Con la segunda ola de covid acechando y las elecciones en puerta, las preguntas de balance y proyección renuevan su vigencia. Algunos ciudadanos nos preguntamos qué va a ser de nuestro futuro en un marco global de incertidumbre en lo que parece ser una provincia sacrificada a una eterna victoria de la Alianza Cambiemos.

OPINIÓN | Por Mariela Gelman

Foto de archivo: Coco Yañez

La proyección a mediano y largo plazo es, sin duda, una de las actitudes humanas vitales (una pulsión) puesta en jaque por la peste. Asimismo, esta pandemia “ha venido a demostrar que se puede cambiar la realidad prácticamente ‘de un plumazo’ presidencial. He aquí una pedagogía ciudadana: nada es inamovible, todo puede ser alterado bastando la voluntad política” (1). Sin embargo, vivimos un periodo de confusión en que los proyectos políticos están difusos y todo parece reducirse a la supervivencia. Ni siquiera por tenacidad hemos logrado construir una acción política/partidaria por la cual luchar.

Frente a este “advenimiento de lo real” (2) ¿cuál es nuestro proyecto de provincia? Propuestas grandilocuentes como sacar a Mendoza del país o hacer mendocinismo con “soluciones locales a un problema global” resultan esquizofrenizantes. Por un lado, cierran áreas hospitalarias dedicadas con exclusividad al covid-19 y nos obligan a la presencialidad en las aulas sin garantizar la seguridad sanitaria del personal educativo ni de los niños; por otro lado, nos dicen que son soluciones maduras que cierran la grieta y es por nuestro bien. En resumen, pérdida y más pérdida para los trabajadores. Lo alarmante de este panorama es que el PJ le ofrece a los trabajadores lo mismo que Cambiemos: pobreza, enfermedad y mezquindad política con fines electoralistas.

Foto de archivo: Coco Yañez

 

Foto de archivo: Coco Yañez

El peronismo mendocino está como el coronavirus… es un organismo, pero no está vivo, está latente, se engancha y reproduce de algún otro ser, pero hoy no tiene corazón propio. Todo es rigor, obediencia y con algo de suerte una zanahoria. La sintomatología: un peronismo sin escudo. Aquello que Laclau denominó significante vacío ha servido muchas veces para describir las tres poliformas del peronismo, pero de un tiempo a esta parte parece un significado ligado a ciertas apariencias más que al contenido. ¿Por qué se legitima una conducción hedonista en el peronismo provincial? ¿Acaso construir poder como fin narcisístico da lugar a la justicia social?

Es cierto que en un momento de crisis muchos sentimos que el movimiento quedó desfasado, sus bases históricas crujieron: el eje estructurante de los trabajadores sindicalizados perdió eficacia a la hora de interpelar votantes. En la búsqueda de una amplitud simbólica y electoral se conforma a los jóvenes como sujeto privilegiado, sin lograr incorporar del todo las banderas transversales de estas últimas décadas: el feminismo y las luchas ambientales.

Foto de archivo: Seba Heras

En Mendoza el acceso al agua y la tierra son nudos centrales que deberían atravesar los proyectos de provincia del peronismo, pero lo único que gana terreno es la estética hegemónica de la juventud. Ser joven, exitoso y no tener restricciones comunitarias como suponen la familia, los hijos, los compañeros de un sindicato. Estas características son sistemáticas y sintomáticas en la conducción del PJ local. Es un signo de los tiempos cómo explica el psicólogo L. Lutereau. “Por eso digo que éste es un mundo de solteros, en la medida en que el soltero es el que todo el tiempo se remite a sí mismo como instancia de referencia” (4). Una especie de mandato de juventud. En esta avanzada del neoliberalismo, la vieja simbología no escapa a la embestida. El escudo del PJ es lo que sintetiza esta reflexión. Convertir un emblema en un logo no es accidental. La racionalidad del focus group avanza y el peronismo se debate entre redefinirse o colapsar. Algunos militantes-librepensadores creemos que cerrar la brecha con media comunidad aplastada es la propuesta de un gerente, no de un dirigente. Si vemos cómo la grosera ampliación de la desigualdad durante el 2020 (5) nos empuja al abismo de las necesidades sabremos que la lógica del mercado no es la salida de este laberinto. Por ello, aún cuando el ejercicio de pensar críticamente lo que nos pasa es un indicio de desobediencia que se castiga con el destierro, es urgente que reflexionemos sobre nuestra realidad y abandonemos la alcahuetería estrecha de ideas.

Anabel Fernández Sagasti, presidenta del PJ Mendoza. Foto de archivo: Cristian Martínez

Por último, dando lugar al deseo, guardo la esperanza de que mí reflexión sea producto de la marginalidad absoluta en la que estamos algunos y algunas. Que sea el pensamiento derrotista de alguien que no pertenece al proyecto. Deseo tengan oportunidad de ganar las elecciones (o alguna elección) y nos demuestren sus convicciones políticas. Estar supinamente errada es mi mayor deseo militante.

 

Como dijo el General, “Con los dirigentes a la cabeza del reclamo
o con la cabeza de los dirigentes”.

 

 

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1-Segato, R. Coronavirus: Todos somos mortales. Del significante vacío a la naturaleza abierta de la historia. 2020, p. 90. Disponible en:

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/el_futuro_despues_del_covid-19_0.pdf

2-Lacan, J. Intervenciones y textos II. La tercera. Ed. Manantial, 2007. Citado en:

Revista Consecuencias | Instituto Clínico de Buenos Aires (revconsecuencias.com.ar)

3-Laclau, E. La razón populista. Ed. Fondo de Cultura. 2005.

4-Entrevista a Lutereau, L. Disponible en:

https://www.pagina12.com.ar/312402-este-es-un-mundo-de-solteros

5- https://www.pagina12.com.ar/294482-crecio-la-desigualdad-con-la-pandemia

 

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