Más de una decena de barrios del oeste del departamento de Las Heras se encuentran con deficiente o nulo servicio de agua potable desde hace una semana. Anoche se manifestaron públicamente pero el gobierno aún no ofrece respuestas.

Fotos: Coco Yañez

Solares de Roca, Reconquista, Obras Sanitarias, Jardín Los Andes, Parque Norte, Cementista I y II, Cementista Residencial, Hércules, Village, Mariano Moreno y AMTAGA, son los barrios lasherinos con problemas en el normal suministro de agua potable, que también se padecen en la Sexta Sección de la Ciudad de Mendoza.

Esta situación, que se vienen prolongado desde hace una semana, obviamente genera innumerables dificultades a las familias que, sin ese servicio esencial, hicieron escuchar su bronca este martes por la noche en las inmediaciones de la rotonda de Regalado Olguín y Boulogne Sur Mer. “¡Los vecinos decimos basta!”, fue la consigna mediante la cual se convocó a la manifestación pública.

 

 

El reclamo se produjo en momentos en que la estatal Aguas Mendocinas y el Departamento General de Irrigación se pasan la pelota acerca de las responsabilidades sobre la provisión de ese servicio vital, cuyo costo -no así su calidad- viene siendo aumentado de manera constante.

Desde Aguas Mendocinas, que conduce el demócrata Richard Battagion, dieron a conocer este martes en las redes sociales el siguiente comunicado, en el que explicaron que “el problema se origina en un alto consumo a nivel veraniego por el lado de la demanda y con un problema de producción en la Planta de Potrerillos”.

Por su parte, desde Irrigación aclararon que ese organismo “hace entrega de la totalidad del caudal concesionado para uso de abastecimiento poblacional a la empresa prestadora del servicio público de agua potable y saneamiento, de manera ininterrumpida”.

Respecto a la provisión de la Planta de Potrerillos, el organismo a cargo del radical Sergio Marinelli explicó el porqué de la disminución de los caudales: “En la época de primavera, cuando recién está comenzando el deshielo, los caudales suelen ser bajos. Esta situación se ve agravada por las escasas nevadas registradas durante el último invierno”. Nada, a la luz de los amplísimos registros objetivos, que no sea previsible y, por lo tanto, susceptible de ser abordado con antelación para evitar el padecimiento de cientos de familias.

Mientras el oficialismo se pone de acuerdo, se avizora un panorama para nada alentador en las poblaciones del oeste del Gran Mendoza, salvo en los barrios privilegiados como Palmares o Dalvian, donde la presión del suministro siempre corre mejor suerte.

Como con el resto de los recursos, tal vez el problema no sea la escasez del agua, sino su desigual e injusta distribución.

 

“El agua de Mendoza no se toca”