Por Darío Castellani*

A partir del comentario de una persona conocida que cometió el costoso error de entregar un nuevo billete de $500 pensando que era el antiguo de $5, me pareció interesante, reflexionar acerca del tema. Evidentemente el error había sido provocado por una falla de diseño, la similitud entre los colores de ambos billetes induce a la confusión.

Fotomontaje: Seba Heras

Luego me enteré de que el Gobierno Nacional a través del Presidente del Banco Central anunciaba la inminente aparición de los nuevos billetes de $20, $50, $100 y $1000. Algunos días después tuve acceso al diseño de los mismos. Pude comprobar que la falla persistía: una mala sistematización del color. Los nuevos billetes no parecen tener un color predominante, abusan de varios tintes (colores diferentes) y puedo suponer que costosas confusiones se darán en el futuro, sobre todo entre los billetes de $20 y $1000.

Sin embargo, más allá de estas consideraciones profesionales, entendí que lo más preocupante de los billetes en cuestión es el reemplazo de figuras políticas de nuestra historia por animales. No tengo nada en contra de los animales y creo que la fauna autóctona de una región puede ser representativa. Pero mi preocupación es otra, que pase desapercibida una medida profundamente ideológica como esta, propuesta por un espacio político lo suficientemente cínico como para pretender “desideologizar” la política.

Fotomontaje: Seba Heras

Al respecto en esos días opinó el historiador Mario “Pacho” O´Donnell:

“Deshistorizar es malo. A mí me gustaba la pluralidad que había con los próceres. Prefiero a San Martín y no a un guanaco en un billete”

“Cada uno de los próceres representa una corriente de pensamiento y de acción de nuestra Argentina, por eso es interesante que se mantenga la pluralidad, que haya un (Domingo) Sarmiento, también (Juan Manuel de) Rosas, un (Julio) Roca, una Evita (Duarte)”

“Lo que hubiera preferido es que se honre a personalidades de la cultura y la ciencia, por ejemplo, como ocurre en Uruguay”.

Foto: Seba Heras

Se podrá coincidir con Evita o con Roca, con San Martín o con Mitre, con Belgrano o con Sarmiento, preferir a figuras de la cultura o de la ciencia y esto será de acuerdo a nuestras ideas y creencias colectivas, es decir, a la ideología. Al borrar a estas personalidades de los billetes, nos quitan la posibilidad de reflexionar acerca de ellas, de sus acciones y su pensamiento. Y esta ausencia es profundamente ideológica porque más vale no tener referentes, no pensar ni cuestionar la historia, así puedo venir yo y hacer la historia por vos de acuerdo a mis intereses y a los de mis amigos.

Sin figuras políticas en el anverso, el nuevo papel moneda nace con menos valor, algo muy en sintonía con la ideología de un gobierno que apenas asumió, dispuso una brutal devaluación de la moneda y que planea una aún mayor de acuerdo a lo que se desprende de la ley del Presupuesto 2017. Tarifazo, devaluación, estancamiento económico más inflación, endeudamiento, desocupación y pobreza crecientes, cierre de empresas nacionales, eliminación de pensiones por discapacidad, son, entre muchas otras, consecuencias de una ideología que gobierna (oligárquico-imperialista) y no de la torpeza de un gobierno como nos quieren hacer creer.

¿Gobernar para los que más tienen?, le pregunto a un San Martín que me mira como sin comprender, desde un antiguo billete de $5.

 

*El autor es diseñador industrial especializado en Gráfica, diplomado en Comunicación Corporativa y docente universitario.