las denuncias, sino que valientemente pudo relatar en forma pormenorizada los abusos de los cuales la propia testigo también fue víctima, así como las presiones a las que fue sometida. El Tribunal ordenó que se investigue este nuevo hecho y la testigo, al finalizar la jornada, decidió instar la acción penal por lo que el acusado debería ser imputado y sometido a una nueva investigación penal”.

EL OTRO pudo saber que los hechos delictivos habrían sido perpetrados en una oficina contigua al despacho que por entonces ocupaba el subsecretario de Trabajo, “aprovechando que, en los horarios en se cometieron los abusos, no había ninguna otra persona”. 

La declaración testimonial que incrimina a Jofré está respaldada por otros medios de prueba, entre ellos capturas de pantalla de teléfonos celulares en los que se encuentran registros de conversaciones referidas a la existencia de “una cuarta víctima”. Chats ratificados ante el Tribunal por la testigo y ahora denunciante. 

El silencio no es salud

Foto: Coco Yañez

La testigo dio una explicación muy precisa de todos los factores que, de acuerdo a su vivencia, le impidieron denunciar los hechos en aquel momento. Además del sinnúmero de condicionamientos psicológicos, sociales y culturales que de manera recurrente afectan la voluntad de las víctimas de violencia de género, detalladas en su declaración, la trabajadora narró los hostigamientos e intimidaciones laborales que recibió con el claro objetivo de acallarla. Incluso recordó que, luego de conocerse las denuncias de las otras compañeras, la Subsecretaría de Trabajo apareció empapelada con unos extraños carteles que desacreditaban a las denunciantes y señalaban la inocencia de Jofré, víctima de una supuesta campaña de desprestigio.

En los próximos días se espera la producción de nuevas pruebas que permitirán precisar la cantidad de hechos delictivos atribuibles a Jofré lo que, obviamente, determinará la pena que podría recibir la semana próxima cuando el Tribunal dicte sentencia. 

Foto: Coco Yañez

Entre tanto, la querella no duda en afirmar que, con los elementos acumulados en la causa y esta sorpresiva declaración testimonial, no sólo se encuentran probados los hechos denunciados por las víctimas, sino que también se evidencia la reiteración y sistematicidad de un patrón de conducta delictiva que agrava la situación procesal del imputado.

 

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