La organización La Néstor Kirchner Mendoza denunció que militantes peronistas y radicales disidentes fueron perseguidos y hostigados por la policía, el miércoles pasado, momentos antes de la llegada del presidente Mauricio Macri a la provincia. En un comunicado -que reproducimos abajo-, la organización kirchnerista repudió “una política represiva, autoritaria y de persecución hacia sectores de la sociedad que intentan manifestarse públicamente”.

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PERMISO PARA OPINAR. La política del patrón y sus patotas

Desde la Néstor Kirchner Mendoza repudiamos la persecución y el hostigamiento policial del que fueron objeto compañeros de nuestra agrupación, La Cámpora y Los Irrompibles, en las horas previas al arribo de Mauricio Macri a Mendoza.

Una vez más, las fuerzas de orden y seguridad de nuestro Estado nacional actúan al servicio de una política de cacería de los ciudadanos críticos al nuevo régimen.

En plena democracia y haciendo uso del derecho a expresarse libremente, los compañeros se autoconvocaron en la madrugada del 7 de diciembre en inmediaciones del Aeropuerto para recibir al presidente, con carteles alusivos a la crisis económica social provocada por la CEO-gestión que lleva adelante el gobierno de Cambiemos. Sin embargo, ante el espectacular despliegue policial que pudieron advertir en la zona decidieron abandonar el lugar para evitar conflictos.

En una actitud propia de las más oscuras etapas de la historia argentina, los patrulleros persiguieron y detuvieron a los compañeros en la ruta.

Los supuestos guardianes del orden y protectores de la población civil retuvieron sus documentos de identidad, revisaron los autos en los que se desplazaban y realizaron un escandaloso interrogatorio acerca de la actividad prevista para esa noche y el origen partidario/ideológico de cada uno. Para justificar su accionar autoritario, los efectivos policiales invocaron el antidemocrático protocolo antipiquete del Ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich, que cercena el derecho a la libre manifestación de las ideas en la vía pública, invocando la figura del “permiso” para marchar. Es decir, que en el marco de un espectacular hostigamiento policial, la salida era aceptar tan irrisoria propuesta “conciliadora” entre Estado, su aparato represor, y las organizaciones políticas.

Como espacio de activa militancia política y social repudiamos el accionar de las fuerzas policiales por considerarlas punta de lanza de una política represiva, autoritaria y de persecución hacia sectores de la sociedad que intentan manifestarse públicamente (eligiendo medios directos para hacerlo, y no corporaciones empresariales), haciendo uso de un derecho que a todos nos corresponde como es la libertad de expresión. Nuestro país, tristemente, ya atravesó épocas donde la expresión política era coartada con violencia institucional y estatal. Los años de terror nos costaron vidas humanas y la destrucción total o parcial de la psicología colectiva de lucha popular.

Ayer, hoy y siempre decimos NUNCA MÁS.