Tras publicar mensajes de odio misógino y apología de abuso sexual infantil, la directora general de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Vanina Barone, fue confirmada en su cargo. La funcionaria cuenta con el decisivo respaldo político de Néstor Majul, influyente amigo íntimo de Alfredo Cornejo y “ministro de seguridad en las sombras” del actual gobierno. Desde su bastión partidario de Maipú, donde fue candidato a intendente en las últimas elecciones, el referente radical se jacta -con argumentos comprobables- de cuidar a su gente de las acusaciones y procesamientos por violencia de género. Como es el caso de Ceferino Sánchez, el funcionario del Ministerio de Seguridad y presidente de la UCR maipucina condenado por la Justicia en una causa de hostigamiento laboral, acoso sexual, amenazas y lesiones contra una trabajadora del Instituto Universitario de Seguridad Pública. Al igual que este violento, Barone fue ratificada en su cargo por Alejandro Verón, su superior jerárquico y dirigente de Libres del Sur. 

Por Negro Nasif 

Una vez más el blindaje mediático, y el “dejar hacer, dejar pasar” característico de la gestión PRO-UCR, mantendrán impune a una aberrante funcionaria en un cargo clave como es la Dirección General de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, la ex DINAF dependiente del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes.

Vanina Barone seguirá atornillada a su puesto político, no obstante su pésima gestión al frente del organismo que conduce, y su explícita defensa de la destrucción de derechos de mujeres e infancias, llegando al punto atroz de utilizar una supuesta burla partidaria como un meme apologético del abuso sexual infantil.

Estado de WhatsApp de Vanina Barone Captura de pantalla

La semana pasada, la titular de la Secretaría de Mujeres de la UCR Mendoza difundió una serie de imágenes agraviantes contra mujeres que participaron de reuniones oficiales con el presidente Alberto Fernández. Barone reprodujo estereotipos machistas para cosificar y descalificar a mujeres, vinculándolas a supuestos “escándalos sexuales” en la Residencia Oficial de Olivos.

Días más tarde EL OTRO dio a conocer un acto de cinismo aún mayor de quien tiene en sus manos la protección de las infancias y adolescencias. Este diario publicó un imagen que, muy lejos del chiste, representa una clara apología del abuso sexual infantil que también fue difundida por Barone desde sus redes personales.

Alfredo Cornejo, Rodolfo Suarez y Néstor Majul. Foto: Cambia Mendoza

Sin embargo, en este distintivo y separatista país de la libertad que pretende refundar el oficialismo mendocino, la vigencia de los derechos humanos y la protección de las y  los más vulnerables nos son valores esenciales. Si así fuere, la funcionaria e integrante de la conducción provincial de uno de los partidos más importantes de la Argentina hubiese durado cinco minutos en su cargo, tras sus indignantes posteos.

Pero en Mendoza Alfredo I manda y, en este caso puntual, el largo brazo derecho de su poder protege sin temblar el pulso a la impune responsable de la pésima gestión de un área estratégica de Desarrollo Social que, además, se caracteriza por el maltrato, el hostigamiento y la persecución de las y los trabajadores, especialmente quienes se identifican con ideologías diferentes a la militancia de Barone y su jefe Alejandro Verón, dirigente de Libres del Sur.

Ernesto Mancinelli, Silvina Anfuso y Alejandro Verón, dirigentes de Libres del Sur Mendoza. Foto: Coco Yañez

“Ya no es un secreto a voces, es una triste realidad. Puede hacer lo que se le cante que Majul, que es Cornejo, la va a cuidar siempre. No solamente por esto, fundamentalmente por cosas muy graves que pasan con los niños que esta mujer tiene a cargo”, confió a este diario una fuente reservada del Gobierno muy crítica con la gestión del ministerio que conduce Ana María Nadal, bajo cuya órbita está Verón y Barone.

