A nivel nacional las bases empujaron y los triunviros de la CGT finalmente pusieron la fecha: el 6 de abril habrá paro general de la principal central obrera del país. Con ese horizonte, la regional Mendoza ya trazó su propia agenda. El próximo viernes llega Héctor Daer. 

Fotos: Apprentice

La sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) recibió ayer a 35 secretarios generales (casi todos hombres) de diferentes sindicatos de trabajadores públicos y privados, para profundizar medidas en torno al ya anunciado paro general del 6 de abril.

Si bien el metalúrgico Luis Márquez y el referente de aguas y gaseosas Oscar Arancibia (secretario regional y adjunto, respectivamente, de la CGT Mendoza), habían negado sistemáticamente la novedad a la prensa, EL OTRO tuvo la exclusiva en la misma asamblea sindical en la que se definieron lineamientos generales para la reunión regional del viernes 31, y el paro general del 6, que podría contar con una reunión organizativa conjunta con agrupaciones sociales y políticas.

Pau Ledda

Para despejar dudas, y en directa respuesta a la estrategia político-mediática del oficialismo que pretende asociar a las medidas sindicales con intentonas golpistas, los principales referentes gremiales reafirmaron su voluntad de “reclamar de manera firme el cambio de rumbo de las políticas económicas y sociales de los gobiernos nacional y provincial, sin poner en duda sus legitimidades democráticas”.

Marzo todavía no se va

Casi al filo del movilizado marzo, el Frente Educativo Provincial, del cual forman parte sindicatos cegetistas como el SADOP y la UDA, volverá a las calles. El 30, en horas de la tarde (aún no se confirma el horario con precisión), habrá concentración y acto en la avenida Pedro Molina de Capital.

El 31, la Regional Mendoza de la CGT albergará a sus pares de San Juan y de San Rafael, en un plenario que espera la presencia de Héctor Daer, uno de los tres líderes nacionales de la central obrera. La visita del dirigente de la sanidad, además de responder a una necesidad de federalizar la jornada de lucha del próximo 6, implicará un espaldarazo a la CGT mendocina. En el “poroteo” nacional, la movilización del pasado 7 de marzo que congregó a más de 15 mil personas en la Ciudad de Mendoza, posicionó a la organización local como “la regional que más movilizó en el interior del país”.

Este encuentro del viernes servirá de plafón para discutir las alternativas del paro general que, en principio, se planteó “con cese de actividades pero sin movilización”. Aunque en la previa de ayer quedó en evidencia que este último punto es uno de los núcleos que podría abrir mayor polémica. Hacia el interior de la CGT a nivel nacional pugnan posiciones conservadoras, que esperan pasar el trago del paro sin ocasionar mayores traumas, con un ala que cuestiona la definición de una huelga sin las trabajadoras y los trabajadores movilizados en las calles. En esa encrucijada estará la dirigencia de Mendoza.

Era en abril

Juan Carlos Navarro -ATSA- y Rolando Firmani -ATILRA- , entre otros, plantearon la necesidad de no frenar el movimiento que la Central trae y aprovechar el lapso de tiempo que hay entre viernes y jueves para organizar el paro general de la mejor manera posible.

En función de esa evaluación se propuso la chance de que, 48 horas antes del cese de actividades, se convoque a las organizaciones sociales -con las que la CGT viene trabajando en conjunto- para determinar las actividades que se realizarán en el transcurso de la jornada de lucha.

No fue materia de discusión del plenario de este martes, pero algunos dirigentes transmitieron en off a EL OTRO que no se han roto -del todo- los puentes con los pesos pesados de la dirigencia gremial ausentes ayer. Se especula con que los sindicalistas del transporte y estaciones de servicios de Mendoza, entre otros, respondan a la bajada de línea de sus federaciones nacionales, para que el paro se haga sentir con fuerza en actividades claves.

Más allá de la creciente postura confrontativa con el Ejecutivo provincial, Márquez insistió en reclamar aquello que tanto pregonaba Alfredo Cornejo desde la campaña electoral, pero que parece haber olvidado ni bien se calzó la banda de primer mandatario: diálogo. “Seguimos esperando que el Gobernador Alfredo Cornejo nos convoque a un diálogo en el que podamos plantear la preocupación de la CGT por los despidos y las suspensiones que se suceden en toda la provincia”, sostuvo el metalúrgico, como esperando a la sombra de un olmo a que maduren las peras.