Al cumplirse 11 meses de la muerte del periodista Sebastián Moro, víctima del golpe de Estado contra Bolivia, desde EL OTRO compartimos las recientes palabras de su hermana Melody Moro, docente y militante que participó en la Red de Redes de Educadores Populares Paulo Freire, donde se lo reconoció por su “ejemplo y coherencia” desde el periodismo.

Sebastián Moro / Foto de archivo: Cristian Martínez

De todos los que conocí junto a su mano, él es el mejor. Sebastián Moro, periodista, escritor y defensor de los Derechos Humanos súper poderoso. Primera víctima fatal del Golpe de Estado de Bolivia, en noviembre del 2019. Argentino, extranjero, exiliado por elección, vocación y represión.

Siempre el mejor compañero, hijo, hermano, tío humano sensible y humilde. Divertido e interesantísimo. Amigo. Silencioso de perfil bajo. Si hablaba daba cátedras sin darse cuenta, te dejaba pensando. Querías escucharlo mil horas más. Siempre del lado del pueblo, de quienes caminan las calles por sus muertos, por sus derechos. Sebi ahí, a la par. “Sebastián Moro será siempre nuestro héroe” decían las cholas (familiares de víctimas) con una vela encendida en las manos en la Plaza Juana Azurduy de la Capital porteña en diciembre pasado, rindiendo homenaje a la Pacha, a Bolivia, a la Wiphala, a las mujeres de pollera y a las víctimas de Sacaba, Senkata y a Sebastián Moro.

Evo Morales en su última visita a Mendoza -Marzo 2020 / Foto: Coco Yañez

Sebastián Moro, Pedagogía del Ejemplo y la Coherencia
“Aprender a vivir con la presencia de la ausencia” Paulo Freire.

El 20 de septiembre pasado fuimos invitadas al 16° Encuentro de la Red de Redes de Educadores Populares Paulo Freire.  Se homenajeaba, entre otrxs compañerxs, a nuestro amado hijo y hermano: “Sebastián Moro, pedagogía del ejemplo y la coherencia”.

Siempre agradeciendo a quiénes hacen memoria y acompañan el pedido de justicia por Sebastián, nos sumamos a visibilizar colectivamente cada reclamo internacionalista, reconociendo que las luchas son colectivas. Tejiendo redes gigantes, de calles sin nombres, de lenguas distintas, abrazándonos a través de la hermandad sin fronteras, ni colores, ni partidismos por medio de la virtualidad agudizada por  la pandemia mundial.   

Evo Morales junto a la familia de Sebastián Moro. / Foto: Coco Yañez

Apareció la fusión de ambas trayectorias, desde lo pedagógico y lo periodístico, lo documental  y  lo real. Sebastián y Paulo, Freire y Moro. Latinoámerica y Comunicación. Los binomios. Educación y Periodismo. Argentina y Bolivia. El hombre nuevo y el multiplicador. Revolución y Palabra. Ejemplo y Coherencia. Libertad y Lucha.

El periodismo implica una investigación y es una enseñanza desde lo crítico, reconocemos así, que todo acto es político. Paulo Freire dice “enseñar exige la asunción de la identidad cultural”, fue lo que hizo Sebastián, se compenetró en la cultura boliviana paceña, siempre desde lo social y popular, desde El Alto de la Paz, pasando por la plaza Abaroa y llegando hasta Los Yungas, cruzando el Titicaca, entre las sierras de Sorata y más. Fue un estudioso consciente y coherente con la realidad de los pueblos, considerando que el cambio era posible. Un conocedor muy curioso, lector como nunca he conocido, comprometido con sus palabras y acciones, citando a la perfección miles de autores,  sucesos, testimonios que luego traspasaba en sus notas.

Miriam Medina y Sebastián
Foto de archivo: Cristian Martínez

Sebastián dio un nuevo rumbo desde su profesión de periodista residente en Bolivia al espacio comunicacional de la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos Bolivianos), tanto en el periódico Prensa Rural como en Radio Comunidad. “Nuestra revolución ha destruido las teorías de salón. Hay que hacer revoluciones agrarias, luchar en los campos, en las montañas y de aquí llevar la revolución a las ciudades”, decía el Che Guevara.

Sebastián murió, víctima del Golpe de Estado, con toda la injusticia, la impunidad y la extrema derecha encima. Rindiendo cobertura al binomio Argentina Bolivia, Latinoamérica y el mundo, siguió el ejemplo de los grandes revolucionarios y así los poderes traspasaron fronteras, entre “toques de queda” y un “quitapenas”, subimos al Montículo de La Paz, el pulmón de Sopocachi, lugar que amaba, a despedirlo “a lo boliviano”.

Foto de archivo: Cristian Martínez

Recuerdo que había sol, eran como las diez de la mañana y nos reunieron en una ronda sus compañeros y compañeras (algunxs que se animaron y arriesgaron a salir, pues, otrxs estaban clandestinxs) y compartieron entre otras cosas, los aprendizajes que Sebi, Sebita como le decían algunos, había dejado, desde la solidaridad, la paciencia, la hermandad y la música. Aprendizajes desde la libertad para intervenir en el mundo desde la construcción colectiva. Agradecían una y otra vez a mi madre, por haberlo traído al mundo. “¿Cómo construimos la esperanza para continuar?” (P. Freire).

Puedo decir que sos mi mejor héroe y reconocer que arrancaron tu tiempo humano, pero que dejaste un millón de semillas sembradas en distintos territorios, desde la lucha colectiva, la coherencia, la militancia verdadera desde la acción concreta. Seguro que son semillas aladas, multicolores, superpoderosas… llegó la primavera y te vemos brotar. Seguimos tu lucha hermano, por vos y por todxs, como nos enseñaste.

A 11 meses de tu cruel y trágica partida, exigimos Amor, Verdad, Memoria y Justicia por vos. No habrá olvido ni perdón. La lucha debe continuar en las casas, las calles, las escuelas, las montañas, el mar y en cada une de nosotres. Me atrevo a citar nuevamente al Che Guevara: “Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio consciente de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el Hombre Nuevo que se vislumbra en el horizonte”.

Hasta la victoria siempre Compañero.

Jallalla.
Jallalla  Sebastián Moro.
Jallalla Bolivia.

Melody Moro 16 de octubre de 2020.