No hay error. Es un juego de palabras con el apellido del director general de Escuelas, que luego de andar por todos los canales promoviendo su proyecto de ley fallido, y posterior a cerrar por decreto una paritaria de pobreza, habilitó la presencialidad sin garantizar condiciones mínimas. Y ahora se escondió.

OPINIÓN | Por Juan Jofré, profesor en Ciencias de la Educación.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Al cierre de aulas justificado como una decisión que “no es política” y repetida como loros por sus obsecuentes, se le suma la ya casi imposible tarea de sostener la presencialidad si no mejoran las condiciones de transporte, higiene e infraestructura; la celeridad para test y resultados; y la campaña de vacunación, donde somos de las provincias más lentas del país.

Ante todas esas fallas, ausencias, y decisiones perjudiciales para estudiantes, docentes y no docentes, el director José Thomas cuenta con la cobertura mediática que nada dice de este (des)gobierno escolar.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Ahora, la novedad anunciada con bombos y platillos, y que colmó el vaso de la paciencia, es la propuesta “Comunidad de Aprendizaje” donde nos quieren hacer creer que el clima escolar se mejora con capacitaciones.

¿Otro negocio de la DGE con la Fundación Varkey?

Tal vez lo sea. Lo que es seguro, es que el clima escolar no mejora solamente con formación o capacitación docente. Esta visión se siembra en las escuelas y en la sociedad, para luego, cuando aparecen casos de violencia, bullying, o escuelas con “mal clima”, culpar a las y los docentes, y hacer que el gobierno escolar salga ileso como si nada tuviera que ver.

Thomas nos toma por imbéciles, porque supone que la docencia mendocina no sabe nada de clima escolar, y que nos tragaremos el cuentito de que depende de nosotros solamente lo que pasa en las escuelas.

Cierre de capacitación docente de Fundación Varkey | 2019 Foto: Gobierno de Mendoza

Por supuesto que la formación en aspectos emocionales, comunicacionales y didácticos de la docencia aportarán a mejorar el clima escolar. Pero hay cuestiones institucionales y de contexto que son pre requisitos para un buen trabajo docente. Hay decisiones de política educativa de las que la DGE se debe hacer cargo para mejorar el clima escolar, y que la docencia o la comunidad no pueden ni deben hacer.

Thomas, tome algunas de estas lecturas que la docencia mendocina conoce, y empiece a dar el ejemplo, si de verdad quiere que mejoremos el clima en las escuelas, empiece usted haciendo lo que le corresponde, y seguramente seguiremos su buen ejemplo.

Hay investigaciones muy interesantes que puede empezar por leer: las de Graciela Pascualetto UNLP), o las de Legaspi y otr@s (UBA); o si prefiere las internacionales de Cassasus, Froemel, Palafox o Treviño.

Foto de archivo: Coco Yañez

Y si quiere también puede empezar usted y los suyos a cambiar las actitudes que mejoran el clima. Pueden dejar de desprestigiar a la docencia, o al menos dejar de pagarles a pseudo periodistas mercenarios que nos imaginan panza arriba.

Podrían también dejar de perseguir a quienes piensan diferente, o ya no generar miedo en directivos, docentes y no docentes.

El lugar que usted ocupa es el lugar de “toma” de decisiones y de destino de recursos. Tal vez sería un gran aporte para mejorar los climas escolares, que destinen un personal exclusivo para carga de los datos del GEM y así liberar a docentes para que tengan más tiempo de escuchar necesidades de sus estudiantes o hacer aportes a la organización placentera del aula, que claramente mejoran el clima escolar.

¡Recursos Thomas, no discursos! ¡Acciones, no capacitaciones!

Foto de archivo: Coco Yañez

Las mejoras en las propuestas didácticas seguramente ayudan. La propuesta de los aprendizajes basados en proyecto es por demás interesante, pero resulta imposible cuando no hay recursos que permitan destinar tiempos reales a ese trabajo. Ese tiempo se puede destinar, si usted decide invertir, en horas cátedra.

Y si le va gustando la idea, y va comprendiendo que para mejorar el clima en las escuelas debería empezar por usted, agarre la billetera y vuelva a implementar los CAI y CAJ que generaban mucha participación, sentido de pertenencia y buenas relaciones de la comunidad y los estudiantes con la escuela. Eso sí que ayudaría a mejorar el clima escolar.

Foto de archivo: Coco Yañez

Lo noto entusiasmado así que voy a seguir proponiéndole, porque a diferencia de su violento jefe, me gusta criticar pero proponer. ¡Denuncia y anuncio como nos enseñó Freire!

Tal vez recuerde las políticas socioeducativas que se implementaban antes de los años de recorte y ajuste. Le refresco la memoria. Además de CAI y CAJ, estaban las orquestas y coros infantiles, el “abrir la escuela” de turismo y recreación, el Parlamento juvenil del Mercosur, el Programa de ajedrez escolar o el de Escuelas solidarias, entre otros.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Tal vez al recordar vuelva a “pasar por el corazón” y decida invertir recursos reales para todas las escuelas, en lugar de capacitaciones ficcionales para unas poquitas.

Dos ideas más. Dicen quienes han investigado y estudiado sobre clima escolar, que la participación en la elaboración de las normas aporta mucho, y sobre todo, el sostenerlas y defenderlas. Por lo que la recomendación sería que no nos cambien las reglas todas las semanas.

Escuela del secano lavallino. Foto de archivo: Coco Yañez

Ya que hablamos de clima, no sé qué tan calentita estará su oficina, pero ya empezó el frio, y dar clases con ventanas y puertas abiertas no va a contribuir a mejorar el clima.

Por último, y a mi modo de ver muy importante, Cristina Davini nos enseñó que el ambiente físico, es decir la infraestructura, forma parte importante del mensaje educativo que como adultos y como sociedad le damos a nuestras jóvenes generaciones cuando las recibimos en la escuela. Si usted está de acuerdo, arregle las escuelas, conecte internet, compre netbooks o tablets.

Le doy mi palabra que si usted “thoma” esas decisiones, el clima en las escuelas va a mejorar notablemente, y no necesitará inventar capacitaciones para favorecer amigos suyos, sino que de las mismas escuelas surgirán los saberes para seguir mejorando.

 

“Lo que nosotros queremos es no morirnos”