Gonzalo Gorordo estrenó este domingo “Gritando y bailando”, su primer disco. Ocho canciones que “dicen” a lo largo de casi media hora. EL OTRO bebió el café del músico en la conversación de su hogar.

Fotos: Coco Yañez

La tarde calurosa, la alergia de Gorordo y su predisposición dan inicio a la conversa que incluye sus más de veinte años de baterista, la producción del disco y una particular manera de ver, decir y vivir la vida.

Gonzalo toca en La banda viajera, Lamoladora y Arquero Mareador. También da clases de batería.

¿Hace más de veinte años que tocás la batería?

Sí, desde los 9 años toco.

¿Y tenés?

31.

¿Hace cuánto que empezaste a componer?

Mi primera canción la compuse el 3 de enero de 2014. Poco más de cuatro años atrás.

Me pasó que siempre había cantado en mi soledad, siempre sin creerme cantante, sin creer que podía llegar a cantar. Mucho menos hacer una canción.

Hasta que un día sentí la necesidad de cantar. Pasa algo, no sé en qué nivel, pero el cantar me hace muy feliz. Desde la batería nunca dije ninguna palabra, siempre toqué y, si bien es un lenguaje de comunicación, no había experimentado decir cosas.

Empecé a pensar muchas cosas que quería transmitir, necesitaba otro medio, y acá está.

En el disco hiciste batería, guitarra, voces, bases y la producción…

La producción general la hice yo. Las canciones las hice yo y la decisión de por qué lado van la tomé yo como productor.

En un principio iba a ser Leandro Lacerna el encargo de esas decisiones. Empezamos a trabajar juntos. Él tenía su propuesta y su estética, y en un momento me dijo: “Che, el disco lo tenés que producir vos porque ya sabés cómo querés que suene”. Entonces sí necesité mucho de su participación porque tiene mucha experiencia. Me aportó un montón su trabajo. Fue además el ingeniero de sonido.

El disco está en la calle. ¿Qué te pasa con eso?

A mí me encanta cómo quedó el disco, me fascina. Estoy re contento porque es, definitivamente, lo mejor que pude hacer. No me quedó ningún detalle librado al azar. Todo lo hice de la mejor manera que pude, por eso estoy muy conforme.

Ayer mi viejo me dice: ¿Y ahora? ¿Vas a grabar otro disco? No, le dije. Ahora viene la otra parte. ¿Y cuál es la otra parte? No sé. Pero viene la otra parte.

¿Quizás tenga que ver con tocar las canciones en vivo?

Mirá, uno de mis sueños siempre ha sido viajar, pero no por conocer lugares, porque la verdad que no me pasa nada cuando conozco lugares. A mí me gusta viajar con mis amigos, porque los chicos que están en la banda son mis amigos desde hace mucho, tocando y promoviendo esta música donde sea.

Decís mucho en las canciones, planteás una mirada definida.

Tiene mucha letra el disco porque pienso mucho en las cosas que trabajo, no del trabajo que da dinero sino del interior. Intento aprender cómo funciona la cabeza, cómo funcionan las emociones y me gusta sentir que soy un aprendiz, un estudiante de la existencia.

Para mí lo más divertido es escribir sobre eso.

Por ejemplo, la primera canción se llama “Ilegalización” y en el estribillo dice “Ilegalización de las promesas para animarse a actuar sin antes hablar”. Me pasó que en un momento me propuse a mí mismo no decir las cosas sino hacerlas. No tenía tiempo para opinar giladas, entonces dije: “Claro, lo que a mí me hace falta es hacer, no decir”.

Te gusta decir…

Tengo la pulsión de escribir y compartirlo y eso me divierte. En un momento me daba miedo y después pude animarme.

Me he encontrado con mucha gente que escribe o compone canciones pero tiene mucho temor por mostrarlo. A mí me divierte y me parece que es importante mostrar y compartir eso que uno hace.

Mi búsqueda es la expresión desnuda de la palabra y de los sentimientos desnudos sin prejuicios, intentando hallar la estética y la belleza.

¿Cuánto tiempo llevó el trabajo de “Gritando y bailando”?

Desde que empecé con la preproducción, dos años, con cierta intermitencia. La pre la hice en un mes, una parte, y después pasaron como cuatro meses y en el medio me pasaron otras cosas. Después grabé y edité. Para mezclar, me pasó que a veces tenía plata y a veces no, y en ese tener o no tener también me ocurrieron otras cuestiones.

No fueron dos años seguidos, pero sí dos años de maduración que para mí estuvo buenísima.

¿Ya hay nuevas fechas para escucharte?

Sí, ahora en octubre vamos a tocar en Juglar, que es un lugar bastante nuevo, y en La Honorable.

La verdad es que yo no sé cómo se hacen las cosas pero las estoy haciendo a partir de interesarme y meterme. Me parece que está bueno, en esta situación, promover el disco y sus canciones y ver qué pasa con eso.

Mi carta de presentación es este disco.

 

 

Ficha técnica de “Gritando y bailando”

Rodrigo Botacaulli: bajo en tema 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 8
Agustín Soler: guitarra eléctrica / banyo / Lap Steele en tema 1, 2, 4, 5, 6
Marcelo Reinoso: teclado en tema 2 y 3
Pablo Cafici: teclado en tema 4
Matias Gorordo: percusión en tema 8
Mariana Pipi Sanchez: coros en tema 7
Martin Sanchez: guitarra eléctrica en tema 8
Leandro Lacerna: piano, bajo, producción y arreglos en tema 7
Gonzalo Gorordo: voz, batería, guitarra base, coros y percusión accesoria en todos los temas.

 

Grabado entre julio de 2016 y junio de 2018 en:

Estudio Páramo (ingeniero de grabación Leandro Lacerna, asistentes Fernando Cremaschi y Gonzalo del Peral)

Estudio Reloj de arena (ingeniero de grabación Victor Silione / Facundo Silione)

Estudio Fader Records (ingeniero de grabación Leandro Lacerna, asistentes Nicolás Riquero y Mariana Pipi Sanchez)

Estudio Chela Records (ingeniero de grabación Martín Rez Masud)

Home Studio de Martín Sánchez

 

Todas las canciones compuestas por Gonzalo Gorordo

Mezcla: Leandro Lacerna en Casa Lacerna

Mastering: Nacho de la Riega en Estudio El Bulo

Arte de tapa: Elías Alberto Rodríguez

Edición de video: Laura Oviedo

 

 

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