Será el primer trabajo de infraestructura que presente el gobernador de Mendoza. Se trata de una rotonda ubicada sobre un camino provincial que beneficia exclusivamente a la empresa de Daniel Vila, Dalvian S.A.
Por Redacción EL OTRO | Fotos: Cristian Martínez
Con la venia del Gobierno de Mendoza y la supervisión y colaboración de la Dirección Provincial de Vialidad, Dalvian S.A. avanza en la construcción de una rotonda sobre la Avenida Champagnat, que beneficiará exclusivamente a los habitantes del complejo, creando una especie de cerco para los barrios aledaños. La obra, que tiene una concreción de más del 80% según la prensa oficial, quedará inaugurada en pocos días a pesar de los reclamos de las familias que viven al este de la avenida.
La iniciativa fue presentada por la gestión de Suarez como necesaria para disminuir el riesgo de accidentes viales, en un sector con creciente desarrollo inmobiliario y circulación de turistas. “La construcción ha sido diseñada para ordenar la circulación por avenida Champagnat hacia el Santuario de la Virgen de Lourdes, hacia el sector del campo de deportes del Colegio San José Hermanos Maristas, y hacia el nuevo barrio Mendoza Norte, o bien del recorrido por el circuito interno donde predominan campings y sitios de recreación”, señalaron desde el Gobierno en mayo de 2017.
Con la presentación del proyecto y el avance de la obra, los vecinos de los barrios que se ubican al este de la avenida, Terrazas de UNO y Barrio Champagnat, revelaron que lejos de estar entre los beneficiarios del emprendimiento, sus vidas cotidianas serán perjudicadas y sus propiedades quedarán aisladas de los servicios ubicados en el sector oeste de la avenida.
“En pocos días se inaugurará una obra vial sobre la Avenida Champagnat, para ser más precisos una rotonda, que se supone debería favorecer la seguridad de peatones y accesibilidad vehicular de todos los vecinos de la zona. La realidad es que esta obra beneficia solo a quienes viven al lado oeste de la Avenida Champagnat, y claramente perjudica a quienes habitan hacia el este de la avenida. Y como si esto no fuera suficiente, no aporta absolutamente nada en beneficio de aquellos peatones que deben atravesar la avenida”, declara un documento presentado por los miembros del Complejo Barrio Residencial Champagnat a las autoridades provinciales.
“A pesar de que los funcionarios nos dijeron que no nos preocupáramos porque estaba previsto un ingreso cómodo, hoy vemos que la obra obliga a quienes habitan nuestro barrio a recorrer distancias mayores, y a que el volumen de tránsito vehicular se incremente en calles que no fueron pensadas ni están preparadas para ese fin”.
Aunque se sabe que el gobierno provincial no ha comprometido grandes montos para la obra, su intervención ha sido clave para la realización. La Avenida Champagnat es jurisdicción de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), por lo cual el organismo debió aprobar la disposición de la rotonda en la traza, en tanto que ha comprometido personal y maquinaria para preparación del terrero, supervisión y obras complementarias.
Los reclamos de los habitantes de los barrios perjudicados se acumulan desde el inicio de la obra, en diciembre de 2019, sin embargo las autoridades del organismo jamás pusieron en duda los avances. Hay que recordar que los funcionarios de esta dependencia están siendo investigadas por hechos probados de corrupción y que su titular, Oscar Sandes, cornejista de la primera hora, renunció luego de que el Tribunal de Cuentas de Mendoza lo sancionara con tres millones de pesos por gravísimos actos de corrupción.
El funcionario de la DPV a cargo de la obra es Diego Kotlik, subadmistrador de la dependencia, que defiende la obra como un avance necesario para el orden del tránsito y la reducción de la velocidad. No obstante, la polémica rotonda es patrocinada como un hito de gestión. Mario Isgró, ministro de Infraestructura de la Provincia, presentó el trabajo de Dalvian S.A. como un ejemplo del modelo público-privado para la ejecución de obras al que apuesta el gobierno de Suarez.
“Aunque parezca extraño o inexplicable, si los habitantes del barrio cruzamos la avenida Champagnat en auto hacia el oeste para ir al supermercado, a la estación de servicio, al cajero automático, o cualquiera de los otros comercios vecinos; luego, para regresar a nuestro barrio, no contamos con una conexión directa, porque en la obra no se previó un brazo de salida desde la rotonda hacia la calle de ingreso a los barrios ubicados al este. Una situación idéntica se plantea cuando se circula por Avenida Champagnat de norte a sur (viniendo desde el Challao o de Regalado Olguín) y se pretende cruzar hacia el este para ingresar a los barrios ubicados frente a la rotonda. En ambos casos, la única alternativa posible es girar en la rotonda hacia el norte unos 400 metros y luego ingresar al este, por estrechísimas calles internas del Barrio Champagnat, lo que no solo es un verdadero despropósito, sino que, además, generará un caos vehicular”, explican los vecinos de Terrazas de Uno en una de las tantas cartas que han hecho circular con sus reclamos.
“Denunciamos públicamente la inconcebible situación de desamparo, perjuicio y discriminación. Pedimos que los organismos de control encargados de supervisar a los responsables de elaborar, aprobar y controlar estos proyectos de obras públicas, investiguen esta situación que perjudica a una parte de la sociedad, en beneficio de otra, por el solo hecho de vivir en veredas distintas de una misma arteria”.
La obra quedará inaugurada en los próximos días y, por lo visto hasta el momento, los reclamos se perderán entre los aplausos de los pocos beneficiados y las sombras de los medios de comunicación que acompañan a sol y sombra las medidas del gobierno radical.
Avanza el modelo de obra pública en beneficio de lo privado, sello de la gestión Suarez desde sus años como intendente.
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