La Municipalidad de Lavalle lanzó la edición 2018 del programa “Presupuesto Participativo”, con una inversión de $6 millones. A partir de asambleas democráticas, vecinas y vecinos del departamento planifican y eligen cuáles son las obras prioritarias para sus comunidades.

Fotos: Coco Yañez

Estamos en la “Casa de la Historia y la Cultura Juanita Vera” de Villa Tulumaya. Más de 250 personas vinieron desde los distritos para escuchar, también para ser oídos.

Son las 20.30 del viernes 6 de julio. “Hace unos años soñábamos con esto, tener vecinos que se quisieran involucrar en las decisiones públicas”, manifiesta entusiasmado David Fiore, jefe de Modernización del Estado de la Municipalidad de Lavalle, luego de dar la bienvenida a la concurrencia de todas las edades que desborda el auditorio.

Claudio Díaz y David Fiore.

“Cuando hablamos de Participación Ciudadana nos referimos a un proceso en el cual los vecinos intervienen en la toma de decisiones de políticas públicas”, explica Fiore con el apoyo de definiciones y datos proyectados en una pantalla que siguen con atención los vecinos. Aparecen en el sentido de las palabras del funcionario los conceptos de democracia directa y ciudadanos con algo más que voz y voto cada dos años.

Entre las instancias de Participación Ciudadana, Lavalle viene desarrollando experiencias como el Foro Huanacache, Foros Juveniles, Asambleas de Ordenamiento Territorial, Asambleas Vecinales, Sistema de Atención al Ciudadano y, una de las iniciativas más interesantes, el programa de Presupuesto Participativo (PP), que registra como antecedente una idea similar desarrollada en Maipú en la última década y media.

Inversión democrática

El PP supone la democratización de la gestión municipal, a partir de la formulación de proyectos comunitarios con partidas del presupuesto local. “Los vecinos con el municipio deliberan y deciden qué hacer, qué proyectos u obras realizar y dónde hacerlas”, explica Claudio Díaz, responsable de Ordenamiento Territorial.

Los fondos públicos destinados al PP fueron creciendo desde su implementación en 2016. En aquel año la asignación de recursos financieros fue de $480.000, en tanto que ya se anunciaron $6.000.000 para este 2018, los que serán distribuidos en 20 lugares del extenso territorio lavallino.

Más de 3500 personas participaron en cada uno de los pasos del proceso del programa: asambleas informativas, de armado de proyectos con asistencia del municipio, de presentación de propuestas y de elección de las iniciativas comunitarias mediante el voto voluntario de las y los habitantes mayores de 16 años.

El desarrollo de estas instancias populares y democráticas culminaron en obras palpables, como el playón deportivo de San Pedro, material deportivo para Jocolí y Alto del Olvido, mejoras en el salón del Sport Club Don Bosco de El Plumero, una cancha de fútbol en Barrio Andacollo de Tres de Mayo, reacondicionamiento de un playón en La Pega, además de salones comunitarios, espacios de recreación y salud, plazas saludables, luminarias, y hasta la conformación de una murga que demandó la compra de instrumentos musicales y materiales para confeccionar indumentaria.

Empoderar a las comunidades

“Para crecer tenemos que animarnos a innovar y tratar de ir por más”, propone el intendente Roberto Righi desde el escenario. En sus asientos, funcionarios de gobierno, concejales oficialistas y de la oposición, y los vecinos siguen sus palabras con la paciencia habitual de estas tierras de Huanacache.

El jefe comunal resalta los beneficios de la tecnología y pone como ejemplo al Sistema de Atención del Ciudadano que implementa el municipio, “que no solo es para la gente sino que también es un servicio que a nosotros, como funcionarios, nos exige mucho más, porque hay que dar respuestas”. Luego Righi presenta la marca “Lavalle, somos todos”, un nuevo “sello de identidad visual del departamento”, que propone a los vecinos para que lo consideren y aporten ideas acerca de su utilización.

Antes de proyectar el video sobre el diseño de la imagen que reemplazará al actual logo institucional, y de abrir el micrófono para las preguntas y sugerencias, el intendente invita a subir a tres jóvenes que ya fueron protagonistas del programa de Presupuesto Participativo, “una herramienta que permite empoderarnos, más allá de los colores políticos y las gestiones”, destaca Righi.

Protagonistas

Federico Ferreyra, Cristina Ferrer y María Rosales.

María Rosales vive en San Pedro (Gustavo André) a más de 30 km de la ciudad cabecera de Lavalle. Fue coordinadora de uno de los grupos que elaboró el proyecto de “playón deportivo” que recibió el respaldo de los vecinos en las elecciones del año pasado. “Es un sueño cumplido, un logro muy deseado para la comunidad, un fin que hace años era solo una ilusión”, manifiesta María, visiblemente emocionada, dimensionando el impacto de la obra para su pueblo.

Federico Ferreyra y Cristina Ferrer son de Jocolí. Ambos estudian Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Cuyo y participaron en el PP desde los comienzos. “Es importante que los estudiantes pongamos al servicio de la comunidad nuestros conocimientos, es fundamental. Creo que es un camino que tenemos que iniciar todos en conjunto, debemos utilizar nuestros propios recursos humanos en pos del crecimiento de Lavalle y la ampliación de derechos”, manifiesta Federico y luego pondera el programa municipal como alternativa a las políticas de ajuste.

“Tenía 18 años cuando participé del primer PP, ahora tengo 20”, le cuenta a EL OTRO Cristina, ya debajo del escenario, cuando finaliza el encuentro y la gente comienza a abandonar este hermoso lugar. “En 2016 en Jocolí hubo tres grupos que presentaron proyectos: uno de un espacio verde, nosotros presentamos la idea de reactivar la biblioteca y el tercero, que ganó, fue el del gimnasio. Esta primera experiencia me incentivó como joven para volver a participar y repensar nuestro proyecto: qué nos servía, qué otra cosa podíamos hacer…”, recuerda y reflexiona la estudiante.

A pesar de no haber sido seleccionados en 2016, al año siguiente el grupo de Cristina y Federico se fortaleció y sumó experiencia. “Nos presentamos de nuevo y ganamos con otro proyecto totalmente distinto: una murga, ‘La 40 de Jocolí’. En esta segunda instancia fuimos muchos más jóvenes los que participamos, de 5 pasamos a 15, y difundimos mejor nuestro proyecto en el barrio, casa por casa, hablando con la gente, entregando folletos, pero también a través de Radio Campesina, la FM de nuestro distrito. Esto es una oportunidad única, en otros lugares no se da, y no tenemos que dejarlo pasar”, concluye la joven con una sonrisa de orgullo que le inunda todo el rostro.

 

 


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