Los Galdame-Vazquez, histórica familia de Bardas Blancas, sufrieron un desalojo violento de su campo el pasado 12 de septiembre. El atropello ejecutado por la Policía de Mendoza finalizó con los moradores en un calabozo y la casa familiar demolida por orden de Sergio Rostagno, el mayor terrateniente de la zona y uno de los más importantes de la Argentina, a quien un juez le adjudicó la propiedad de las tierras.

Por Redacción EL OTRO / Fotos: Gentileza

Foto de portada: Sergio Rostagno (de sombrero) recibe al entonces presidente Mauricio Macri. Malargüe, mayo de 2017.

“Sergio Rostagno dice que es dueño de las tierras, pero jamás ha mostrado papeles, nunca hemos visto ningún título. Dice que es dueño pero detrás de un escritorio, porque no sabe ni cómo llegar a esos campos”, relata con voz entrecortada Karen Vazquez, integrante de la familia atacada. EL OTRO dialogó con esta joven mujer resuelta a enfrentar lo que sea necesario para que su familia recupere lo que le pertenece.

Bardas Blancas es una localidad de Río Grande, distrito del oeste de Malargüe. Un extenso paraje pintado con cerros y arroyos en el que habitan desde hace más de un siglo un puñado de familias, cuya actividad principal es la crianza de caprinos. El puesto Galdame o campo Galdamino,  tierras de la familia Galdame-Vásquez se ubica a la vera del Arroyo Chenque-co y es parte de la historia de este pago.

Sergio Rostagno | Foto: Gentileza

De acuerdo con el portal La Tinta, Sergio Rostagno, junto a Luis Demarchi y Carlos Satalesa, integran la sociedad anónima El Palauco, que concentra alrededor de 150.000 hectáreas en Bardas Blancas, Sierras de Palauco y Laguna de Llancanelo.

La Policía de Mendoza el día del desalojo | Foto: Gentileza

Rostagno es un viejo conocido de la zona. Desde hace décadas pasó a ser el máximo terrateniente de Malargüe y, aunque reside en Buenos Aires, continuamente visita Bardas Blancas para cobrarles a las familias que habitan en, lo que dice, son sus campos. “Tengo un campo que se llama el Palauco, adquirido en el año 1979 por mí y dos socios más. Ese campo tiene una franja que va desde el río Malargüe hasta el Río Grande. En esa franja hay puestos que son alquilados”, explicó el empresario en el diario Ser y Hacer de Malargüe, en una especie de  descargo que pidió al medio para explicar los motivos del atropello que sufrió la familia Galdame-Vázquez

“Nos fueron a desalojar el 12 de septiembre, de un día para el otro, sin orden judicial, ni una autorización de la Fiscalía. Nos golpearon, mi papá tiene 80 años, mi mamá tiene 70, a ellos les dejaron marcas en el cuerpo, nos llevó la policía y estuvimos 30 horas en un calabozo. Nos tiraron la casa que estábamos habitando, que tenía muebles, todo lo que hay en una casa y no pudimos sacar nada”. La violencia del terrateniente se conjuga con la violencia de las instituciones: “Recién vimos  una orden de desalojo hace dos semanas, cuando se la mostraron a nuestra abogada, pero es una orden basada en mentiras y hoy tenemos una causa penal y una prohibición de acercamiento al campo”, cuenta Karen, con la viva impresión de aquellas fatídicas horas.

El atropello a los Galdame Vázquez se suma a los innumerables abusos que se cuentan en la zona y es inevitable asociarlo a “las tomas” que en el último tiempo se han conocido públicamente en torno a la propiedad privada y su vinculación caprichosa y perniciosa con las afinidades políticas. “Sergio Rostagno el día del desalojo nos gritaba que nosotros estábamos haciendo eso porque pertenecíamos a La Cámpora. Es una pavada, imagínese que mis abuelos vivieron más de 100 años acá. Los hijos de mi mamá somos la quinta generación en ese campo, mi abuelo nació en ese campo y murió con casi 100 años”, explica Karen con las palabras cansadas de haberlas repetido tanto en  las últimas semanas, sin que ningún medio de comunicación hegemónico estuviese dispuesto a escuchar su historia.

“Ahora tenemos que ser paciente y no dejar esto. No nos vamos a quedar callados. Es la segunda vez que Rostagno lo hace, la primera vez fue en 2013, mis abuelos estaban vivos y como no sabían leer ni escribir, no hicieron nada pero hoy no es distinto, no lo vamos a dejar así”.

El caso ha tomado relevancia en diferentes ámbitos. “Hemos recibido apoyo de legisladores provinciales y nacionales, la mayoría de los concejales también se han solidarizado con nosotros”, cuenta esperanzada Karen porque sabe que para dar la batalla necesita mucho más que “lo que establece el Derecho Privado”.

“Es complicado, porque si bien tenemos papeles del campo y lo que corresponde, Rostagno se las ha arreglado siempre, porque ya han desalojado a gente que tenía mensuras, títulos supletorios, sucesiones de derechos y a pesar de todo los pudo sacar y hoy están afuera de sus campos”, aclara Vázquez consiente de la difícil pelea que tienen que dar.

Así se veía originalmente el puesto que fue destrozado.

La historia de Sergio Rostagno, porque su voluntad también se respeta más allá de sus tranqueras y de las tierras que gobierna, cuenta con la anuencia de funcionarios judiciales, empresarios de la zona y mandatarios políticos de peso, como el intendente Juan Manuel Ojeda, que a sabiendas del atropello en el campo Galdame guarda un silencio digno de los que imponen con rigor algunos patrones de espacios partidarios.

Jorge Vergara, exintendente de Malargüe; Coco Miranda, cuñado de Sergio Rostagno; y el exgobernador Alfredo Cornejo.

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Fuente: Giramundo TV

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