Será el primer efector de salud estatal del interior del país que realice este tipo de intervenciones. Las autoridades estiman que para 2018 estará en funcionamiento. El director del Hospital Central, Ariel Herrera, dialogó con EL OTRO acerca de esta valiosa obra.

Fotos: Coco Yañez

A fines de 2014, el gobierno de Francisco Pérez anunció la creación de un centro médico estatal para realizar trasplantes de médula ósea. La obra debía ponerse en marcha a mediados 2015, pero solo alcanzó a completarse la parte edilicia. El gobierno de Alfredo Cornejo retomó el proyecto, a fines de 2016, y hoy se está concretando la última etapa de la construcción y se cumple el proceso de capacitación de los profesionales. Se estima que a mediados de 2018 estará en condiciones de realizar trasplantes.

El objetivo de este centro fue poder brindar atención de alta complejidad a todas las personas que necesitan trasplante de médula ósea y no poseen cobertura médica. La actual gestión trabaja con la misma meta, sabiendo que será el primero de carácter público en el interior del país. Sobre este aspecto, los detalles de la obra, y sobre el servicio que se prestará, habló Ariel Herrera, director del Hospital Central de Mendoza.

Dr. Ariel Herrera.

El nuevo servicio asistencial está ubicada en ese nosocomio y cuenta con cinco habitaciones con baños individuales y un sistema especial de filtración de aire para la mayor recuperación de los pacientes, entre otras complejidades técnicas. La inversión inicial fue de $13.000.000 (de los cuales $9.000.000 aportó la Nación y $4.000.000 el Incucai -Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).

“Lo que nosotros hicimos fue terminar la obra que estaba empezada, hay una parte que no estaba prevista y es necesaria, y eso es lo que ha demorado el proyecto. Es una obra difícil, por eso entendemos que no va a funcionar antes de 2018 porque, aunque tuviéramos la infraestructura, el recurso humano recién está especializándose. Todos los profesionales tiene que cumplir determinados parámetros que piden normativas del Incaimen (Instituto Coordinador de Ablación e Implante de Mendoza) y del Incucai. Deben tener determinado entrenamiento, que no lo teníamos porque esta práctica no se hacía en Mendoza”, explicó con detalles Herrera.

Actualmente en Argentina existen 31 centros de trasplantes, de los cuales 22 son privados y nueve públicos. Además de la escasez de efectores, los pacientes se encuentran con la dificultad de que todos los de gestión estatal están ubicados en Buenos Aires, ocho en la Ciudad Autónoma y uno en La Plata.

Al respecto, el director del Central destacó que sería el primer efector público del interior, “hoy los hospitales públicos de Mendoza hacen el nexo con los centros de trasplantes. En el caso de que el paciente no tenga cobertura ni mutual, el Incaimen, licita el tratamiento, es decir el paciente tiene el tratamiento, pero no lo tiene cerca de casa. Nuestra idea es dar cobertura a los pacientes no mutualizados. En costos vamos a estar mejor pero fundamentalmente estamos pensado en la cercanía al grupo familiar, es un proceso que implica meses, son pacientes que necesitan muchos controles”, subrayó el profesional.

Herrera aclaró que el centro funcionará bajo la órbita del Hospital Central por lo cual “va a entrar en el ámbito de la autogestión, en un principio, y después, seguramente por el tipo de patología, siempre hay fundaciones y cooperadoras que van a apoyar. Tenemos diálogo con gente que quiere colaborar, también hemos tenido relaciones con otras asociaciones que son de ayuda al paciente oncohematológico, pero en un principio lo administrará el hospital y el resto de las asociaciones colaborarán”, adelantó, considerando el futuro de la institución.

De acuerdo con estadísticas del Incucai, en la actualidad 11.000 personas esperan un trasplante de médula en el país. La posibilidad de concretar una intervención depende de las donaciones y de la capacidad de los efectores, que realizan en promedio, 400 trasplantes anuales. El centro médico de Mendoza podría efectuar, según el proyecto original, 50 por año.