De lunes a miércoles, la organización Feministas Acorazadas Mendoza participó del Acampe nacional contra el A.S.I. (Abuso Sexual de las Infancias). La visibilización de gravísimas problemáticas, desoídas por el Poder Judicial, se realizó frente a la sede de Tribunales Provinciales de Capital. Exigieron las restituciones de Lucio y Alissa, niñes que, por orden judicial, conviven con progenitores denunciados por abusos sexuales y violencia de género.

Por Redacción EL OTRO | Fotos: Coco Yañez

“Ante el pésimo accionar de una justicia patriarcal, adultocéntrica y violadora de derechos de niños, niñas, adolescentes, mujeres y disidencias; nos unimos a reclamar por la restitución de Lucio y por todes les Lucios del país. Ya que el círculo de violencia institucional al que someten a les denunciantes y sobrevivientes de A.S.I. (Abuso Sexual de las Infancias) es sistemático en todos los casos, garantizando así la impunidad de la pedofilia en nuestro país”, rezó el comunicado de convocatoria al acampe nacional que se llevó a cabo, desde el 29 al 31 de marzo, en las ciudades de Mendoza, San Isidro, Córdoba, Villa Mercedes, San Juan, Mar del Plata y Buenos Aires.

Lucio, es un niño de ocho años, que fue llevado por su padre, quien está sospechado de abuso sexual y violencia de género, a los gritos de los tribunales de San Isidro (Buenos Aires), el pasado 18 de marzo, tras ser autorizado por la jueza Sabrina Citraro. “No sé nada de Lucio, para mí esto es un secuestro, no sé nada de su salud física ni psíquica ni el paradero”, denunció la madre del niño en una entrevista con la emisora Radio Con Vos. Desde entonces la exigencia de restitución de Lucio se convirtió en una causa nacional y el reflejo de numerosos casos de similares características en todo el país.

 

 

En este contexto de reclamo, mujeres integrantes de Feministas Acorazadas Mendoza desplegaron media docena de carpas, banderas, globos y carteles frente a la sede de Tribunales Provinciales de Capital. Entre las pancartas se destacó “un tendedero extendido casi de esquina a esquina con fotografías y nombres de pedófilos impunes”, según explicó una de las mujeres que participó de la acción nacional para denunciar la utilización, en procesos judiciales, del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) y la inacción de la Justicia ante dramáticos casos de abusos sexuales de las infancias.

Durante las tres jornadas se realizaron diferentes reuniones, intervenciones artísticas y lecturas de documentos, pese a los constantes hostigamientos de funcionarios del Ministerio Público Fiscal y de la Policía de Mendoza quienes intentaron interrumpir el desarrollo del acampe. “Ya mandaron a la policía a decir que no podemos estar con las carpas, que nos las van a secuestrar, porque parece ser que una carpa de niño, pequeña, durante tres días en una vereda pesa más que las madres protectoras, les xadres y les sobrevivientes que estamos pidiendo justicia”, protestó una de las organizadoras mediante un video difundido el martes pasado en las redes sociales.

 

 

Además del pedido nacional de restitución de Lucio, en Mendoza se exigió particularmente que la justicia provincial disponga que Alissa retorne con su mamá y que “se deje de violentar a la mujer a través de los aparatos gubernamentales”. “Alissa es una niña que lejos de ser protegida por el Estado, es este quien le está quitando todos sus derechos. Su madre y su tía denunciaron al progenitor de la niña por abuso sexual y actualmente la justicia patriarcal y adultocéntrica la arrancó de los brazos de sus cuidadoras y protectoras para llevarla a un hogar”, explicaron desde Feministas Acorazadas. La organización precisó que “la pequeña manifiesta constantemente querer volver con su mamá, quien ha golpeado puerta tras puerta para que el Estado proteja a su hija y, por el contrario, la niña está siendo privada de sus derechos y ella, su madre, aleccionada”.

Con mucho esfuerzo y persistencia, las Acorazadas mendocinas sostuvieron, desde las veredas del Poder Judicial, las consignas “Basta de justicia patriarcal”, “Basta de torturar infancias”, “Lxs niñxs no mienten, los abusadores sí”, “Por infancias libres de abusos” y “Basta de abuso de poder”. Mientras tanto, en el interior del palacio de (in)Justicia las y los fiscales, jueces, defensores oficiales y demás funcionarios continuaron con sus rutinas burocráticas, como si los gritos de las madres no alcanzaran para interpelarlos.

 

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