Carta Abierta a los trabajadores de Salud.

Por Cristian Olguín | Enfermero profesional, Matrícula 2329. Área Sanitaria de Las Heras.

Fotos de archivo: UNCuyo

Soy enfermero profesional y trabajo en el Área Sanitaria de Las Heras. Gracias a mi extenso recorrido por instituciones médicas privadas y estatales, en las que adquirí mucha experiencia de trabajo y me relacioné con equipos multidisciplinarios, me atrevo a esbozar unas palabras en un presente que, más allá del profesionalismo que ponemos día a día, nos llena de incertidumbre y, por el momento, nos da tregua para pensar y pensarnos a pesar de las noticias dramáticas y dolorosas que afectan a colegas de todo el mundo.

Por estos días nos llega la triste noticia del dramático suicidio de dos enfermeras y el exponencial crecimiento de médicos muertos e infectados en China, Italia, España y otros países por la pandemia del COVID-19, o mayormente conocido como coronavirus. El número de médicos infectados sobrepasa los 10 mil en todo el mundo y va en crecimiento.

Daniela Trezzi de 34 años, enfermera en la terapia intensiva del hospital de Monza apareció ahorcada en el mismo hospital. “Demasiado alto el precio que estamos pagando. Ya hubo otros suicidios (…) No la olvidaremos nunca”, dicen sus compañeros, a quien recuerdan por su sacrificio y solidaridad: vivía obsesivamente para salvar a los pacientes.

El otro caso es el de Silvia Luchetta de 49 años, del hospital de Jesolo, en el Veneto, a quien el dolor por la tragedia de los enfermos y el estrés galopante determinó su partida arrojándose al mar.

En línea con la Organización Mundial de la Salud, el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que la declaración del COVID-19 como pandemia es un llamado a la acción para todos y en todas partes. Además aseguró que es necesario tomar medidas inmediatas de salud pública, ya que los sistemas sanitarios de los países que no lo hagan tendrán una carga enorme.

Como vemos, el panorama en el mundo es desolador y, si bien aquí se están tomando las medidas de prevención con el aislamiento social obligatorio, para muchos es incierto, sobre todo para quienes nos preparamos para combatir ante un enemigo desconocido que por momentos provoca miedo.

El miedo nos hace reflexionar sobre nuestra realidad, la de enfermeros, médicos y todo el personal que trabaja en el sistema de salud, pero también sobre la de nuestros pacientes y nuestra familia.

¿Qué sería de toda situación humana si el miedo no existiera? ¿Se imaginan este nuevo virus sin miedo?

Las acepciones de la palabra “miedo” nos indican que se habla de “angustia por un riesgo o daño real o imaginario” o también “recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”.

Creo que lejos de ser un mundo de valientes, nuestro mundo sin miedo sería un mundo de imprudentes. Sin embargo, no considero que sumergirnos en el miedo sea lo mejor.

Entiendo que el miedo es un mecanismo de defensa natural al que, si no lo sabemos manejar y no avanzamos, se vuelve contraproducente. Por ello considero que no es valiente quien no siente miedo, por el contrario, es valiente quien lo siente y sigue avanzando.

Más allá de todo conocimiento y seguridad que tenemos los profesionales de la salud y el miedo que enfrentamos en innumerables situaciones, probablemente ésta sea nuestra mayor batalla contra él. Pero no permitamos que nos paralice, hagamos que el miedo nos ayude a seguir adelante por el bien de nuestras familias y todos los ciudadanos de Mendoza.

Por ello, y más allá de las medidas que se están tomando en todos los niveles del Estado, exigimos que se refuercen los elementos necesarios para enfrentar esta pandemia que permitan garantizar nuestra seguridad, la de nuestros pacientes y nuestras familias.

La Asamblea Mundial de la Salud ha designado a 2020 como el Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería, fecha en la que se cumple el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale.

Este es nuestro año compañeras y compañeros, por eso, este nuevo virus lo vencemos entre todos.

¡Fuerza trabajadores de la salud!

 

¿Quién cuida a los que nos cuidan?