Si bien el testimonio en off brindado a EL OTRO no ahondó en las “cosas muy graves” que ocurren en la gestión de las políticas de niñez y adolescencia en Mendoza, sí fue muy detallado en la influencia determinante de Néstor Majul en su defensa de Barone, lo que coincide con otras fuentes consultadas por este medio.

Majul, Rogelio Frigerio y Cornejo en campaña. Foto: Cambia Mendoza

Majul es Cornejo, no caben dudas. Forma parte del círculo íntimo del exgobernador desde la primera hora, es su punta de lanza en el territorio de Maipú y su ministro de Seguridad ante Raúl Levrino, pintado al óleo en una cartera (y caja) de gobierno que Majul maneja junto a Roberto Munives, la otra espada fiel del patrón radical.

Desde la Subsecretaría de Relaciones Institucionales de Seguridad, Majul es un todo terreno. Sus amplias funciones y potestades lo suelen implicar en tareas tan disímiles, como ordenar el poroteo en la Cámara de Diputados, cuando al presidente del cuerpo Peti Lombardi se le rebela la tropa, hasta asegurar la permanencia -caiga quien caiga- de las segundas y terceras filas del cornejismo paladar negro, como es el caso de Barone, una cuatro de copas en apariencia pero imprescindible en el armado partidario de su Maipú.

La mesa chica de Seguridad: Cornejo, Venier, Majul y Munives. Foto: Gobierno de Mendoza.

En términos del exigente Cornejo, su amigo es muy eficiente y, sobre todo, fiel como un perro. Majul fue en 2016 el autor intelectual y ejecutor del llamado “protocolo antipiquetes”, con el que el radicalismo hizo realidad los sueños húmedos de la derecha de extinguir para siempre los cortes de calles de las organizaciones sociales y sindicales. Cuando las papas queman, es Majul quien juega sin reparar en métodos nefastos, como fue la burda puesta en escena que montó en abril del año pasado, forzando a obreros migrantes, abandonados por el Estado, a exhibir un cartel con la leyenda “Gobernador Suarez, gracias por todo”.

Ese es Majul. El mismo que a capa y espada sostiene a su correligionario Ceferino Sánchez, encargado de compras y suministros del Instituto Universitario de Seguridad Pública, sentenciado por violencia machista contra una trabajadora de esa institución, quien lo demandó por hostigamiento laboral, acoso sexual, amenazas y lesiones. Sobre Sánchez aún pesan varias denuncias por violencia laboral y de género presentadas por otras empleadas del IUSP. Pero no está solo en su impunidad, los buenos oficios de Majul lograron que lo defienda la abogada “feminista” y funcionaria Paula Vetrugno que, en premio a su fidelidad, está al frente de la Diplomatura de Perspectiva de Género en Seguridad y Justicia, junto a la acomodada de la Corte Emiliana Lilloy.

Arriba: Posteo de Majul apoyando la candidatura a concejal en primer término de Ceferino Sánchez (2015)

Abajo: Ceferino Sánchez asume la presidencia de la UCR Maipú (2020).

Foto: Cambia Mendoza

EL OTRO intentó comunicarse con Barone, y con su jefe inmediato superior, el subsecretario de Desarrollo Social Alejandro Verón, pero los esfuerzos fueron en vano.

Verón, como parte de la conducción de la pyme familiar Libres del Sur, cierra filas con la ultraderecha a cambio de algunos recursos del Estado para las legítimas y necesitadas organizaciones de base y empleo de altos ingresos para él y sus compañeros, entre los que se encuentra su pareja y directora de Género y Diversidad, Silvina Anfuso, abocada por completo a hacer silencio frente a la violencia misógina de las funcionarias del gobierno radical y a su campaña partidaria para ingresar al Concejo Deliberante de Godoy Cruz, cuna del cornejismo.

Barone puede decir lo que quiera y gozar de su tranquilidad. Como el mismísimo rey sol, aunque no lo veamos, Cornejo siempre está.

 

Gobierno de miserables

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El peor chiste: la protección de las infancias en manos violentas

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Libres sin norte