Este jueves, en la Sala Verde de la Nave Universitaria, se presenta la Red de Psicólogxs Feministas. Emilia Barichello, Tamara Kogan y Romina Iacovetta comparten visiones críticas sobre los modelos dominantes en salud mental y proponen una Psicología con perspectiva de género y diversidad.
Fotos: Seba Heras
La Red de Psicólogxs Feministas nació hace dos años en Buenos Aires, como “un espacio de psicología antipatriarcal que apunta a la no discriminación ni patologización de las disidencias sexuales, así como también la adecuada contención a víctimas de violencia de género, teniendo como norte una mirada respetuosa y comprensiva por encima de otras variables”.
A pocos días de la presentación pública de la Red en nuestra provincia, EL OTRO dialogó con las psicólogas Emilia Barichello, Tamara Kogan y Romina Iacovetta, organizadoras del nuevo entramado de profesionales de la salud mental.
¿Por qué es necesaria una perspectiva de género y diversidad desde la Psicología?
Emilia Barichello: Primero que nada hay que resaltar que hay distintas escuelas de Psicología y Psicoanálisis que no contienen una teoría propia en lo que se refiere a teorías feministas o perspectivas de género, sino que existe un modelo médico hegemónico con connotaciones patologizantes sobre la orientación sexual y que está desactualizado respecto a lo que reclama la realidad y lo que se escucha en el consultorio.
Nosotras consideramos que hay aspectos de la salud mental que no están contemplados en la formación teórica, por lo tanto es necesario formarse por fuera de las instituciones y hacer una praxis a partir de tener este atravesamiento.
Tamara Kogan: Muchas veces se plantea que el profesional tiene un saber sobre la orientación sexual e identidad de género de la persona que escucha. En cambio, desde estos espacios abiertos y libres de discriminación, tenemos un enfoque desde los derechos humanos que entiende que ese saber sobre las sexualidades y la diversidad lo tiene el propio sujeto.
¿Desde la Red están proponiendo nuevos espacios de educación?
Romina Iacovetta: La Red es una institución que está en proceso de formación. A nivel nacional tenemos capacitaciones internas para les profesionales que participamos de la Red y hay formaciones externas para los que quieran empezar a pensar sus prácticas a través de la perspectiva de género, la diversidad sexual y las sexualidades disidentes.
En la presentación de nuestra organización en Mendoza explicaremos cuáles son los talleres de formación que podemos ofrecer a estudiantes y egresados de salud.
Barichello: Lo que estamos proponiendo es atravesar la práctica con la perspectiva de género en Psicología. Les profesionales que integramos este colectivo habitamos otros espacios, otras instituciones y realizamos distintos trabajos de los cuales nos nutrimos, y vamos trabajando un diálogo entre teoría y praxis.
Kogan: Estamos replanteándonos ciertas cuestiones en un espacio en construcción permanente. Estos talleres y formaciones que se vienen dando en Buenos Aires, los vamos a dar acá también, convocando en forma abierta, además de los profesionales, a quien quiera participar. Apuntamos a la deconstrucción de conceptos como las masculinidades, maternidad, identidad de género, etc.
Por estos días el Congreso debate la despenalización del aborto, pero la Facultad de Medicina no permite una cátedra libre sobre el tema. ¿Es posible separar lo político de la ciencia? ¿Toda psicología es política?
Iacovetta: Todas las acciones que llevamos adelante son políticas aunque la Red no es partidaria. Que se llame “Red de Psicólogxs Feministas” es un pronunciamiento político que interpela una determinada práctica bajo la filosofía de género. Me parece fantástico que estas áreas de la sociedad se entrecrucen, comuniquen, y estén en relación.
No me parece raro que la cátedra sobre aborto no se haya permitido en la Facultad de Medicina de la UNCuyo y sí en la de Ciencias Políticas. Por lo general, en salud se busca una formación muy despolitizada. Muchos profesionales plantean un distanciamiento de lo político y la política con la salud, cuando el impacto de la sociedad en nuestros cuerpos y en nuestra psiquis es total.
Barichello: Dentro de la Red tenemos un posicionamiento crítico respecto de la realidad. Cuestionamos la formación hegemónica que recibimos en las universidades y sostenemos una visión social bastante ampliada.
En este sentido, no nos guiamos solo por cuestiones formales para realizar nuestros diagnósticos, sino también por la coyuntura actual y el territorio donde nos movemos. Entendemos que problemáticas sociales como la pobreza y la violencia generan un impacto directo en la psiquis de las y les sujetos.
Nos ha tocado desde este diario escuchar a psicólogas calificando de “asesinas” a las mujeres que abortan. ¿Qué impacto pueden provocar estas afirmaciones en boca de profesionales de la salud?
Tamara Kogan: Son estigmas que nos atraviesan subjetivamente. Cualquier proceso de aborto es significativo en la vida de una persona y la opinión, pública o privada, de un psicólogo afecta mucho en quien vivió o está viviendo un proceso difícil que puede culminar en la interrupción de un embarazo.
Desde la Red nos hemos manifestado claramente a favor de la despenalización del aborto y hemos recibido solicitudes de acompañamiento en casos puntuales.
Barichello: Hay posiciones profesionales que ejercen una violencia simbólica hacia el lugar de la mujer. Es un discurso que viene a validar esta opresión del cuerpo femenino. Un profesional de la salud no puede hacerse cargo de ese discurso que criminaliza una situación en particular.
Nuestra ética no es moral ni religiosa. Es una ética orientada a respetar los derechos humanos en salud mental de las personas que nos consultan, con su propia perspectiva, valorando, ante todo, lo que nos cuenta la paciente, creyendo lo que nos dice.
Iacovetta: Nuestro lugar como psicólogas no es criminalizar. Nosotras cumplimos un rol que no tiene que ver con imponer nuestra postura sino con plantear otras miradas.
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