Se estima –aún no hay datos fidedignos- que son al menos 800 los profesores y profesoras de talleres de artes visuales, música, danza, teatro, etc. que quedarán sin continuidad en 2017, por la aplicación de una resolución de la DGE. Ayer realizaron una nueva protesta en Casa de Gobierno, donde fueron recibidos por el Director General de Escuelas. “¿De qué sirven las escuelas artísticas si no enseñan a leer y escribir?”, les espetó Jaime Correas.

Fotos: Cristian Martínez

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El jueves pasado, una centena de educadores del arte se congregaron en las puertas de la Casa de Gobierno para expresar el repudio a la Resolución N° 2958/16 de Jaime Correas y exigir su rectificación. Fueron entonces recibidos por Emma Cunietti -Subsecretaria de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa-. La funcionaria, quien reconoció haber leído de manera fugaz la norma legal de cesantías, se excusó de dar respuestas en base a la ausencia del Director General de Escuelas, y les sugirió que volvieran el lunes siguiente. Ayer -lunes- los docentes regresaron, con sus pancartas, broncas, títeres, cantos, bailes e instrumentos.

Más allá de los argumentos esgrimidos por la DGE para defender la resolución (cuestionada tanto por el sindicato docente, como por la Facultad de Artes de la UNCuyo y un amplio sector de la comunidad artística), tal vez lo que se pierda de vista, como en otros conflictos donde están en juego los derechos laborales y las fuentes de trabajo, es que detrás de cada docente “dado de baja” hay vidas, familias e historias de carne y hueso.

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Archi Zambrano.
Archi Zambrano.

EL OTRO entrevistó a alumnas, docentes y directivos de distintos centros de formación artística, para intentar dimensionar el impacto social de la cuestionada resolución, más allá de los números.

Mucho más que cantar

María del Carmen trabajaba de enfermera. Hoy está jubilada. Desde hace dos años que que integra el coro de la Escuela Artística N° 5-018 de Tupungato. “Para nosotros es muy importante el coro, es una parte recreativa y una parte de pertenencia a una comunidad educativa maravillosa”, nos cuenta con orgullo la alumna que ayer recorrió más de 80 kms., de Tupungato hasta la Casa de Gobierno, para expresar solidaridad concreta con sus profesores, a quienes calificó como espectaculares. “Con ellos tenemos una relación de mucho respeto y mucho compañerismo, a esta edad hay cosas que te cuestan mucho más aprender y la paciencia de ellos es importantísima”, reconoció María del Carmen.

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Este coro de Tupungato es compartido por niños, adolescente y adultos. “Tenemos algo en común –dice la coreuta y se le llena la cara de emoción-, nos saludamos, nos queremos, nos reconocemos como compañeros”. Para María del Carmen, la posibilidad de cantar en un proyecto colectivo, además de un placer, le permitió saldar una deuda personal: “Hoy puedo hacer las cosas que una posterga cuando está activa, que no hacés mientras trabajás. El arte y cantar en un coro eran una deuda que tenía conmigo misma, y ahora estoy cumpliendo. Sería una inmensa pena que nos quitaran esta posibilidad”.

Martha es compañera de María del Carmen. “Yo soy médica jubilada”, se presenta, y ahí nomás relata a este medio el significado de su relación con el arte: “En la escuela artística he encontrado una contención, estoy en el coro, estoy aprendiendo música, teclado, folclore”. Para esta alumna, la escuela cumple un rol social indispensable que hoy se encuentra en riesgo: “la verdad que es una emoción ver la cantidad de niños, y especialmente adolescentes que, en vez de estar en la calle, desarrollan actividades artísticas. Si se cierra esa comunidad esos chicos volverían a no hacer nada”.

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La artística de Tupungato tiene una planta de 26 docentes que enseñan teatro, diseño, danza, artes visuales (pintura, talla en madera, vitraux) y música. Con la aplicación de la resolución de la DGE, más de la mitad de los docentes quedaron sin trabajo y excluidos de un proyecto socioeducativo que hoy es motor cultural de un departamento donde no abundan las posibilidades de este tipo de aprendizajes.

“Nunca ha sido para nosotros un problema que nuestros profesores no tengan un título, para nada, todo lo contrario, los docentes que nosotros tenemos le ponen muchísimas ganas, viajan desde el Gran Mendoza hasta Tupungato -que son 75, 80 kms.- a veces por dos o tres horas, y sin embargo no faltan nunca y dan lo mejor de ellos”, expresó finalmente Martha, en claro reconocimiento a sus maestros.

Estudiar y enseñar

Noelia Molina, es estudiante de comunicación social y docente. Tiene 35 años, un hijo de 3 (que ahora tiene en brazos), una pareja con trabajo informal y precarizado, y una casa ajena por la cual debe pagar mensualmente un alquiler. A Noelia la Resolución 2958/16 la desmoronó. La firma de Jaime Correas la dejó sin su empleo, y recién en marzo o abril -con suerte- podrá presentar su carpeta de antecedentes a cuartos llamados para cubrir vacantes, y recuperar así no sólo un sueldo sino además la obra social para su familia.

