El Perrupato es el primer hospital de Mendoza que cuenta con un consultorio de consejería y protocolo para la atención integral de personas gestantes con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo. EL OTRO dialogó con Fernanda Palomo, trabajadora social e integrante del equipo de referentes del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del nosocomio de San Martín, quien explicó los servicios que brindan y resaltó la importancia de replicar esta iniciativa en los centros asistenciales de referencia de cada departamento.

Por Milagritos Contreras | Fotos: Seba Heras

El pasado 24 de enero entró en vigencia la ley nacional 27.610 que amplió derechos para las personas gestantes, al garantizar el acceso gratuito a la interrupción voluntaria y legal del embarazo (IVE e ILE), y a la atención postaborto.

Desde entonces las mujeres y personas con otras identidades de género tienen derecho a la IVE hasta la semana catorce inclusive, sin tener que explicar los motivos de su decisión; y a la ILE cuando el embarazo sea resultado de una violación o si está en peligro su vida o salud.

Asimismo, la ley garantiza la atención post aborto, más allá de si el mismo se produjo o no en las situaciones previstas por la ley, y al acceso a métodos anticonceptivos.

En este marco, la trabajadora social Fernanda Palomo, quien integra el equipo de referentes del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Hospital Perrupato, junto al médique Caro Gero González Devesa, explicó a EL OTRO los servicios que brinda este nuevo consultorio de IVE-ILE, el cual marca un precedente en nuestra provincia. “Los consultorios externos son la parte nueva del hospital. Aquí funciona nuestro consultorio con los servicios de consejería de salud sexual y reproductiva, y consejería y protocolo para la atención integral de las personas gestantes con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo, para lo que contamos también con nuestra compañera de Salud Mental, Ana Laura Villegas. Queremos ser un espacio de contención y escucha”.

La atención se presta en el servicio de Trabajo Social de este hospital del departamento de San Martín, todas las mañanas de 8 a 12 hs, y en los consultorios externos los días miércoles y viernes de 12 a 18 hs.

“Lo que he observado es que hay mayor libertad a partir de la sanción de esta ley, hay mayor tranquilidad por parte de las personas gestantes en poder hablar y pedir la interrupción de su embarazo. Con la ley podemos garantizar el trato digno, la privacidad, la autonomía, y poder así tratar a las personas con capacidad de gestar como sujetos de derechos, que es lo que deseamos. Trabajamos para eso”, afirmó Palomo.

La trabajadora social además sostiene lo importante que es poder contar con otres profesionales que están dispuestos y dispuestas a trabajar en la misma línea que establece la nueva legislación: “Puedo decir que en el hospital realmente se ha allanado mucho el camino para poder tratar este tema. Desde la Dirección se ha mostrado incluso esa voluntad. Hay ginecólogos que al menos escuchan a las pacientes que van a comentarles su situación y las derivan inmediatamente. No son sólo profesionales del hospital sino también de institutos privados de San Martín, y la verdad es que eso siento, que hay más libertad. Las mujeres se sienten más relajadas, más dispuestas, más decididas, más tranquilas”.

“Desde que abrimos el consultorio –continúa Palomo-, han recurrido varias mujeres y les he preguntado cómo llegaron a este lugar, y entonces me he dado cuenta de cuán importante ha sido visibilizarlo. Es fundamental poder contar con un espacio físico, porque además nos brinda seguridad, mayor confidencialidad”.

Es tremendamente significativa esta nueva norma que empieza a cambiar la vida de quienes deciden, por el motivo que sea, no continuar con su embarazo. Porque a pesar de que contábamos con un protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), aún faltaba sacar de la clandestinidad a las miles de cuerpas gestantes que tomaban esta decisión. Muchas hoy ya no están, pero fue gracias al grito desconsolado de ellas que no paramos hasta convertir este pedido en ley.

“Hoy vino una chica que la verdad no cumplía con los requisitos para realizarse un aborto, porque eran muchas semanas. Pero por lo menos hablamos para ver si quería hacer terapia o hacer una consulta con la psicóloga para aceptar la maternidad, o para trabajar sobre el rol de nuevo y no irse sin nada. También se habló de la adopción que es un tema difícil de nombrar. A su vez brindamos esa respuesta o alternativa”, remarcó Fernanda, y agregó: “Me ha pasado también de recibir a quien quería maternar pero la decisión de su madre era la contraria. Y entonces ahí hay que recordarle a la mamá o al papá que se trata de la decisión de la persona gestante. Afortunadamente la mamá pudo comprender y su hija contó con su apoyo para no interrumpir su embarazo”.

En estas consejerías también se develan otras problemáticas vinculadas a la violencia de género, afirma la especialista: “Este espacio tendría, de vez en cuando, que abrirse a la comunidad para informarle de qué se trata esto. Hay muchas cosas que tenemos que trabajar en el imaginario colectivo, porque no toda la gente sabe siempre de estos temas. Sería muy bueno que esta iniciativa sea replicada en, al menos, los centros asistenciales de referencia de cada departamento, así justamente no colapsamos un lugar y menos en pandemia. Porque el hospital, al ser referente de la zona este, tiene una amplia población que debe atender”.

“Pero también se trata de esto –continúa la trabajadora social- de poder hablar de todo. Y lo conversaba con unas compañeras también, porque en Facebook habían comentado por una nota que hice, y decían que ‘por qué no creaban un consultorio de fertilidad en el hospital donde hay este consultorio de IVE- ILE’. Sería magnífico que eso pasara. Y si pudiera, si tuviera experiencia, si tuviera los recursos y el poder político lo pondría. Porque así como hay quienes no quieren ser mamás, o no maternar en este momento o en determinado contexto, hay padres que desean, anhelan, sufren y lo padecen, porque sí lo desean”.

Palomo también cuestiona la hipocresía con la que se manejan muchas y muchos profesionales de la salud que se consideran objetores de conciencia: “También hay que tener en cuenta algo, hay quienes firman objeción de conciencia, pero vas al consultorio privado, tal vez ponés plata y ya no tienen conciencia. Muchos se manejan con este discurso de ‘yo no estoy de acuerdo, pero no sé qué haría si le pasara a mi hija…’”.

“La verdad que he recibido mensajes muy lindos, muestras de agradecimiento de personas que hemos acompañado. Este momento es una gran alegría y un gran motivo para ir a trabajar todos los días. Porque en situación de pandemia estar en un hospital y estar tan rodeada de muertes, porque se me ha muerto gente conocida y muy querida, este proyecto es un motorcito increíble”, expresó emocionada Fernanda Palomo.

Mientras sectores ultraconservadores autodenominados provida hacían la vista gorda ante una realidad que erizaba la piel, mujeres y diversidades, pibas, abuelas, nietas de las brujas que no pudieron quemar realizaron multitudinarias marchas hasta que se logró aprobar este proyecto y, finalmente, ponerlo en vigencia. Es verdad que el camino recién comienza, pero la iniciativa de profesionales del Hospital Perrupato, que se involucraron completamente para poner en funcionamiento esta consejería, sirve de ejemplo para que centros asistenciales tanto de la provincia como del país lo repliquen.

 

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