Tras 70 años de actividad industrial en Mendoza, la firma La Campagnola anunció el cierre de sus plantas de San Martín y el despido de 135 trabajadores. En San Rafael, otra histórica industria frutihortícola se encuentra en riesgo. Empleadas de La Colina juntan firmas, en el Kilómetro 0 de la ciudad, para reclamar el sostenimiento de las fuentes de trabajo. Compartimos la reflexión de Eliana Oliva, vecina del sur mendocino y trabajadora social.

Foto de archivo: Prensa Gob. Mza.

Tantos hombres y mujeres sin nada por celebrar. Miles de sanrafaelinos han trabajado en La Colina, la histórica fábrica de conservas de lo que la tierra da.

Hoy, en un ciclo perverso, desde que tengo memoria, nuevamente los laburantes sin laburo.

La Colina es legendaria, con sus trabajadoras en diferentes turnos con sus típicos uniformes y cofias, movilizándose en bicicletas por grupos, llenando las calles con sus colores y risas al salir de la fábrica.

Foto de archivo: Prensa Gob. Mza.

Históricamente saqueada por los sucesivos dueños, vaciada, abandonada, en connivencia con ciertos gobiernos.

Es un símbolo claro de este momento histórico y de los neoliberalismos previos. Es (¿era?) el laburo de mi hermana y el modo de sostener a mi sobrina, y el de muches hermanes más.

La Colina es como la estatua de San Martín en la plaza. Cuando ya no esté, porque no sabemos mirar lo importante, no habrá vuelta atrás.

Foto: Gentileza

Fui a firmar y estaban las mujeres, pocas, cansadas pero fuertes, con un cartel casi invisible. Sin ningún gremio que las apoye, solas, como las mártires del 8 de marzo y los trabajadores de Chicago.

Creo que no hay otra que la conformación de las y los laburantes en cooperativa, que se les otorgue de una buena vez, es de ellos por derecho histórico, ante suspensiones, cesantías, despidos.

Sería reivindicación, restitución de derechos a los de antes y de ahora, sabrán cómo gestionarla desde la organización colectiva y horizontal, sin patrones que les arrebaten la plusvalía y la dignidad, con la distribución equitativa de la poca o mucha riqueza que generen.

Foto: Gentileza

Hoy es un buen día para recordar a esa laburante de la fábrica que seguro tuviste en tu familia o en tu barrio o distrito. Mi mamá trabajó allí, muches amigues también. Andá y firmá, frente a Galver.

Los gremios y los sindicatos, después del merecido asadito que tuvieron el Primero de Mayo, vayan y pongan un poco de fuerza de los tan grandes ovarios que tienen las mujeres organizadas. Visibilicen la lucha si entienden de qué se trata acompañar, no suplir.

Los medios, un poco de solidaridad. Después de decir “qué pena”, en editoriales por “la radio del pueblo”, lamentos cínicos no sirven, ya no les cree nadie.

Foto: Gentileza

Desconozco qué ha hecho el gobierno municipal, el concejo deliberante, los partidos políticos, las organizaciones sociales y de derechos humanos, pero en esa esquina, en esa misma, nos convocamos para reclamar por lo nuestro.

La Colina fuente de laburo, como frente de organización propia y sin patrones saqueadores, si la recuperan para sí como cooperativa.

Sería justicia, de la legal, de la redistributiva y de la social.

 


 

Repetir la fórmula

Fotos: Prensa Gobierno de Mendoza

Sergio Moralejo.

A comienzos de febrero pasado, el gobierno de Mendoza, junto al Sindicato de la Alimentación, concurrieron a San Rafael para dialogar con Walter De Pellegrín, dueño de La Colina, y con la jueza Mariela Sevaggio, a cargo del concurso preventivo de la empresa.

“Repetir la fórmula que se aplicó con las conserveras Molto y Alco, en la que terceros se hicieron cargo de las empresas en quiebra para mantener las actividades, es la intención del gobierno provincial al intervenir en el conflicto que atraviesa la firma La Colina de San Rafael”, señalaron entonces desde el Ejecutivo.

Ricardo Bertero (Sindicato de la Alimentación)

El subsecretario de Industria y Comercio, Sergio Moralejo, manifestó: “Estamos escuchando a todas las partes para conocer a fondo los detalles del estado de situación y encontrar un camino que permita volver a la producción que la planta supo tener en otros tiempos y mantener las fuentes de trabajo”.

A tres meses de aquellas reuniones, con la aceleración en la caída del consumo interno, el aumento de los costos al ritmo del dólar y el crecimiento de las importaciones agroindustriales, el gobierno todavía no parece encontrar el camino.

 

Sólo crece la industria del despido