¿Para qué voy a colgar el pañuelo en la mochila? Que tire la primera piedra la que no lo haya dudado alguna vez.  El pasado domingo, durante la jornada de elecciones, fueron amenazadas fiscales de mesa por autoridades de la escuela Del Huerto de Godoy Cruz por llevar el símbolo verde de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Foto: Elena Visciglio

Lo dudamos un montón, muchísimas veces, esto de colgar un pañuelo verde en nuestras mochilas. ¿Porque no estamos convencidas de esta lucha? No, jamás sería ese el motivo. Porque mirá si lo ve la abuela y me echa de su casa. Porque si caigo con el pañuelo a esa entrevista de trabajo tal vez no me lo den. Porque voy a dar clases y tengo que respetar todas las posturas. Porque la marcha no es para pedir por el aborto. Porque el pibe puede que se asuste. Porque mi hermana embarazada podría pensar cualquiera. Porque mis colegas siempre me cargan cuando lo ven. Porque si lo uso tal vez vuelva lastimada, o no vuelva.

Así y todo, más allá de las dudas y el qué dirán, lo usamos. Salimos a la calle con nuestros pañuelos todos los días. Si cambiamos de bolso lo desatamos y volvemos a atar. Elegimos esta modalidad de lucha que parece silenciosa y fácil pero provoca mucho ruido, sobre todo en quienes nos miran.

Foto: Coco Yañez

El pañuelo verde existe hace 14 años, cuando en 2005 se creó la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Si bien durante mucho tiempo fueron pocas las compañeras que lo usaban, en los últimos tres años se ha convertido en el símbolo más fuerte de la lucha feminista en Argentina. Porque si bien el pañuelo simboliza un reclamo muy específico, representa un ideal mucho más complejo y profundo que tiene que ver con la autonomía total de nuestros cuerpos.

¿Qué simboliza el pañuelo verde?  Fuerza, unión, lucidez, lucha, sororidad, consciencia de clase, hartazgo, libertad, miedo, bronca, amor libre, esperanza, energía, alegría, intensidad, dolor, vida, autonomía, entre tantas otras cosas. Este trozo de tela verde que sacamos a la calle todos los días representa el “no quiero que me toques más sin mi consentimiento”, grita por todos los rincones “mi cuerpo es mío, mías son mis decisiones”.

Foto: Elena Visciglio

Pero la razón más importante que tenemos para usar el pañuelo, para que esté a la vista todos los días, todo el tiempo, es una sola y la más contundente de todas: el pañuelo es decir en voz alta “hermana, acá estoy”. Son muchísimas las mujeres que tienen anécdotas muy similares para contar acerca de su pañuelo. A casi todas nos ha sucedido que por llevarlo colgado de nuestras mochilas nos han tocado el hombro o han dicho nuestro nombre para pedir ayuda. Mujeres en situación de violencia que no saben qué hacer para salvarse, al ver el pañuelo entienden que hay otra que quiere ayudarlas, lo presienten, lo saben.

Por más que nos insulten y amenacen, nos empujen en la calle y nos llamen asesinas “de bebés”, en el fondo la sociedad sabe que luchamos por la vida, la vida de todas las mujeres y disidencias. Incluso por la vida de aquellas mujeres que nos odian por creer en la autonomía de nuestros cuerpos, por pelear por nuestra libertad. “Hermana, acá estoy”, eso es lo mejor de mostrar nuestros pañuelos sea donde sea que estemos. Porque así nos damos fuerzas para seguir y nos sacamos el miedo, sabiendo que somos muchas, que estamos en la calle. Cada una con su vida pero nunca solas.

Foto: Elena Visciglio

No hay que dejar de usar el pañuelo pase lo que pase. Porque si lo ve la abuela y nos echa de su casa no merece nuestra visita. Porque si perdemos un trabajo por creernos libres, se trataría de un empleo que nos haría mucho mal. Porque si vamos a dar clases y no tomamos posturas ideológicas no somos buenas docentes. Porque si la marcha no es para pedir por el aborto no es una marcha feminista. Porque si el pibe se asusta no vale nada. Porque si mi hermana embarazada piensa cualquiera con el tiempo entenderá que somos también hermanas de lucha. Porque si mis colegas siempre me cargan cuando lo ven, no son colegas. Y porque si por usar un pañuelo podría haber alguien que quiera lastimarnos y no dejarnos volver a casa, ¿a qué casa querríamos volver?

Foto: Elena Visciglio

 

 

“Cuando vi que éramos muchas se me fue el miedo”

Ella le gana