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“Ese mensaje que se dejó ver entrelíneas, por parte de los que sacaron la resolución, es que nos hacen un favor a los estudiantes porque si no nos relajamos y no nos recibimos”, opina con escepticismo Noelia, y lanza una respuesta tan elemental como fácil de comprender: “En realidad una no obtiene un trabajo de docente para decir: “ah, ahora cuelgo la carrera”, una obtiene un trabajo porque necesita vivir, le gusta la docencia y también quiere seguir estudiando. Lamentablemente, la gran mayoría que somos estudiantes no podemos sólo estudiar, entonces no te queda otra que también trabajar, mantenerte y mantener a tu familia. Una se quiere recibir, no elegimos una carrera para después colgarla”.

El director de la pampa seca

Miles reconocen en Carlos Casciani al legendario (sí, una leyenda mendocina) batero de la banda de rock Los Alfajores de la Pampa Seca. Muchos menos saben que el músico es director de la escuela N° 5-022 de El Algarrobal, en Las Heras.

“Con esta medida nuestra escuela queda prácticamente sin docentes –sintetiza Carlos-, somos ocho y quedamos dos nada más, con una matrícula de más de doscientos alumnos, entre niños, adolescentes y adultos”.

Carlos Casciani.
Carlos Casciani.

Como a muchas de las 30 escuelas artísticas de la provincia, al centro educativo de El Algarrobal asisten niños, niñas, adolescentes, adultos y ancianos. Carlos le cuenta a EL OTRO: “Para el Barrio Victoria, donde estamos, nuestra escuela se ha convertido en un polo de atracción para gente que no tiene acceso de otra manera a las disciplinas artísticas. Con esta resolución de la DGE se corta el proyecto educativo de la escuela. Nosotros venimos con un equipo de docentes muy afianzado, muy consustanciado con el proyecto educativo para el barrio y, al no poder darle continuidad el año que viene, tendremos que llamar a nuevos concursos. Vendrán otros docentes que tendrán que aprender, consustanciarse con el barrio, conocer a los alumnos… y perderemos medio año. Si eso no va en contra de la calidad educativa que se busca, la verdad que no sé…

 

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El hashtag #QueNoSeApagueElArte se hizo viral desde ayer en las redes sociales. Los artistas mendocinos crearon una Fan Page en Facebook que, en sólo horas, alcanzó casi 1000 me gusta.

Inservible

Finalmente ayer el titular de la DGE, y autor de la resolución de la discordia, recibió a un grupo de seis docentes que fueron hasta su despacho a plantearle la oposición de los suplentes a la norma de las continuidades. Andrés Musolino fue parte de una suerte de comitiva espontánea que participó del diálogo. Este músico es docente de la Escuela Florentino Oliván de Las Heras. Allí enseña guitarra y educa a los alumnos en lectura y escritura de música. En diálogo con EL OTRO, contó detalles del encuentro con Jaime Correas.

Foto de archivo.
Jaime Correas. Foto de archivo.

¿Cómo les fue en la reunión con el Director General de Escuelas?

Nos recibió Jaime Correas con tres funcionarios más. Se dio una discusión que siempre fue brava, todo el tiempo él justificó la política educativa del gobierno, que se basa en considerar como institucional y legítima sólo a la educación primaria y secundaria, y el resto (como la educación artística) para ellos son ofertas que deberían estar en el ámbito de los municipios o de Cultura, o sea, fuera de la DGE.

Él –por Correas- dijo tener datos según los cuáles lo más importante hoy es que los chicos no saben leer y escribir. En base a eso nos planteó que cómo se iban a fijar en la educación artística si existía esa problemática.

“¿De qué sirven las escuelas artísticas si no enseñan a leer y escribir?”, nos dijo sorprendentemente el Director General de Escuelas.

¿Entonces les confirmaron que van a sostener la resolución?

Nos plantearon que iban a pensar las particularidades de la formación artística, pero claramente uno se daba cuenta, cuando hablábamos, que no conocen la modalidad. Planteamos algunos casos de instrumentistas que no pueden ahora terminar sus estudios, porque no hay carreras de determinados instrumentos (como los casos de charango y bajo), y uno de sus asesores nos contestó: “que vayan a maestros de música”, desconociendo como es la formación de un docente de música, por ejemplo de la UNCuyo, que no forma a un experto en charango.

Ellos hablan de calidad educativa desconociendo el arte. Fue muy fuerte comprobar que su política educativa es la productividad. Al principio yo creí que actuaban por ignorancia, hoy me quedó claro que es una política, que saben muy bien lo que están haciendo. Una de las cosas que nos dijo Correas es que a él le importa el sistema, que no le importa los docentes.

¿La DGE tiene dimensión de cuántos profesores suplentes se quedan sin trabajo?

Jaime Correas no sabía cuántos docentes se quedaban afuera a partir de su resolución. Curiosamente, nos preguntó ese dato a nosotros. No sabe cuántas familias dejará sin ingresos.